Estreno

«Los Anarquistas»: caos con nombre propio

HBO Max radiografía la celebración de la cita anual «Anarcapulco» y la crisis del movimiento creado en 2015

Nada mejor que empezar una protesta quemando libros para darle legitimidad
Nada mejor que empezar una protesta quemando libros para darle legitimidadHBO Max

En la primera imagen un grupo de gente quema libros de normas, como el Código Penal, mientras lanzan tacos e improperios contra el gobierno y los bancos. Acompañados de sus hijos, están contentos y casi lloran al confesar que les emociona verles en su primera quema de libros. Así arranca la serie documental que ha estrenado HBO, «Los Anarquistas» y que es en sí mismo un viaje psicotrópico a las entrañas de un aspecto de la anarquía. La serie documental de seis episodios se centra en Jeff Berwick, un empresario canadiense, youtuber convertido en polemista, que en 2015 anunció una conferencia en Acapulco, México, con la esperanza de promover la anarquía en su forma más pura, un ideal que defiende la ausencia de gobierno con el autogobierno individual absoluto. El evento, llamado «Anarcapulco», atrajo a una variedad internacional de libertarios, fugitivos y familias que buscan «desescolarizar» a sus hijos para protegerlos de las burocracias de la vida moderna, así como evangelistas de criptomonedas y otros personajes atraídos por la idea de crear una comunidad sin estado, libre de gobiernos y sistemas bancarios centrales.

La serie comienza con el caos en la dirección. Todd Schramke que siguió a este grupo de anarquistas durante seis años, ha elaborado un metraje que tiene multitud de capas superpuestas y de manera frenética nos lleva al soleado Acapulco, que plagado de violencia, es el escenario de los sueños de miles de seguidores del anarquismo. A través de diversos testimonios se presenta una batería de personajes que ya nos adelantan el caos en el cruce de sus propias opiniones de cómo debe ser el mundo, para ellos y para sus hijos. Según el creador de «Anarcapulco», Jeff Berwick, un tarambana que después de vivir una vida desenfrenada, («estuve en una fiesta en cien países, durante cinco años, y me acosté con cada chica de cada fiesta”»), define su lucha como «anarcocapitalista, libertario y luchador por la libertad contra los dos mayores enemigos de la humanidad, el Estado y los Bancos Centrales». A la primera cita de «Anarcapulco» en 2005, acuden también el matrimonio de Nathan Freeman y su esposa Lisa que buscaban, literalmente, «un sitio donde mis hijas puedan decir libremente ‘’joder’'». A metros del hotel donde se hospedan ellos, ocupan una casa la curiosa pareja formada por Lily Forester y John Galton, huidos de Estados Unidos tras una fallida experiencia con una comuna y el cannabis, que atraviesa la frontera con Tijuana buscando un paraíso para poder cultivar o comprar la marihuana que ella necesita para el dolor tras un accidente. Dos mundos enfrentados que acabarán por chocar de manera frontal.

Es cierto que en el caos de tanto anarcocapitalista hay algún vestigio de verdaderos creyentes que buscan aislarse completamente del mundo organizado, como Erika Harris, una mujer negra que harta del oficinismo de ocho horas, se busca a sí misma y parece la única que individualiza esa efímera felicidad que promete «Anarcapulco. A lo largo de los siguientes años el movimiento se convirtió en una cita multitudinaria que albergó cientos de horas de «nada que no se haya visto en Youtube» sobre lo de ir contra el gobierno y los impuestos. Además de ser un escaparate para los vendedores de las criptomonedas como la única solución a la rebelión contra los bancos. Las ideas enfrentadas de los yupis aburridos, contra los filósofos y los directamente anárquicos, inmersos en un entorno con el que no se mezclan acabará con tensiones, enfrentamientos, divisiones, escisiones y hasta con un asesinato violento. En ningún momento las voces en off o la manera de entrevistar juzga al movimiento, aunque es sabido que el director acabó «secuestrado» en parte por su propia curiosidad.

Al final la figura del todopoderoso Berwick se diluye sobrepasado por su propia creación y se convierten en protagonistas aquellos que deciden gobernar un grupo de gente, en esencia, ingobernable. El ser humano sometido a su propia condición, encerrado con otros muchos con distintas maneras hasta de respirar solo puede acabar en una explosión de caos.