Con Kelly es posible creer en el milagro de las segundas oportunidades. Él consiguió entrar en «La Voz». Un imposible y también vio cómo las exigencias del programa le abocaron a la salida. El rescate de una coach improvisada en esta edición: Miriam Rodríguez le devolvió al «talent show». Y de ahí a ir pasando pantallas de la partida hasta la final. Salió vencedor. Ganador absoluto, a pesar de que dice que su mayor éxito es poder seguir haciendo música. Su pasión desde niño, la que desarrolló en la infancia a través de la iglesia.
-¿Ha asumido ya que es el ganador de «La Voz»?
-Estoy muy contento y muy feliz, porque es un sueño para mucha gente y, por supuesto para mí, pero esto no lo voy a asimilar nunca. No quiero. Lo único que deseo hacer es trabajar.
-Lo suyo confirma la fe en las segundas oportunidades.
-Siempre he creído en las segundas, terceras y miles de oportunidades. Las que hagan falta, para eso está la vida. No importa las veces que te caes, sino las veces que eres capaz de levantarte.
-¿De dónde viene Kelly?
-Vengo de Nigeria. A los 13 años vine aquí, a Lleida y lo único que quería hacer de adolescente era estudiar y contentarme a mí mismo y a mis padres. Luego empecé a cantar en la iglesia, que eso me ha gustado de siempre. Fui creciendo y me di cuenta de que tenía cosas que dar a los demás a través de la música, tenía algo pendiente. Nunca dejé de cantar en la iglesia, desde bien pequeño. A los 22 años tuve la oportunidad de tener una banda de música con la que seguimos haciendo conciertos en distintas ciudades. Llevamos más de 400 y eso ya es un sueño.
-¿Cuánto tiempo lleva con la banda?
-Seis años.
-¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje de su paso por «La Voz»?
-La humildad. Trabajar con gente tan reconocida a nivel mundial por su trayectoria musical y que me hayan tratado así te hace pensar que sin duda la humildad es la base del éxito. Creo que es una gran moraleja.
-Hábleme de los coach, ¿cómo les describiría?
-Alejandro Sanz fue mi primero y me quedo con su pasión por la música, con su dedicación y lo fiel que es a su estilo, a su público, su maestría. Él es el maestro absoluto.
-¿Orozco?
-Antonio es el amigo con el que me iría de copas, cuando antes hablaba de humildad... Creo que todos tenemos mucho que aprender de Antonio.
-¿Pablo López?
-Es un artistazo. Cuando toca y canta a la vez me callo, es imposible hablar. Si pudiera aguantar la respiración, lo haría.
-¿Pausini?
-Laura es el amor de una madre, es una locura de persona. Vive con mucha entrega y sinceridad. Es muy loca, como mi madre, que también lo es. Cuando habla ves su transparencia. Y Miriam, mi buena amiga, gracias a ella he podido volver, su trato y profesionalidad han sido tremendos.
-¿Cómo es ese momento en el que se juega que los coaches se den la vuelta?
-Horrible. Tú estás loco por cantar, pero es la primera vez que se te juzga por ello. He cantado lloviendo, con sol, pero la gente va a escucharte no a juzgarte... No basta con estar ahí, tienes que trasmitir. Es el momento más duro. Yo no sé cómo nadie se desmaya en ese momento.
-¿En qué anda ahora?
-Ahora es la parte más divertida. Kelly sin hacer versiones. En Instagram estoy haciendo cosas, invito a la gente a un concierto en mi salón.
-¿Qué cree que le espera?
-Victorias, derrotas, nervios, críticas, lágrimas, celebraciones, pero sobre todo música y esa es la mayor suerte que tengo, porque es lo que más me gusta hacer en el mundo. ¿Es una suerte o no?