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Feria de San Fermín

Lama de Góngora y Luis Algarra, triunfo in extremis en Sevilla

El novillero corta dos orejas en su encerrona con la que finaliza la temporada en La Maestranza

Derechazo de Lama de Góngora, esta tarde en La Maestranza
Derechazo de Lama de Góngora, esta tarde en La Maestranzalarazon

Sevilla. Se lidiaron novillos de, por orden de lidia, El Parralejo, Fuente Ymbro, Javier Molina, El Pilar, y Luis Algarra (5º bis, que sustituyó a uno de Daniel Ruiz que se partió un pitón, y 6º), bien presentados con cuajo y rematados. Por juego, destacados el de Fuente Ymbro y los dos de Luis Algarra, manejable aunque sin chispa el de El Parralejo y parados 3º y 4º de Javier Molina y El Pilar, respectivamente. Media entrada en tarde ventosa y fría.

Lama de Góngora, de purísima y oro, estocada (saludos); media, estocada (vuelta al ruedo tras petición); pinchazo hondo (silencio); tres pinchazos, descabello (silencio); estocada (oreja); y pinchazo, estocada (oreja).

Lama de Góngora salvó con decoro y hasta con brillantez su encerrona con seis novillos, de distintas ganaderías, en La Real Maestranza de Caballerías de Sevilla. Fue un digno final a una temporada atípica en el albero hispalense. No tuvo suerte con el juego que depararon los novillos tercero y cuarto, que se pararon muy pronto y no le dieron ninguna opción, pero estuvo brillante y solvente con aquellos utreros que mostraron mejor son en su comportamiento, sobre todo con el bravo y encastado segundo animal del hierro de Fuente Ymbro y la calidad de embestida de los que cerraron plaza, de Luis Algarra, ganadería que llevaba varias décadas ausente de Sevilla.

El utrero que abrió plaza, de El Parralejo, obtuvo un juego a veces manejable y otras más brusco, aunque siempre le faltó chispa en sus embestidas. Lo recibió a portagayola y lo lanceó con gusto, aunque salía distraído de la suerte. Manseó en varas y tuvo un comportamiento cambiante en sus embestidas. Anduvo dispuesto el novillero sevillano en una labor con altibajos que brilló más y mejor sobre la diestra hasta que el animal se fue apagando. Subió el tono de la tarde ante el segundo. El de Fuente Ymbro resultó bravo y vibrante en sus acometidas, recordando a sus hermanos lidiados el pasado 2 de junio y que posibilitaron entonces la salida por la Puerta del Príncipe de Borja Jiménez, José Garrido y el propio ganadero, Ricardo Gallardo. A punto estuvo Lama de Góngora de cortarle la oreja. Fue una faena basada en la derecha, con temple, gusto y dominio, bajando la mano y dejando tandas de muletazos de amplia respuesta en los tendidos, pero la media estocada tendida le restó la posible oreja, que no obstante fue pedida por parte del público.

Queda dicho que ni tercero ni cuarto dieron opciones de lucimiento, por resultar ambos sosos en sus acometidas y agotarse pronto. Sin embargo, ante el cuarto Lama de Góngora dejó un ramillete de excelentes verónicas en su recibo de capa. Después no pudo pasar de tesonero en su intento de sacar faena.

El quinto novillo, de Daniel Ruiz, se partió el pitón derecho por la cepa al derrotar contra un burladero al poco de salir al ruedo. Fue devuelto y el destino quiso que saliera el sobrero de Luis Algarra con mucha calidad en sus embestidas. Lo recibió a portagayola el novillero y tras una larga cambiada de rodillas a modo de recibo, le enjaretó otra más junto al tercio y otras tres en el centro del ruedo. Subió el termómetro ambiental y se enrachó el final de la tarde. Cerca del terreno de chiqueros embistió con dulzura el novillo, la misma que hubo en los muletazos de Lama de Góngora, sobre todo por la derecha. Tras cortarle la primera oreja, se fue de nuevo a portagayola para recibir al sexto, del mismo hierro ganadero, con el que se lució posteriormente en bonitas verónicas, preámbulo de otra faena con mucho empaque en la que predominó el temple y el gusto en el primer tramo para mostrar después un valor seco y sereno en terreno de cercanía para cerrar su obra y la tarde. El pinchazo previo a la estocada no restó grados al premio.

El definitiva, Lama de Góngora saldó con suficiencia artística su encerrona sevillana y el cierre de temporada y Luis Algarra, su ganadería, volvió con dignidad y buen juego de los utreros a la plaza de Sevilla. Quizá faltase mayores recursos y variedad de repertorio, pero rubricó con brillantez a los novillos más lucidos del encierro.