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El thriller psicológico de Morgan Freeman que renace como joya oculta en Netflix
Casi 25 años después de su estreno y pese a las críticas mixtas, este filme ofrece una intriga asfixiante y actuaciones memorables que han conquistado a una legión de nuevos fans gracias a la plataforma de streaming.
Pocas películas logran quedarse en el subconsciente del espectador, y "Bajo sospecha" (Under Suspicion, 2000), protagonizada por Morgan Freeman y Gene Hackman, es una de esas joyas ocultas que resurgen en Netflix para demostrar que el thriller psicológico no pasa de moda. Aunque en su estreno no arrasó en la crítica (actualmente cuenta con un 50% en Rotten Tomatoes), la cinta ha ganado una segunda vida, atrayendo a un público fiel y curiosos que buscan en la plataforma historias intensas y provocadoras.
Dirigida por Stephen Hopkins y basada en la novela "Brainwash" (1979) de John Wainwright -además del clásico francés "Garde à vue" (1981)-, la película sitúa al espectador en el centro de un interrogatorio denso y repleto de dudas morales. Freeman da vida al capitán Victor Benezet, un hábil y experimentado policía que sospecha del respetado abogado fiscal Henry Hearst (Hackman) tras el hallazgo del cuerpo de una joven. A través de un tenso duelo dialéctico, la trama crece entre revelaciones y silencios, jugando con la percepción del espectador sobre la inocencia o culpabilidad de Hearst.
El punto fuerte de "Bajo sospecha" es, sin duda, el enfrentamiento interpretativo entre dos leyendas del cine estadounidense. Freeman y Hackman llenan la pantalla de matices y sutilezas, mientras la cámara se centra casi exclusivamente en sus rostros, amplificando la angustia y la incomodidad. Esta estructura claustrofóbica -la mayor parte de la película transcurre en una sala de interrogatorios- obliga al espectador a cuestionarse cada respuesta y cada silencio. A pesar de que no todos los críticos vieron con buenos ojos la propuesta, algunos destacan la inteligencia del guion y la habilidad para mantener el suspense en tiempo real. Como señala un usuario en Rotten Tomatoes: “Si bien esta película es convencional, está infravalorada por su temática y mensajes, que me dejaron maravillado con su inolvidable tercer acto”. La película también examina cuestiones profundas sobre la confianza en la justicia, la presión social y la fragilidad de las apariencias.