Entrevista

Maribel Verdú: "Mi abuelo era coronel de infantería y viví un régimen militar en mi casa"

Enrique Urbizu por fin llamó a la actriz Maribel Verdú para participar en su primera colaboración juntos, la serie «Cuando nadie nos ve», en Max

Maribel Verdú en una escena de "Cuando nadie nos ve"
Maribel Verdú en una escena de "Cuando nadie nos ve"Max

La intérprete (Maribel Verdú) celebra en 2025 una prolífica carrera que comenzó hace 40 en "La huella del crimen" en Televisión Española. Ahora llegó el momento de la conjunción de los astros para que haya podido trabajar a las órdenes de Enrique Urbizu en el éxito seriado de Max "Cuando nadie nos ve", donde interpreta a Lucía, una agente de la Guardia Civil dura y recta.

¿Cómo implementó la muerte del marido en el papel de Lucía?

Cuando algo está bien escrito y has hablado tanto con el director, tienes tan claro cómo va a ser ese personaje y te pone tantos ejemplos de películas que tienes que ver... Soy mandona y una tía que me gusta organizar, y me encanta que haya alguien que a mí me mande muy bien. Y Enrique manda muy bien. Soy terriblemente disciplinada y muy constante, y me encanta que llegue a mis manos un personaje que no he hecho en mi vida. Esta es la mejor producción con la que me he encontrado en mi vida. Teníamos todo lo que pedíamos para que nos ayudara y en este caso trabajar antes con pistolas, con esta mujer, llevarme a todos los sitios que ellos consideraban o que yo pedía los ensayos con Enrique, las comidas con Enrique y hablar de cine. Me lo he pasado tan bien preparándolo... Y luego también hay una historia: que yo vengo de familia militar. Mis padres vivían en las afueras de Madrid y a mí me colocaron en casa de mis abuelos. Mi abuelo era coronel de infantería. Querían que fuera al mismo colegio que mis tíos y mi madre: colegio de monjas en Argüelles. He vivido un régimen militar en mi casa y te puedo asegurar que es muy distinto vivir eso que vivir en una casa normal. Es una cosa de una disciplina férrea. Es levantarte, hacer tu cama, ventilar tu habitación. El aseo y la hora de la comida. Y todos juntos. Y por supuesto, al terminar, ayudar; el silencio. Ver los telediarios, las series, ver «Un globo, dos globos, tres globos». Vivía con todos mis tíos y mis tías y yo era la única nieta, la única sobrina. Dentro de que tenía la suerte de ser como la mimada, pero aún así, joder, yo vivía lo que era; cómo imponía mi abuelo.

Entonces, el papel de Lucía es una experiencia completa.

Ha sido como, "guau". He hecho de policía y es que no tiene que ver. Es que la Guardia Civil está militarizada; es jerarquizada. Es todo muy diferente. Y a ella, "Cuando nadie la ve", muestra cómo ducha a su suegra, es vulnerable, y cómo se siente. O sea, tiene una vida de mierda. Siempre, de alguna manera, ella se mantiene. Es la antítesis de mí. Pero a la vez, la entendí también y no me costaba.

Hay una Maribel contenida hasta el final.

Hay mucho trabajo detrás. Es verdad que esta serie me ayudó mucho. La rodé en un momento mío, personal, muy delicado. Y yo no era la Maribel de siempre; estaba muy para adentro. Y de alguna manera me ayudó. Tenía mis momentos, claro, de risas. Fíjate cómo es la vida. Tenía una especie de tristeza interna. En esta serie mi mirada es diferente.

Urbizu me ha dicho que antes no había llegado la oportunidad de trabajar contigo, que el momento era ahora y con este papel.

Fíjate qué maravilla. Es verdad que yo llevaba muchos años diciendo que me encantaría un día trabajar con Urbizu. Coincidíamos en festivales de cine, y siempre veía sus películas para ver si habría un personaje para mí y no me ha llamado. Ahora, la putada de trabajar con él es que hay un antes y un después. Como vuelva a hacer un proyecto y vea que yo no estoy, me pondré muy triste. Más vale que haga solo tíos. Porque como haya una mujer y no me llame, me da algo.

Alimentó el personaje con asesoramiento de la Guardia Civil.

Solo he tenido una cosa muy difícil aquí en esta serie, que ha sido la cantidad ingente de páginas que he tenido que estudiar. A mí dame la madrastra de Blancanieves, no me jodas. Es que me toca cada una. Y es que por historias de climatología de la Semana Santa no pudimos rodar. Normalmente la serie se rueda el primer y segundo capítulo, el tercero y cuarto. Aquí teníamos que rodar por decorados. En los dos primeros días de rodaje era todo Bar Ramón. Pero es que el anterior fue todo despacho de Lucía. ¡15 páginas! ¿Qué pasa? Como no sólo me pasó una cosa, me pasaron muchas, me puse con unas fiebres de 40, malísima. Resulta que tuve el COVID, y creo que la vida me dijo: "te tenemos que meter en la cama porque si no vas a petar". Estuve dos días con 40, sin poder rodar hasta que luego lo negativicé. Se tuvo que parar el rodaje porque todo era conmigo. Las dos semanas que tenía en la Guardia Civil, en mi despacho y en el otro, tuve que hacer todas esas secuencias, porque teníamos el permiso, en siete días hábiles. Llegué con miedo, porque yo me cago por la pata abajo. O sea, parezco muy así, y que estoy segura y tal, pero por dentro... Yo le decía "Urbizu, mira cómo estoy, y me cago y no voy a poder, dime que voy a poder". Y sentía cómo me fluían las palabras, y era como que esos días en cama no sé qué me pasó, que llegué a todo lo que tenía que hacer. O sea que te pasan cosas malas, pero de repente le puedes dar la vuelta y convertirlo en algo bueno.

Han pasado 40 años desde su primer trabajo en 1985 «La huella del crimen».

40 años...

¿Cómo se encuentra?

Muy bien. Bueno, no muy bien. De mierda. Que yo me siga poniendo tan nerviosa como me he puesto hoy es una mierda. Porque no puede ser.

¿Por qué lo pasa mal?

Me da rabia. Estoy encantada. Mira, el otro día que le daba el Fotogramas de Honor a Banderas. Y al día siguiente me dice «tía, es que no dije nada de ti, es que no te di las gracias. Estaba tan nervioso...», y le temblaban las manos. Entonces, qué bonito que nos pase, pero a la vez dices joder, qué rabia. Pero bueno, mientras no sea un miedo que no te deje respirar, que puedas controlarlo, y que te pone, está bien.