Francia

David Adalid: «El toro me hubiera tenido que arrancar la pierna para no volver a salir»

El banderillero resultó herido en el gemelo el pasado domingo en Nimes

David Adalid, el pasado domingo en Nimes
David Adalid, el pasado domingo en Nimeslarazon

«Como agradecimiento y por lo que le debo a Madrid, mi mente está puesta en reaparecer el seis de octubre en Las Ventas», sentencia David Adalid. Lo tiene claro. El torero de plata resultó herido el pasado domingo en Nimes por un toro de Miura. El ejemplar le causó una herida en el gemelo derecho con dos trayectorias, una de diez y otra de ocho centímetros.

A pesar del dolor, volvió a salir al ruedo. Y de nuevo, resultó prendido de forma aparatosa. «La cogida fue muy dramática para lo que luego realmente ha sido; aparte de las contusiones no hay nada roto y sólo es la cornada en el gemelo», asegura Adalid, restando importancia al percance.

Y añade: «Me encuentro bien, no he tenido fiebre ni infecciones, la recuperación es favorable y lo que deseo es que me quiten los drenajes para empezar lo antes posible con la rehabilitación, así que mañana iré a ver a Máximo García Padrós -cirujano jefe de Las Ventas- para que valore él la herida».

Tras el percance, lo habitual hubiera sido visitar la enfermería, pero David Adalid tiró de amor propio: «Me hubiera tenido que arrancar la pierna para no volver a salir; me ha costado mucho entrar en las ferias, después de tanto tiempo en el Valle del Terror, y ahora que lo he conseguido, mi físico no me deja quedarme quieto».

Y volvió a clavar un par consciente del peligro que suponía: «Sabía que el toro me cortaría el viaje, pero me sorprendió en el último momento, cuando alargó el cuello para cazarme; no me lo esperaba». Ante esa reacción, la cogida era inevitable: «Aunque no llevara la cornada, me hubiera cogido de todas formas, porque para evitar ese último movimiento, la solución era clavar sólo una banderilla y eso no entra en mi mente».

Además, la plaza exigía dar la cara: «El compromiso que tenemos con Francia es enorme y la responsabilidad, también; así, decidí apostar, tirar la moneda al aire para lograr la gloria», asegura el torero. «Fue una de esas tardes que se pagan con sangre pero merece la pena jugarse la vida siempre que sea con verdad y sin quedarse uno nada dentro; por eso, lo volvería a hacer sin duda», concluye.