San Isidro

Roca Rey alcanza el clímax entre milagros

El peruano corta dos orejas en el mano a mano ante Pablo Aguado, que fue herido en el muslo por el sexto

Roca Rey por manoletinas
Roca Rey por manoletinasCipriano Pastrano

El primero y único de Vegahermosa no mostró peligro aparente en el primer tercio, perdiendo las manos en varias ocasiones, pero fue en banderillas, donde no se esmeró en el primer encuentro, cuando sorprendería a Juan José Domínguez atropellándole violentamente. Pero después de arrollarle, ante la impotencia del resto de la cuadrilla el toro se celó con el banderillero y le volvió a alcanzar hasta en dos ocasiones, una de ellas brutal. El astado le enganchó por la chaquetilla y lo mantuvo en el aire durante varios segundos. Roca tiraba desesperadamente de la cola del animal mientras presenciaba la terrorífica imagen. Una paliza tremenda. El rehiletero, mientras era trasladado de urgencia, a la enfermería capitaneada por Enrique Crespo, se llevaba las manos al pecho, temiéndonos lo peor. Pero llegarían buenas noticias de la enfermería, la cornada no había afectado a vasos ni órganos vitales. Un verdadero milagro.

El banderillero Juan José Domínguez es alcanzado por el primero
El banderillero Juan José Domínguez es alcanzado por el primeroCipriano Pastrano

Roca sin querer entender lo sucedido como una advertencia se plantó en los medios citando a su oponente por estatuarios. Regresaba la tauromaquia del peruano a Madrid dos años después, sin perder ni un atisbo de emoción y entrega, antes se había llevado el capote a la espalda por gaoneras, cambiando la trayectoria del animal en el último suspiro haciendo temblar a la plaza. Las deficiencias que el Vegahermosa había mostrado en el capote desparecieron en la muleta, teniendo recorrido y regalando embestidas profundas. Roca dibujó alguna tanda sin apenas colocarse, como ejecutando un muletazo que no tenía fin, con absoluta ligazón.

Sin embargo, la faena del primero, condicionada por el terrorífico percance del banderillero de Roca no alcanzaría las cotas del tercero. En este Roca no reservó ni un ápice de su personalidad, tirando del tercero, del hierro de Garcigrande por ambos pitones, siendo especialmente bueno por el derecho. El peruano se expuso y se cruzó, recibiendo más de una mirada del Garcigrande, que no asustaría a Roca. La estocada entera le haría recibir dos aclamadas orejas, de mucho mayor peso que las de Luque el martes.

GRAF1598. MADRID, 19/05/2021.- El diestro peruano Andrés Roca Rey con su segundo toro durante el séptimo festejo de la Feria de San Isidro que se celebra en la plaza de toros de Vistalegre, este miércoles en Madrid. EFE/ Rodrigo Jiménez
GRAF1598. MADRID, 19/05/2021.- El diestro peruano Andrés Roca Rey con su segundo toro durante el séptimo festejo de la Feria de San Isidro que se celebra en la plaza de toros de Vistalegre, este miércoles en Madrid. EFE/ Rodrigo JiménezRodrigo JiménezEFE

El pasado fin de semana la rivalidad entre ambos toreros había vivido un primer encuentro, en Córdoba, pero lo de Vistalegre fue distinto. Desde el principio Aguado se resistió a perder la estela del limeño, apostando por quites de gran técnica y precisión. En su primero, del hierro de Jandilla, supo aprovechar las ventajas de su oponente y acabó construyendo una faena sólida que quedaría sin premio, por culpa de los aceros. Se lió con el descabello.

Pero el sevillano protagonizaría uno de los momentos de lo que va de ciclo, con la sencillez y magia del torero sevillano. Un toro exquisito que embestía al ralentí y caminando, con el que Aguado se pudo lucir con verónicas interminables. Vistalegre se puso en pie. El diestro intentó aplicar este ritmo a la muleta, sin darse cuenta que la faena iba cayendo en intensidad y sin poder aprovechar las grandísimas condiciones del de Garcigrande que embestía humillando y con calidad.

Así llegaban al último «asalto» con Roca dominando en el apartado de trofeos y en la muleta, pudiendo más a sus toros, mientras Aguado solo habría brillado con el capote, aunque las verónicas quedarán para la memoria. Pero llegaría el turno de los Núñez del Cuvillo, los que más desentonaron de la gran corrida que llevábamos. Ni siquiera Roca podía provocar la embestidas al quinto. La tarde parecía haber alcanzado hace rato la cima de su clímax y venía la cuesta abajo. Los aficionados aprovechaban para felicitar a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, pero también para hacerle alguna sugerencia, como recordarla que Las Ventas es plaza de temporada, animándola a que La Monumental recobre la normalidad lo antes posible.

Pero el mundo del toro está agradecido a ella, no solo por su constante defensa a la tauromaquia públicamente como con su asistencia ayer a Vistalegre, sino también por las ayudas que ha anunciado para el campo bravo y la organización del festival del 2 de mayo, destinado a recuperar el sector. Así el compromiso de Ayuso no es «postureo de callejón», sino una apuesta real por la cultura. De hecho, esta tarde de reivindicaciones la inauguraban un grupo de representantes de alumnos de la escuela taurina madrileña, que portaron una pancarta que rezaba «Nosotros también queremos ser toreros, como Roca Rey y Aguado».

Aguado no quería irse de vacío y se la jugó con un sexto que no regaló nada. Aún así el sevillano le consiguió robar varios muletazos de bella factura, aunque el toro no era de premio. Al entrar a matar fue alcanzado por el animal corneándolo a la altura del muslo con tres trayectorias.