Sanfermines

La vida en blanco y rojo: Los Elizalde

Los de Jandilla fueron los más rápidos de lo que llevamos de Sanfermines, parando el cronómetro en 2.12 minutos.
Los de Jandilla fueron los más rápidos de lo que llevamos de Sanfermines, parando el cronómetro en 2.12 minutos.larazon

Hay muchas historias de las fiestas sanfermineras que se han convertido en un tópico y en un atractivo para turistas iniciados. Se puede hablar de un tour secreto que va desde la alpargata al apartado, pasando por algún almuercico en la calle. Casi todos los que han pasado por la Feria de Julio en Pamplona y se consideran gente, han recalado por una singular churrería cerca de Navarrería llamada La Mañueta. Y ya es conocida esa tradición que dice que la familia mantiene el legado abriendo sólo los días de fiestas con el trabajo exclusivo de la saga, integrada por profesionales de primer nivel. Churrería de leña con unos aceites hirviendo que tal vez no pasaran nigún control administrativo mediocre de los actuales, pero que encierra un corazón. Se habla mucho de la gente pamplonesa como territorio moral de acogida pero poco de lo que significa para los navarros la idea de familia. Los Elizalde son un conjunto barojiano de grandes personas que han encontrado el santo y seña de la felicidad en saber que son una piña. Porque comerse un churro en la Mañueta es compartir un pedazo de vida con una gente que lo da todo y que sabe que mirándonos a los ojos y al alma somos todos mejores personas. Elías, Pepe, Tito, Ana y Fermín son sujetos irrepetibles en la inigualable Pamplona. Cada acto, como el encierro del 11 de julio, rápido y que va espabilando de la pared al que sólo mira, es un ejemplo de que aquí se está o no se está. Y los toreros como Cayetano, que con un brazalete homenajea a su abuelo, el maestro Ordóñez. La matriarca, Doña Paulina, resume la casta navarra y la raza de una familia que sólo regala todo lo que tiene con los suyos y con los que considera amigos. La gran Olga, juez de Bilbao, repasa temas del concursal mientras desgrana la mejoría que tiene que llegar de ese Pepe lleno de arte. Nadie puede pensar que Pamplona se escribe sin los Elizalde. Es tanta su autenticidad que el todoterreno Fermín, el genuino churrero vestido para los toros, no acude al 3 estos días, donde todos le echamos de menos, para no molestar. ¡Va por vosotros, va por Pepe!