Protagonista
Javier Rey habla con La Razón: «A la gente muchas veces le faltan referencias para encontrar un camino»
El conocido intérprete, que ahora ha estrenado en Audible «Apocalipsis Z» quiso ser primero ciclista que actor, pero la vida le abrió caminos
Viene de meterse de lleno en un nuevo proyecto, en esta ocasión de la mano de Audible, la ficción sonora, «Apocalipsis Z», en la que comparte protagonismo con Maggie Civantos. Toda una aventura que admite haber gozado como parte del proceso de la novedad, un planeta diferente. El actor gallego llegó al mundo de la interpretación casi por «error». Lo suyo era el deporte, el ciclismo, pero la vida quiso que tuviera que rendirse a la primera vocación para encontrar otra en el camino. Los valores del esfuerzo y la preparación siguen definiendo su vida. Así nos lo cuenta desde las alturas del privilegio de la terraza del Hotel Riu de Madrid. Madrid es mucho Madrid, aunque Noia siga siendo su lugar favorito en el mundo. Las raíces nos marcan de por vida, como un tatuaje tan invisible como indeleble. Y entonces, con Madrid a nuestros pies, hablamos.
Ha cambiado de dinámica con este nuevo proyecto de Audible, más soledad, no hay mirada, no hay compañero directo, ¿cómo ha ido la experiencia?
Ha sido una maravilla, no estaba solo, porque conmigo en la cabina siempre estaba Manu (Manuel Sanabria), nuestro director, que me ayudó mucho a poder comprender realmente la dinámica, porque es otro planeta diferente. En algún momento sí que interactuaba con compañeros y fluyendo y aprendiendo. Lo he disfrutado.
Cuéntenos cómo es esta ficción de «Apocalipsis Z» de Audible.
Se remonta un poco a cuando salió la novela, me la regaló una amiga y me acuerdo que dije que esto tenía una peli. Se acercaba mucho a mí, soy gallego, y la novela tenía esta cosa de describir muy bien los lugares por donde pasaba el personaje y eso lo traía de base para poder enfrentarme al estudio. Eso me ayudó mucho a lo descriptivo de la situación. El hecho de leer algo tan cercano a mí me generaba las imágenes en el momento para poder sentir que lo que estaba haciendo era más real que la carcasa que tienes, que es un micro aquí, unos cascos, un atril, una pecera, que se llama donde están los técnicos del otro lado.
Háblenos de su personaje.
Es un abogado que está pasando una crisis personal y que empieza a ver esto, que es lo que ocurría como cuando vivíamos la pandemia que sabíamos que estaba ocurriendo algo pero todo lo que llegaba era desdibujado y al personaje le ocurre eso. Empieza a ver que hay una epidemia en otra parte del mundo, se preocupa pero no demasiado porque tiene bastante con la losa que tiene encima hasta que llega todo a las puertas de su casa y se descubre como un superviviente donde al final toda esta apocalipsis zombi paradójicamente le saca de ese estado de soledad total y de dolor arrastrado donde no podía y no quería salir.
¿Qué ha sido lo que más y lo que menos le ha costado?
Lo que menos quizá la situación. Normalmente cuando trabajas como actor no piensas en palabras, sino que generas imágenes y es lo que trabajas. La diferencia de lo que pasa aquí es que las imágenes se van generando en el momento en el que estás leyendo. Te vas deleitando en el momento en el que lo estás haciendo. Son como tempos diferentes. Lo que más me costó son los previos en mi cabeza. Como no lo había hecho nunca no sabía si iba a quedar bien, pero gracias a Manuel que me iba poniendo todo como de autopista para que fuera viviendo las cosas bien.
¿Qué sensaciones le ha generado el resultado?
He flipado, porque ahí viene otra cosa. Una cosa es como tú lo leas o lo vivas, pero es una ficción sonora, hay muchos efectos que lo envuelven. Y tú escuchas un pequeño trozo donde llovía, llueve, un perro que ladra, ladra... Hay una cosa que sí que es verdad que es protagonista el personaje, pero es igual de protagonista un montón de trabajo de mucha gente. Te das cuenta que es un rodaje donde hay mucha gente, pero nos la ves.
Teatro, cine, series, ficción sonora, ¿dónde es más feliz?
Currar me hace muy feliz, disfruto mucho de mi trabajo. Mi trabajo tiene que ser intentar olvidarme de mi trabajo, porque si no me absorbe, me gusta y me dejo absorber. Va de la mano de seguir sintiendo que vas jugando. Y «Apocalipsis Z» va de la mano se sentir que son nuevos retos y que sigues jugando con gente que me enseña.
Tantos años después, ¿actuar sigue siendo un juego?
No es un juego como tal todo el tiempo, porque hay algo del juego que da igual el resultado y aquí no da igual el resultado, pero sí que gran parte tiene que ser probar, investigar, no tener miedo a fallar, si fallas no pasa nada porque estás buscando cosas que van más allá del cliché de turno del momento y al final jugar ocupa gran parte del proceso.
Una profesión, que no fue su primera vocación...
Así es, pero para la primera no valía. Quería ser deportista, ciclista, pero no me dio el físico.
¿Generó una frustración?
En aquel momento sí porque ves cómo hay algo que te gustaría que ocurriese que no ocurre, pero la vida es así. De la misma manera que he visto mucha gente que ha querido ser actor y no lo ha conseguido, o que ha querido entrar en una empresa y no lo ha conseguido. Eso forma parte de la vida y te curte como ser humano. No seré el primero ni el último que quiere hacer algo que no le sale.
Es la demostración de que las vocaciones también se encuentran en el camino.
Yo no tenía referencias de esto, vengo de un lugar donde no había ningún actor, no es que en mi familia hubiera actores. En mi pueblo no había. Ves las pelis, pero ni siquiera te planteas que hay ciento y pico personas para sacar ese proyecto adelante. Muchas veces a la gente le falta referencias para poder encontrar un camino e incluso si tienes referencias que tengas maestros buenos que te indiquen un camino correcto para la senda que quieres hacer, sea algo artístico o menos artístico. En mi caso llegó una vocación porque me encontré con las personas adecuadas que me mostraron un camino muy bonito.
¿Cómo fue ese primer gancho para entrar en la interpretación?
Un error. Parte de mi grupo de toda la vida de Noia hacía cortometrajes y al ser amigos empecé a echar una mano los fines de semana y en algún momento me puse delante, en algún momento me gustó, en algún momento decidí formarme.
Si tuviera que volver a empezar..
Tendría que hacer exactamente lo mismo para estar aquí hablando de «Apocalipsis Z». El deporte lo asemejo mucho a la vida. Cuanto más entrenas mejor eres. Y lo mismo pasa siendo actor y creo que en todo. Cuando me preparo un personaje le dedico muchas horas para tener el mejor resultado posible. Hay algo de eso, del esfuerzo, que se traduce en un resultado, que me gusta extrapolarlo.
¿Fue buen estudiante?
No, no es que suspendiera todas, pero iba pasando sin más. De la misma manera que en la interpretación encontré gente que me hizo encontrar la cara buena, en la educación cuando tuve que elegir entre ciencias o letras lo hice por descarte no por lo que quería ser de mayor, que era lo que me gustaba. Todo el mundo iba a hablar con un orientador y todos salíamos igual que habíamos entrado. El sistema como estaba montado no había nada que me ofreciese que me apasionase. Más que una frustración yo estaba perdido, forma parte también de la edad estar perdido en la adolescencia.
¿Le gusta verse?
Más que gustarme creo que suma. Siempre hay una cosa de lo que quieres hacer versus el resultado final. Me gusta ver que el resultado final concuerda con lo que yo quería hacer y me ayuda a mejorar. .
¿El mayor aprendizaje de estos años?
No hay solo uno. Mi trabajo es un camino muy largo, estás rodeado de mucha gente, no todo depende de ti. Ni cuando salen increíblemente bien las cosas todo es gracias a ti ni cuando van mal las cosas es por tu culpa. Me gusta pensar que esto es muy largo y hay mucho margen de mejora y quedan muchas cosas en las que avanzar. He aprendido a no tener ansiedad. .
¿Hay algo que sigue imponiendo cuando llega a un set de rodaje?
Le doy mucha solemnidad a esto, pero no me impone porque llego preparado. Tengo respeto al oficio, pero no me impone como para paralizarme.
¿Un sueño por cumplir?
Virgencita que me quede como estoy.