Entrevista

Daniel Luque: «No paro, pero si no veo a la familia me dan los tres avisos»

El sevillano, triunfaba el viernes en El Puerto tras hacerlo en Vistalegre, Huelva o Castellón, como la revelación del año

Imagen de archivo de Daniel Luque
Imagen de archivo de Daniel LuqueLuque prensa

Los toreros no entienden de vacaciones, al menos en verano, cuando las ferias se suceden y los días de descanso se pasan en el campo. Un no parar. Pero Daniel Luque, aun viviendo la temporada más intensa de su carrera, mantiene los pies en el suelo y no desatiende a los que siempre estuvieron ahí, cuando el teléfono no sonaba y la joven promesa parecía desvanecerse. Este año no se le escapa un toro, el parón de la pandemia parece haber sido un milagro en él, convirtiéndole en un torero más maduro, concentrado y con una claridad pasmosa para interpretar cada faena. Así, no le afecta la categoría de la plaza, el encaste de los astados o la presión de los aficionados. Tras haber vivido la parte más dura de su profesión disfruta doblemente este momento tan dulce, incluso mostrando empatía con sus rivales directos. El viernes en el Puerto de Santamaría, acartelado junto a El Juli y Juan Ortega, volvía a demostrar su gran momento de forma, como ya hizo en el San Isidro de Vistalegre, Huelva, Francia, o Castellón. No para.

–Solo en la Feria de El Puerto han sido protagonistas tres sevillanos (Luque, Morante y Juan Ortega). ¿Se disfruta doblemente cuando se comparte un gran momento con toreros de su tierra?

–Sin duda, me alegro especialmente por ellos, a quienes admiro. Creo que esto garantiza una Feria de Abril del más alto nivel. Espero que podamos plasmar en casa lo que estamos evolucionando esta temporada. Aunque Morante es otro mundo.

–¿Se pierde el evento de José Antonio con los de Prieto de la Cal?

–Ni loco, me voy a quedar toda la Feria en El Puerto, para verle a él y estar con la familia. Este año afortunadamente no estoy parando de torear y si no paso tiempo con ellos me van a sonar los tres avisos (se ríe).

–¿Espera seguir su ejemplo en otra ocasión?

–Sí, creo que debemos dar oportunidades a todo tipo de ganaderías y medirnos con ellas. Para la próxima Feria de Otoño pedí estar en la corrida de Adolfo, como ya he hecho en Castellón, pero la empresa decidió apostar por la encerrona de Ferrera. –En cambio Luque estará en el cartel de El Juli y Perera con toros de Santiago Domecq–.

–Su apoderado (Carlos Zúñiga) es también el empresario de El Puerto y otras plazas en las que está anunciado esta temporada como Gijón, Colmenar o Aranjuez. ¿Este factor suma responsabilidad?

–Sí da una presión añadida, pero creo que la sabemos compartir bien. Cada uno hacemos nuestro trabajo sin olvidarnos en el bien del otro. Mientras yo mantenga este nivel y el siga con el compromiso de hacer estas ferias con tantos alicientes nada puede salir mal. A veces porque el empresario sea tu apoderado parece que tengas que demostrar doblemente lo que vales, pero esas cosas no me importan. Siempre intento ganarme una nueva oportunidad independientemente de la plaza que pise.

–¿Tampoco le importa poder ser considerado figura?

–No, al menos no me obsesiona. Lo único que me preocupa es que la gente que algún día perdió la confianza en mí la recupere. Creo que también es clave saber decir «no» a veces, pero siempre con los pies en el suelo.

–¿Sigue marcado por aquellos años en los que no pudo cumplir con las expectativas que despertó de novillero y debutante?

–Sí, esos años no se olvidan. Fueron tres o cuatro temporadas muy difíciles. No me sentía realizado, pero creo que esa etapa solo me ha hecho más fuerte.

–En esos años Francia siempre es un salvavidas, pero usted sigue acudiendo a esas mismas plazas aunque ya no lo necesite.

–A las mismas plazas y con las mismas ganaderías, me siento muy cómodo volviendo a allí donde se me abrieron las oportunidades.

–Trayectoria similar ha cruzado su compañero Emilio de Justo, con quien podría disputarse aquellos huecos que ha dejado vacíos la marcha de Ponce.

–Es una rivalidad auténtica, que ya pudimos vivir este año en Castellón. Creo que el escalafón también demandaba esta competencia, es algo que nos motiva y beneficia a todos. Pero también siento gran respeto por él, sé que como yo se ha tenido que buscar la vida con mucho sacrificio y no ha tenido un camino fácil. Aunque ahora luchemos por el mismo objetivo, me alegro por él.