Sin nuevas glorias que ofrecer

Valencia. Segunda de la Feria de la Comunidad.Toros de Lagunajanda, el segundo corrido como sobrero, muy bien presentados y de juego desigual, destacando el buen quinto. Un tercio de entrada.

Ángel de la Rosa, de burdeos y azabache, bajonazo (ovación); José Calvo, de azul pavo y oro, estocada entera (silencio); David Esteve, de calabaza y oro, pinchazo, estocada entera, descabello (silencio); Sergio Ferrer, de grosella y oro, estocada entera, aviso (silencio); Alberto Gómez, de grana y oro, estocada, tres descabellos (vuelta al ruedo); y Pedro de Flora, de celeste y oro, tres pinchazos, estocada, dos descabellos (silencio).

De las cuadrillas destacaron Miguel Ángel García, El Dani y El Puchano.

«Per ofrenar noves glories a España», reza el himno de Valencia, cuya versión enlatada -y completa- sonó antes de comenzar el segundo y último festejo de la Feria de la Comunidad Valenciana, con el que se cerraba la temporada en esta plaza. También esa, la de «ofrenar noves glories a la afición», era la idea con la que hicieron el paseíllo los seis diestros a los que finalmente la empresa dio la oportunidad de actuar en esta función. Sin embargo, cuando de nuevo el himno regional sonó al final de la corrida, no hubo apenas nada para recordar. Y mucho menos gloria. En algún caso bastante hubo con salir indemne del paso.

Y eso que, dentro de un encierro serio y astifino de Lagunajanda y de juego dispar, hubo algún toro con posibilidades. Como el quinto, con el que Alberto Gómez dejó las mejores verónicas de la tarde -que mucha gente no vio, pendiente como estaba en esos momentos de la pelotera que en un palco tenía la policía con un espectador reivindicativo que pedía las cuentas de la empresa- y que tuvo clase y movilidad, repitiendo sus embestidas y arrastrando el morro por la arena. El espada valenciano tuvo un arranque de faena muy torero, con dos pases de las flores que dieron paso a un trasteo en el que se quedó muy quieto y trató de ligar los muletazos, templando y llevando toreado a su oponente. Pudo tocar pelo, pero tardó en doblar el toro y todo su premio quedó en una vuelta al ruedo.

Ángel de la Rosa fue ovacionado tras una labor en la que dejó ver su clase, pero que fue muy a menos y todo lo demás fue silencio. José Calvo, con un sobrero noble pero sin excesiva entrega, no acabó de cogerle el «tranquillo» a su antagonista y acabó muy embarullado.

David Esteve apenas tuvo opción con un astado muy serio y ofensivo, que se defendió enseguida. Sergio Ferrer, que se alivió mucho en los lances de recibo, se justificó luego en una faena larga y tesonera; y Pedro de Flora, que de novillero se anunciba como Lumbrerita, pasó un mal rato ante un toro más alto que él y al que dejó sin picar. Sin poder darle un muletazo ante los continuos cabezazos de un aninal al que no pudo someter en ningún momento.