Toros

Pablo Aguado: «Tuve momentos de no sentir nada»

El sevillano torea mañana en Vistalegre junto a Ponce y Morante, días antes de su mano a mano con Roca Rey

Pablo Aguado, torero
Pablo Aguado, toreroLuis DíazLa Razón

Da igual los meses que hayan pasado que su nombre sigue sonando con la misma fuerza. La Feria de San Isidro 2021, que este año acoge la plaza de Toros de Vistalegre, sobre el cartel apunta a ser la feria de Aguado, su gran oportunidad para consolidarse como el pilar de una nueva generación de matadores y confirmar que está a la altura de las mayores figuras del escalafón. En Vistalegre tendrá doble ocasión de hacerlo, primero ante Enrique Ponce y Morante mañana viernes 14. El primero suma tantos años de alternativa como los que Pablo acumula de vida y el segundo siempre ha sido un gran referente para el sevillano.

Su segunda tarde es el gran acontecimiento del ciclo y posiblemente de la temporada. En ella se citan los dos principales atractivos del nuevo escalafón, los llamados a tirar de la profesión en los próximos años. Un mano a mano que por un lado tiene al joven prodigio, el diestro que ha vuelto a poner a Perú en lo más alto del mapa taurino. Roca Rey, en sus escaso años de alternativa, acumula varios hitos como conquistar Madrid en sus años de novillero hasta proclamarse como el torero más taquillero. Una lesión le mantuvo fuera del circuito taurino durante casi una temporada entera, la última antes de la pandemia. En este choque de estilos, entre el carácter arrollador del peruano y el clasicismo y discreción del sevillano, ambos lidiarán toros de distintas ganaderías, un atractivo más para una de las citas de la temporada.

Pablo Aguado, torero
Pablo Aguado, toreroLuis DíazLa Razón

Pablo Aguado no disimula y reconoce que «sería muy bonito decir que todos los compromisos te despiertan lo mismo», pero no es así. Aunque asegura que «no entiendo el toreo como una rivalidad», el día 19 «se enfrentan dos conceptos y dos formas de entender el toreo». Pero los carteles rematados son la tónica dominante en este programa presentado por la empresa Funciones Taurinas, dirigida por la casa Matilla. Este San Isidro es una de las primeras grandes apuestas del sector taurino en la capital después del festival del pasado 2 de mayo en Las Ventas y la Feria de Leganés. Un ciclo en el que apenas se echa en falta a ninguna figura y con una duración algo más moderada que los maratonianos San Isidros a los que está acostumbrado el aficionado de Las Ventas. Sin embargo, en estas trece combinaciones parecen caber todos los nombres que el aficionado espera con ilusión, desde las figuras consolidadas hasta los nuevos alicientes del escalafón que parecían comenzar a responder a las expectativas antes del parón.

Por diversos motivos Aguado no ha podido estar en los dos principales acontecimientos que estaban anunciados en lo que va de temporada. El primero era Sevilla, donde finalmente se aplazó la Feria de Abril unos días antes de que se fuese a inaugurar el ciclo. «Fue un mazazo, sobre todo por el trabajo mental que llevaba desde hacía semanas, estaba totalmente preparado para afrontar el reto y reaparecer en mi casa». Regresaba después de aquella histórica Puerta del Príncipe en 2019. Tendrá una nueva oportunidad después de verano, abril en septiembre.

Madrid le espera

Aunque le habría encantado estar anunciado en el festival del 2 de mayo entiende la decisión de la Comunidad de Madrid: «Torear en Las Ventas siempre es especial, para mí es tan importante como Sevilla, son las dos aficiones que me lo han dado todo. Pero entiendo que en esa ocasión era el turno de matadores con más bagaje y más recorrido en Madrid. Había toreros que lo merecían más que yo». Por eso entiende este nuevo San Isidro, en Vistalegre, como la gran oportunidad para rencontrarse con Madrid y agradecer a su afición todo lo que le dio en sus inicios.

Su llegada al éxito ha sido singular: «Confía más la gente en mí que yo en mí mismo». Recuerda muchas dudas al principio: «Tuve momentos de no disfrutar con lo que hacía, de no sentir nada y de plantearme si merecía la pena hipotecar mi vida a un sueño que veía demasiado lejano». Pero eran otros tiempos, cuando acababa de terminar la carrera de ADE en la universidad y se aventuraba a tomar la decisión más importante de su vida. «Ahora en mi cabeza solo hay toros y hasta me falta tiempo».