Toros
Albacete y el toreo se vuelcan con De la Viña: «Es tan poderoso que parecía imposible que le cogiese un toro»
El banderillero herido de extrema gravedad hace nueve días en Zaragoza evoluciona favorablemente y ya tolera bien la comida. Su entorno familiar y profesional rememoran sus más de tres décadas de trayectoria.
El banderillero herido de extrema gravedad hace nueve días en Zaragoza evoluciona favorablemente y ya tolera bien la comida. Su entorno familiar y profesional rememoran sus más de tres décadas de trayectoria.
Siempre a las órdenes de su matador, al servicio de los demás y dispuesto a echar un capote para salvar a cualquier compañero. Filosofía de banderillero, de torero de plata. Quienes realmente saben de toros destacan de Mariano de la Viña su poder, una capacidad que había mostrado en el ruedos y que estos días ha manifestado en la adversidad. El subalterno de la cuadrilla de Enrique Ponce era intervenido de vida o muerte hace una semana en la Plaza de Toros de Zaragoza, donde sufrió dos espantosas cornadas en la última de la Feria de El Pilar.
Su primo Rafael de la Viña, con quien dio sus primeros pasos profesionales, sigue su evolución minuto a minuto: «Ya está mejor, pero sigue en la UCI porque es donde mejor le pueden atender. Ya se encuentra bien a nivel estomacal y tolera bien la comida. También tiene buen retroceso sanguíneo y no presenta fiebre». Como suele ocurrir en este tipo de percances, «el que menos ha sufrido en todo este proceso ha sido él, no ha sido consciente de nada. No he podido hablar personalmente con él pero me consta que está animado», reconoce su familiar. Lejos del alivio actual, Rafael sí que reconoce que «a pesar de que sabía que estaba en las mejores manos posibles viví un calvario hasta que lo estabilizaron. Era una situación que casi ningún otro cirujano habría sido capaz de salvar». Fue intervenido por Val-Carreres.
Mariano y Rafael son la tercera generación de una saga de toreros. Su abuelo fue novillero, su padre maestro de la escuela taurina de Albacete y ellos vivieron juntos sus comienzos profesionales, hasta la alternativa de Rafael. Todo en familia. Pero más allá de los lazos de sangre, el tiempo y la amistad acabarían sumando un nuevo miembro a este linaje, Enrique Ponce: «Son como hermanos, se han criado juntos en Valencia tanto profesional como personalmente», asegura Rafael. Pero antes de asentarse en la cuadrilla del valenciano el rehiletero albaceteño, estuvo a las órdenes de Raúl Zorita y Víctor Mendes, periodo en el que un accidente de moto le alejó de los ruedos durante toda la temporada.
Mariano de la Viña, viva sombra de Ponce durante más de dos décadas, ha demostrado siempre su fidelidad al maestro valenciano, hasta en los momentos más delicados. Así lo recuerda el mismo ex alcalde de Albacete, Manuel Serrano: «El otro día, cuando Ponce publicó un comunicado en el que decía «ahora soy yo el que me arrodillo ante ti» me acordé de unas declaraciones de Mariano cuando tuvo que dejar por unos años la cuadrilla de Enrique». ‘Siempre besaré por donde pise el maestro’ pronunció el banderillero de 51 años incluso en el que seguramente fue su peor momento profesional, cuando circunstancias ajenas a él le obligaban a desvincularse de un amigo casi fraternal.
El ex alcalde de Albacete y actual Portavoz del PP en el Ayuntamiento fue el responsable de que Mariano de la Viña protagonizase el pregón de las fiestas taurinas locales el pasado año. Un honor que recibió emocionado mientras se vestía para actuar en Almería y que ya habían tenido otras personalidades como Dámaso González, Albert Boadella, Damián Ruiz o Miguel Ángel Perera. Manuel Serrano todavía se siente orgulloso de dicha elección: «Además de reconocer la trayectoria de Mariano era una forma de homenajear a la figura del subalterno. Él es uno de esos toreros de plata que hacen brillar el oro. Cualquier banderillero soñaría con ser como él, hace buenos hasta a los peores toros». Por estas condiciones lidiadoras decidió Daniel Luque acogerle en su cuadrilla durante esos dos años que estuvo alejado del maestro de Chiva: «La confianza que te dan todos sus años de experiencia y su conocimiento del toreo fundamental fue lo que me convenció para apostar por él. Y no me equivoqué. Además, es un tío excepcional», afirma Luque. El matador sevillano reconoce que siempre que le ve, como cuando se lo encontró en Zaragoza el día antes del terrible percance, siempre le recuerda aquel toro en el que le salvó de un mal trago: «Una tarde en Torrejón de Ardoz me salió un burraco de los que se dicen ‘toreados’. Darle un simple capotazo era toda una quimera. Creo que Mariano es el único hombre capaz de conseguir que ese toro no acabase en los corrales».
Su paisano Rubén Pinar, a pesar de no haber contado con él en su cuadrilla, sí que conoce su lado más humano: «Aunque no tengamos una estrechísima relación es de las primeras personas a las que he acudido cuando he tenido que tomar decisiones importantes. Además ha estado presente desde mis primeros pasos en Albacete hasta mi alternativa». El diestro de Tobarra también reconoce que «es de esos nombres de los que sorprende ver en un parte médico. Es un torero tan sumamente poderosos que parecía imposible que le pudiese coger un toro».
✕
Accede a tu cuenta para comentar