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Así es Madrid

Así es Madrid
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No es que sea hermosa, es que hace sentir algo. Es un poco caótica, con un deje libertario. Es Madrid, una ciudad que al recorrerla provoca mariposas en el estómago.

Para poder imaginarla sin conocerla es necesario tener presente que es la urbe más poblada de España y la tercera de la Unión Europea, así como la cuarta ciudad más rica de Europa. Como dato para concebir su influencia en el mundo es que es la octava provincia del orbe con mayor presencia de empresas multinacionales.

Es, por todo lo descrito, un irresistible destino para aquel que desee sentir el latido vertiginoso del crecimiento urbano.

Su origen

Tener absoluta certeza de los verdaderos orígenes de una ciudad es difícil, pues siempre pueden aparecer nuevos hallazgos que contradigan lo escrito en los libros. Según los descubrimientos contrastados acerca de Madrid, el emir Muhammad construyó una fortaleza llamada Mayrit junto al río Manzanares. La edificación fue cambiando de habitantes durante la época musulmana hasta que se entregó sin lucha, tras la caída de Toledo a manos cristianas, a Alfonso VI.

Un hecho determinante en el desarrollo de Madrid fue que en el siglo XVI Felipe II trasladó a ella la Corte, siendo la ciudad, hasta el día de hoy, salvo entre los años 1601 y 1606 y en la Guerra Civil. Ello propició el enriquecimiento de la urbe en todos los sentidos: demográfico, económico y cultural.

Sería imposible resumir sin restar importancia a sucesos fundamentales lo acontecido en Madrid durante los siglos de su condición de capitalidad española, tan solo destacar que en el lugar donde estuvo la fortaleza que dio origen a su nacimiento, Felipe V levantó el Palacio Real, el cual aún señaliza con su presencia el punto inicial desde donde creció la Madrid monumental y cosmopolita que actualmente conocemos.

A lo largo de su historia

A lo largo de su historia, Madrid ha sufrido guerras, epidemias, terrorismo... Quizás ello ha forjado su característico espíritu combativo. La capital ha sido referente mundial en diversos movimientos ideológicos, como por ejemplo el 15-M, que traspasó fronteras de creencias, idiomas y religiones, conectando, gracias a las redes sociales, la conciencia, el pensamiento y la ética del mundo.

La metrópolis lidera listas de población, de economía y de poder empresarial. Pero eso no es más que un reflejo de la atmósfera de liderazgo que la envuelve. Así es Madrid. Así se la al pasear por sus calles y barrios: una ciudad que se hace querer por todo lo que ofrece y en la que apetece dejarse llevar por su ritmo.

Así es Madrid

Voy en el metro. La capital posee la red de trasporte subterránea más extensa de España. Me rodean multitud de personas que, al igual que yo, por un instante, preguntan con la mirada: ¿quién eres?, ¿cómo te llamas?... Pero nadie pronuncia una palabra. Se suceden las paradas. Las de las estaciones y las de las miradas.

Me apeo. Salgo al exterior. La Gran Vía sorprende por su movimiento, por sus edificios, por sus tiendas..., por sus azoteas con dioses coronadas. Me pierdo entre el gentío envuelta en el ruido de obras y tráfico... La esencia de la capital “abraza” y arrastra. Camino. Franquicias de comida rápida me recuerdan que estoy en una ciudad que nunca descansa. Continuo deambulando bajo un cielo al que una fina capa de contaminación jamás deja brillar de forma clara.

A pesar de ello, estoy fascinada por la fuerza con que la ciudad se mueve y por cómo tienta a liberar nuestra alma, aun sabedora de que es alma de animal enjaulada. Así es Madrid. despertando emociones que ya jamás podrán ser olvidadas..., y nos atrapa.

Paseo por el barrio de Chueca percibiendo las batallas que en él tuvieron que ser libradas. Recorro el barrio de las Letras leyendo sus letras doradas... Versos inolvidables que al verlos en el suelo desgarran.

En mi errar por el centro, Madrid va mostrándome la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, la fuente de Cibeles..., museos, teatros... Así es Madrid. En ella todo se mezcla con una armonía que nos conquista... y nos atrapa.

Al llegar a la Puerta de Alcalá, el parque del Buen Retiro es una invitación a abandonar la jungla urbana, a perder de vista el gris asfalto sustituyéndolo por el verde de árboles y la imagen de fuentes y lagos de agua clara.

Así es Madrid: una ciudad que al recorrerla hace sentir “mariposas en el estómago” y que de forma caótica y libertaria seduce nuestra alma.