Pamplona

Alberto Aguilar: «Triunfar en San Fermín tiene repercusión mundial»

Tras conquistar Madrid, el diestro madrileño torea esta tarde en Pamplona con reses de Valdefresno

Alberto Aguilar llega a Pamplona tras rozar la Puerta Grande en San Isidro
Alberto Aguilar llega a Pamplona tras rozar la Puerta Grande en San Isidrolarazon

Al sobresaliente en el pasado San Isidro de Alberto Aguilar sólo le faltó la matrícula de honor de una Puerta Grande cerrada a cal y canto por la falta de afición de un palco cargado de necedad. Pese a ello, la dimensión de este torero madrileño, en cuatro tardes en Las Ventas en menos de un mes, ha sido el mejor aval para lograr pasaporte directo al circuito de ferias. Y es que el 2013 es el año de Alberto Aguilar. Su próxima parada, Pamplona.

-Cumbre en Madrid, hoy toca otro Everest: San Fermín.

-Por supuesto, otro puerto de montaña importante, difícil de escalar, pero en el que hay que dar la cara y demostrar que quiero seguir firme y contando para los carteles en todas las ferias. Es una feria diferente, eso es cierto, pero tiene mucho peso. Además, a la trascendencia de la televisión, hay que sumar su universalidad, porque todo lo que sucede en San Fermín, triunfar aquí, tiene repercusión a nivel mundial.

-Habla de una feria distinta al resto, usted ya descubrió lo que es la Feria del Toro.

-Sí, hace un par de temporadas maté la de Dolores Aguirre. Una tarde para resolver con solvencia, poco más. Fue mi debut en Pamplona y reconozco que me sorprendió mucho el ambiente, me marcó muchísimo.

-¿Cuesta más concentrarse en la cara del toro?

-No sé a los demás, pero a mí, desde luego, me costó. Llevo un puñado de días trabajando en ello, mentalizándome, así que este año estoy convencido de que no me va a pasar otra vez. Esa tarde descubrí que aquí manda otra filosofía, otra mentalidad. O se encaja o no se encaja, pero siempre hay que ser fiel a uno mismo, a su concepto, a hacer el toreo bueno o, al menos, a intentarlo.

-¿Resulta entonces más complicado convencer a todos en Pamplona?

-Es evidente que hay dos mitades. Sin embargo, tanto a los del sol como a los de sombra, si lo que sucede en el ruedo es interesante, se les convence rápido. Para ello, insisto, lo mejor es no salirse del guión y ser fiel a uno mismo en su idea del toreo, porque en Pamplona, aunque un sector vaya más a la plaza a pasárselo bien, también hay una muy buena afición que sabe valorar el buen toreo.

-Hubo movimiento en corrales y, al final, Valdefresno por Cebada Gago.

-Sí, me da mucha pena por la familia Cebada, sobre todo, por José y Salvador. Estoy seguro de que no les ha sentado bien y de que se han llevado un disgusto grande, porque ponen mucho empeño en su ganadería y son muchos años viniendo aquí, pero si la Comisión lo decidió así... Se demuestra que en esta feria, da igual el nombre, se respeta el trapío al máximo y sale el toro de verdad. He visto alguna foto de los toros que ha embarcado Valdefresno y es una corrida fuerte, con cara, muy de Pamplona. Un encierro de los que gustan en esta tierra.

-Este regreso a Pamplona corrobora su entrada en el circuito de ferias. ¿Qué tal se siente?

-Muy a gusto. Feliz, porque esta temporada me van saliendo las cosas y tanto trabajo encuentra su lógica consecuencia. En la forma de torear, en los triunfos, en las contrataciones... Hay una progresión. Pero quiero aspirar a más, soy ambicioso, porque confío en mis posibilidades.

-Porque el objetivo ahora es consolidarse y ascenderse dentro de estos carteles, ¿no?

-Claro, me he ganado una temporada tan bonita como la que tengo por delante. Vamos a torear mucho y poder disfrutar de lo mejor de esta profesión, aunque habrá que arrear en ellas y no relajarse para subir un nuevo escalón y quedarnos bien colocados para las primeras ferias del próximo año. Poco a poco, percibo que entro en otro tipo de carteles que antes no estaban a mi alcance, pero sin salir de ese otro tipo de corridas, ahí están los ejemplos de la misma Cebada o de Victorino Martín, que me han dado pie a este lugar actual.

-Y con José Antonio Campuzano, su apoderado, de la mano. ¿Cómo se encuentra tras el percance?

-Bien, cada vez mejor, ya va comiendo con normalidad y el domingo incluso me acompañó a Francia. Estará hoy también en el callejón y como él mismo dice está «para torear setenta corridas de toros». Afortunadamente todo ha quedado en un susto muy desagradable que no le deseo ni a mi peor enemigo.

-¿Está Alberto Aguilar en el mejor momento de su carrera?

-Espero que no, que haya todavía mucho más que descubrirme. A ver, seamos sinceros, yo todavía no he hecho nada en el mundo del toro. Me quedan muchas cosas por decir. Siempre cuando vienen los momentos buenos, se habla de la madurez de un torero, pero pienso que aún hay recorrido por delante para seguir avanzando.

-¿Y qué le pide al resto de la temporada?

-Una pizca más de suerte en los sorteos. He tenido algunos lotes que no me han servido para demasiado y he salido de la plaza con ese dolor de barriga por no haber podido disfrutar, ni triunfar ni salir con las orejas en la mano. Tampoco pido un carretón, pero, por lo menos, ese toro que saca buen fondo y te regala quince pases en los que sentirte. Afortunadamente, este añó aún me quedan muchos toros por lidiar, por ello, estoy seguro de que, desde esta misma tarde, va a cambiar la fortuna y volveré a puntuar fuerte en Pamplona.