Televisión

Stone: Elegía a Putin

Movistar + estrena hoy la primera parte del polémico documental que el director rodó con el presidente ruso y que consta de cuatro capítulos

El presidente Vladímir Putin, con Oliver Stone, durante uno de los momentos de la entrevista
El presidente Vladímir Putin, con Oliver Stone, durante uno de los momentos de la entrevistalarazon

Movistar + estrena hoy la primera parte del polémico documental que el director rodó con el presidente ruso y que consta de cuatro capítulos.

No se sabe si Oliver Stone ha dejado el cine o ha sido éste el que le ha dejado a él. Su última película fue en 2012 («Salvajes»). Pero hay que remontarse más de diez años atrás, a 2003, para intuir la que iba a ser su nueva vocación: realizar documentales sobre personalidades históricas que, no por casualidad, son dictadores de izquierda y, además, detractores de Estados Unidos. Después de «Persona non grata», 2002, en el que el protagonista principal era Yosser Arafat y cuales piezas de dominó fue entrevistando a Fidel Castro en «Comandante» (2003), y «Looking for Fidel» (2004), a Evo Morales y Raúl Castro entre otros en «Al sur de la frontera» (2009), «Fidel Castro en invierno» (2012), «Mi amigo Hugo» (2014) y, finalmente, «Conversaciones con Putin», un documental de cuatro episodios que estrena en exclusiva hoy Movistar + a las 21:00 horas.

¿Qué personaje sale después de los títulos de crédito? El omnipresente Stone. Lo graban mientras le colocan el micrófono y se rotulan las informaciones que vincularon al presidente de Rusia con el ataque cibernético que causó la apropiación y distribución de 20.000 correos del Comité Nacional Demócrata y se nos informa que fueron encuentros grabados entre 2015 y 2017. En la inocencia del espectador se espera que la primera pregunta aborde ese tema. Error. Stone y Putin se sientan en una gran mesa y empiezan a comentar su infancia. Se hablan de tú y, por primera vez, descubren que Putin se ríe. En esa situación, a cualquier periodista del mundo se le diría que, primero, se desvía del tema principal y, después, que hay una complicidad entre entrevistador y entrevistado que levanta sospechas. Y no es un equívoco, como Stone declaró al diario británico «The Guardian»: «En Rusia tienen libertad de culto, viajan. El pueblo ruso nunca ha estado major. Pero por supuesto en Estados Unidos se sigue pensando que son miserables y dictadores».

Contra Gorbachov

El director de «Platoon» empieza con preguntas políticas, como su valoración de la Perestroika que lideró Gorbachov y Putin empieza a asomar la patita: es sabido que no se lleva bien con él y su evaluación es amablemente (domina el lenguaje politico) devastadora: «Gorbachov sabía que el país necesitaba cambios, pero no sabían cuáles eran y cómo abordarlos». También le culpa solapadamente de la descomposición de la Unión Soviética: «25 millones de rusos fueron expulsados del país y eso sí que fue una catástrofe». Hubiera sido un buen momento para que el crítico e implacable Stone con los dirigentes de su país le hubiese precisado que Estonia, Lituania y Letonia rompieron relaciones con Moscú y que en 1991 otras nueve repúblicas se desligaron del bloque. Pero en este especial no hay ocasiones para las repreguntas por una razón muy simple, porque las preguntas juegan a favor del entrevistado. E irritará a más de uno cuando Putin comenta que «no tengo malos días porque no soy una mujer» o «que prefiero no ducharme ante un hombre gay». Solo cabe preguntarse quién puede suponer que Putin dirige una democracia. Stone, sí. En la citada entrevista a «The Guardian» afirma que «su misión no era desafiarlo. Lo que quería era construir el retrato de posiblemente el líder más fascinante y aterrador de una generación».

El primer capítulo del documental se convierte en una elegía a Putin, muy bien rodado, con un equipo de cámaras para dos personas que ya hubiese deseado algún programa autonómico de nuestro país. Capítulo aparte merecen Stone y sus contradicciones. Si en numerosas ocasiones ha afirmado que es un antibelicista y se opone a cualquier incremento del presupuesto dedicado para el departamento de Defensa de Estados Unidos, suena raro, casi ridículo, que de sus labios salga un elogio al tremebundo desfile militar de Rusia en la Plaza Roja al que le invitó Putin. Lo que queda por saber es cuál será el protagonista de su próximo documental: ¿Maduro?, ¿Kim Jong-un?