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Un afectado por la DANA denuncia la curiosa petición de su jefe: "Me da miedo perder el trabajo..."

El electricista ha confesado en TVE que vive con su mujer y su hijo de 14 años, y que él es el único sostén económico de su hogar

Vecino de Paiporta afectado por la DANA en 'La hora de La 1'
Vecino de Paiporta afectado por la DANA en 'La hora de La 1'RTVE

Una semana después del comienzo de la DANA que devastó amplias zonas de la Comunidad Valenciana, las escenas de destrucción y desamparo siguen muy presentes en la región. Uno de los testimonios que ha resonado con especial fuerza ha sido el de Borja, un vecino de Alfafar, que ha denunciado en el programa 'La hora de La 1' de TVE la falta de empatía de su jefe, quien, en medio de la catástrofe, le ha exigido presentarse a su puesto de trabajo.

Borja, un electricista cuya vivienda se encuentra en una de las zonas más afectadas, ha narrado al periodista Marc Sala cómo su jefe le ha contactado temprano en la mañana para reprocharle que no había llegado a trabajar. "Me llama el jefe hoy, muy disgustado, diciéndome que por qué no estoy en mi sitio de trabajo y que me busque la vida para llegar", ha expresado el vecino. Borja ha relatado que su coche quedó destruido tras la tormenta y que la infraestructura de transporte en la zona está completamente colapsada. Caminar hasta su lugar de trabajo, ha explicado, le tomaría al menos dos horas y media, dada la falta de transporte público habilitado.

Este llamativo testimonio ha generado una ola de indignación en redes sociales y en la audiencia, que cuestiona la falta de empatía en las exigencias del empleador de Borja, quien parece ignorar el impacto devastador de la DANA en la vida de sus trabajadores. Borja vive con su esposa y su hijo de 14 años, y ha señalado que él es actualmente el único sostén económico de su hogar, ya que su esposa trabajaba en una inmobiliaria que también fue gravemente afectada por las inundaciones. "Me da miedo perder el trabajo", ha confesado el electricista, subrayando la presión que siente para mantener su empleo en medio de la adversidad.

Las torrenciales lluvias que azotaron la región han dejado un saldo de 218 personas fallecidas y aún no se ha determinado el número exacto de desaparecidos. En localidades como Alfafar, Chiva y Sedaví, la catástrofe es evidente: calles repletas de coches destrozados, viviendas arrasadas y un olor a descomposición que se extiende en muchas zonas. Las condiciones han puesto a los vecinos en una situación límite, con pérdidas materiales y humanas irreparables. Mientras muchas personas y organizaciones se movilizan para ofrecer ayuda a los damnificados, historias como la de Borja muestran otra cara de la realidad, donde la falta de apoyo y comprensión laboral añade presión a quienes ya enfrentan dificultades extremas. "Estoy echando una mano aquí donde vivo, estoy haciendo lo que puedo", ha comentado Borja al concluir su testimonio, expresando que comprende las necesidades de su taller, pero no tiene forma de acudir al trabajo en estas circunstancias.