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Entrevista

Jonathan Roumie: "Jesús no es un personaje del que quiera disociar, no quiero soltar sus valores"

Hablar con el protagonista de "The Chosen" es tranquilizador, transmite paz y no es una pose, se ha tomado en serio su trabajo

Jonathan Roumie: "Jesús no es un personaje del que quiera disociar, no quiero soltar sus valores" The Chosen

El actor estadounidense Jonathan Roumie, rostro ya inseparable de Jesús en "The Chosen", visitó Madrid con motivo del estreno en cines de la quinta temporada de la serie. Con un tono sereno y profundamente humano, Roumie habló con LA RAZÓN sobre la transformación personal y profesional que ha supuesto para él encarnar a esta figura histórica y espiritual. Reflexionó también sobre el impacto de la serie en la vida de miles de personas, la dificultad de interpretar un personaje que es, a la vez, divino y humano, y sobre cómo su fe se ha fortalecido y redefinido a lo largo del proceso. La conversación fue, como la serie que protagoniza, una mezcla de hondura, vulnerabilidad y verdad.

¿Qué significa para usted interpretar a Jesús?

Es el mayor honor que he tenido en mi carrera y en mi vida. Este personaje lo ha cambiado todo para mí. Me ha llevado a buscar la mejor versión de mí mismo, tanto como actor como ser humano. Es algo que va mucho más allá del trabajo; es una experiencia transformadora, sobre todo porque me acerco a él en un sentido más humano.

¿De qué manera ha transformado su vida?

Me ha hecho querer ser una mejor persona, mejorar mis relaciones y mi forma de estar en el mundo. Pero no solo a mí: he conocido testimonios de personas que estaban al borde del suicidio y, gracias a la serie, sintieron que Dios las amaba, que su vida tenía valor. Decidieron seguir adelante, vivir, buscar esa relación con lo divino. Es algo que muy pocas veces puede decirse del arte, y desde luego, de una serie de televisión.

¿Qué cree que necesitará para afrontar un nuevo papel tras esta experiencia?

Seguramente necesitaré a alguien que vea más allá del físico, más allá del pelo largo y la barba. Un director o creador capaz de ver lo que puedo aportar como artista. Me interesa contar historias que me reten, que me empujen a encontrar la verdad en otros personajes. Es lo que más me apasiona.

¿Y a nivel personal?

Probablemente necesite parar un poco. Descansar, escribir, quizá cambiar de aspecto. Cortarme el pelo, afeitarme… tomar aire. Ha sido un viaje muy intenso.

¿Se considera un actor comprometido con la religión?

He hecho teatro religioso en Los Ángeles, montajes de la Pasión, por ejemplo. Me encanta el teatro, la voz, el trabajo en animación o videojuegos. Disfruto explorando formatos distintos. Pero no todo tiene que estar ligado a lo religioso.

¿Le interesaría seguir haciendo proyectos de fe?

Por supuesto, siempre que haya una buena historia detrás. "The Chosen" ha sido el mayor desafío de mi carrera. No es fácil encontrar un personaje más complejo, más accesible y a la vez más profundo que Jesús. Es interpretar a alguien que reúne en sí lo divino y lo humano. Eso es un misterio. Pero sí: contaría más historias de fe si están bien escritas y cuentan con personajes auténticos.

¿Es difícil desvincularse de un personaje así?

No es alguien de quien quiera desvincularme. Interpretarlo me ha hecho mejor persona. Jesús encarna el amor, la verdad, el perdón, la entrega. Si como sociedad adoptáramos esos valores, el mundo sería radicalmente distinto. No quiero soltar eso. Quiero seguir aspirando a esa altura, aunque nunca la alcance del todo.

¿Cuál es el papel de la religión en su vida?

Mi fe es mi ancla. Es lo que me sostiene cuando estoy en crisis. Mi relación con Cristo es mi faro, mi guía. Me permite afrontar el sufrimiento de otra manera, ofreciendo ese dolor en unión con el suyo. Eso transforma la experiencia del dolor; la llena de sentido, le quita el peso del vacío. No siempre lo vi así. Cuando era más joven, no tenía ese marco y me sentía perdido. Hoy mi vida es completamente diferente.

La serie ha recibido críticas incluso de líderes religiosos. ¿Cómo las gestiona?

Todo el mundo tiene una opinión, y es lógico. Pero no puedes dejar que eso determine tu valor ni tu camino artístico. Mi trabajo es contar la historia con la mayor autenticidad y verdad posible. Eso es lo que se refleja en pantalla. Hay quien piensa que los actores somos buenos mentirosos. Yo no lo creo. Un buen actor es alguien comprometido con decir la verdad, incluso en circunstancias ficticias. Si no lo haces, se nota. El público lo nota. Para mí, esa verdad es innegociable.

¿Cree que esta experiencia lo cambiará para siempre?

Sin duda. No se puede interpretar a Jesús y salir igual. Él marcó el estándar, y perseguir ese estándar, aunque sea en la ficción, cambia tu vida. Y siempre para mejor.