Ferrera pellizca la mañana y arrebata

Sorprendían los claros en los tendidos de la plaza de Olivenza. La baja de Emilio de Justo, por la rotura del escafoides en Vistalegre, con la sustitución de Perera, como sorprendían los hachazos del primer zalduendo en la muleta de Ferrera queriendo defender por dentro lo que no era capaz de empujar para adelante.

Sorprendían los claros en los tendidos de la plaza de Olivenza. La baja de Emilio de Justo, por la rotura del escafoides en Vistalegre, con la sustitución de Perera, como sorprendían los hachazos del primer zalduendo en la muleta de Ferrera queriendo defender por dentro lo que no era capaz de empujar para adelante. O la largura de la faena de Castella al buen segundo en la que escuchamos un aviso incluso antes de entrar a matar, nos sorprendía la vida en el cuarto festejo de la feria de Olivenza que esta tarde pondrá, un año más, su punto final. O sorprendía aun más que cuando Perera se disponía casi a empezar su faena de muleta al tercero todo volvió a empezar de nuevo al lastimarse el toro. Una hora y cuarto de festejo y dos toros (y cuarto y mitad). Iba para largo la cosa. Castella había paseado hasta ahora el único trofeo de la mañana con un buen ejemplar de Zalduendo con el que anduvo dispuesto de principio a fin. Desde el quite por chicuelinas rematado con una larga a la faena por ambos pitones. Decoroso siempre. Largo también. Ferrera se las vio con un toro más complicado y lo defendió con oficio y serenidad. Y Perera paseó de bordear la tragedia en los comienzos de rodillas y pases cambiados a hartarse a dejarle la muleta en la cara y que el toro la persiguiera en redondo. Hasta que al animal se le fundieron los plomos y decidió rajarse. Era el tercero. La estocada. El aviso y el trofeo.

Se inspiró Ferrera cuando volvió a escena en un recital de capote de no dejarte pensar. Tuvo nobleza y repetición el cuarto Zalduendo con la nota negativa de rajarse. Antonio hizo una faena a su medida, creativa, distinta y espontánea, también en los tiempos en los que se alargó a pesar de que el animal estaba ya en tableros. En la verticalidad siempre se fue construyendo su propia historia y metiendo al público en el bolsillo con muletazos de gran calado. La estocada no dejó lugar a dudas y paseó el doble premio.

Noblón fue el quinto con el que Castella construyó una faena más compacta en la parte inicial y mató de una buena estocada y Perera despidió la mañana a placer con las irresistibles bondades del sexto, que se hartó a embestir hasta que se rajó... Una larga jornada matinal de casi tres horas y siete avisos. Ferrera puso la improvisación y los toros las embestidas incondicionales.

Ficha del festejo:

Olivenza (Badajoz). Cuarta de Feria. Se lidiaron toros de Zalduendo. 1º, deslucido; 2º, bueno; 3º, bis, de buena condición aunque acaba rajándose; 4º, noble y rajado; 5º, noblón y bueno; 6º, bueno. Media.

Antonio Ferrera, de turquesa y oro, pinchazo, media, aviso, descabello (saludos); aviso, buena estocada (dos orejas).

Sebastián Castella, de rioja y oro, aviso, buena estocada, dos avisos, descabello (oreja); estocada desprendida, aviso (oreja).

Miguel Ángel Perera, de azul y oro, estocada, aviso (oreja); estocada, aviso (oreja).