Santander

De mayor quiero ser torero

El Juli, Miguel Ángel Perera y Alberto Aguilar enseñan a los más pequeños las nociones básicas del toreo

Miguel Ángel Perera, El Juli y Alberto Aguilar enseñaron a torear a decenas de niños
Miguel Ángel Perera, El Juli y Alberto Aguilar enseñaron a torear a decenas de niñoslarazon

Iban sin trajes de luces, aunque no dejaron de brillar. Tres matadores de toros frente a decenas de tiernas fieras. Esta mañana, Julián López «El Juli», Miguel Ángel Perera y Alberto Aguilar han hecho faena en Santander. No había orejas ni rabos de por medio pero sí destellos de emoción. Niños y jóvenes han acudido a los Jardines de Piquío para ver de cerca a sus ídolos más queridos. Ha sido una exhibición de toreo de salón, en la que los más pequeños han podido aprender las nociones básicas para lidiar un astado.

«Esto es un paso más para el fomento y promoción del arte de torear. Hay que enseñar y trasladar a los ciudadanos principios como la integridad, la verdad, la lealtad o el respeto hacia una profesión, tan presentes en el mundo de los toros. Ver a niños ilusionados es muy gratificante para nosotros», ha dicho El Juli. La tauromaquia no entiende de edades y concienciar a los jóvenes resulta fundamental. Para el diestro, «los toreros cada vez se involucran más para que el futuro no sea incierto. El que piense que ahora esto está igual que hace 20 años se equivoca. La sociedad ha evolucionado y el toreo debe hacerlo, a pesar de seguir jugándonos la vida en vivo y en directo. Un joven no puede dejar de ir a los toros por motivos económicos».

Los capotes y las muletas no han faltado en la cita. Incluso había quien lucía su montera. Bajo la vigilancia de los maestros, quienes han dado multitud de lecciones, unos hacían verónicas mientras otros pases de pecho. Según José Miguel Álvarez, presidente de la Asociación Taurina de Cantabria, «en Santander hay mucha gente joven aficionada a los toros que no recibe la atención que merece. Había que hacer algo para los jóvenes cántabros y qué mejor que esta exhibición. Es necesario que las figuras taurinas sean accesibles y que los niños vean a sus ídolos vestidos de calle». Pese a la pasión que se desprende, en Cantabria no existe ninguna escuela taurina. No obstante, Álvarez ha asegurado que «la Asociación pretende recuperar la que hubo en su día».

Ismael tiene 11 años, es de Santander y de mayor quiere ser torero. Entre sus ídolos destaca José Tomás, a quien le gustaría ver más a menudo. También le encanta la manera de templar de Enrique Ponce, así como Javier Castaño «por haber recuperado los dos primeros tercios», ha confesado. No ha asistido nunca a una clase de toreo. Sin embargo, sabe medir los tiempos y, con el capote entre las manos, apunta buenas maneras. «Me gustan los toros desde muy pequeño. Quizás la afición me viene por las ferias de ganado de Cantabria. Lo más importante para torear es el valor, el temple y atreverse con todas las ganaderías», ha revelado.