Viajes
Capelongue, el hotel que convive con el arte y la vegetación de la Provenza
El impulso a la agricultura local, al uso de bicicletas y al arte a pie de calle, son el punto diferenciador de la firma hotelera
Dejar los motores a cero en plena tierra de la Lavanda, mientras se disfruta de la cultura local y una colección de arte verdaderamente auténtica, es la propuesta sostenible del renovado Hotel Capelongue, desde la Provenza francesa. Para confirmar que hoy el lujo es el regreso a lo básico «back to basics», en el mapa, Capelongue se ubica a una hora tanto de Marsella como de Aviñón, en un punto estratégico de la región del Luberon, donde reina en una colina y disfruta de las maravillosas vistas del pueblo de Bonnieux.
El arte y vegetación deco
Al arribo a Capelongue, los motores obligatoriamente se apagan, ya que el hotel promueve el uso de la bicicleta, vehículos con los cuales se podrá explorar los alrededores verdes del hotel y del pueblo con absoluto placer. En esta línea, los decorados del hotel resaltan por dos principales aspectos, su vegetación y arte. Encontraremos casitas de piedras convertidas en habitaciones y un hotel rodeado de viñedos, jardines y árboles frutales. Si prestamos más atención, ante nuestros ojos encontraremos, robles, jazmines, almendros, pistacheros, romeros, entre otros manifiestos de una histórica riqueza agrícola de la región. Por otro lado, la cerámica y las vidrieras de los interiores representan su lado más contemporáneo, una base perfecta para las coronas de trigo seco y las plantas de arroz y las fotografías de Arlès, que condensan bodegones de una época remota. Desde la plaza central del hotel y su fuente, se despliegan espacios como la librería y cafetería, un total de 57 habitaciones y suites, dos piscinas al aire libre y un spa.
Cada habitación ofrece vistas únicas: algunas miran hacia los jardines, otras hacia la piscina o el estanque, y las más alejadas contemplan el Petit Luberon o Bonnieux y sus alrededores. En todas partes, el espectáculo de la naturaleza y las luces es deslumbrante.
Con sabor a huerta y lavanda
Como si se tratara de un viaje al pasado, en estos pueblos se promueve la economía circular de forma natural. La viticultura orgánica y el cultivo de lavanda tradicional son prácticas de los agricultores locales, que minimizan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, protegiendo así el suelo y el agua. El hotel se nutre de estos productores, a quienes encontraremos si damos un paseo por las pintorescas calles de Bonnieux.
En el apartado gastronómico, encontraremos al reformado La Bergerie, bajo la batuta del chef Mathieu Guivarch, espacio enfocado en ofrecer platos con los sabores e ingredientes más auténticos de la Provenza, los cuales son cocinados al fuego de leña, ante los ojos de sus visitantes.
El restaurante con chimenea de leña de Mathieu Guivarch tiene un diseño de encanto, desde la parrilla a la vista de todos, presenta una Francia exquisita. Su cocina abastece tanto al gran comedor abierto como a la amplia terraza. Desde este espacio, se puede contemplar Bonnieux desde cada ángulo. De hecho, los desayunos son de los principales placeres al estar acompañados, además, de una vista al pueblo sin precedentes.
Esta propuesta se suma a la de La Bastide, el ya popular restaurante de Hotel Capelongue, galardonado con su primera estrella Michelín en 2022. Noël Berard, cabeza de La Bastide, es considerado un genio de la gastronomía, por ser una referencia de cocina y naturaleza. Sorprende con ingeniosos platos implementados desde cereales crujientes, salsas vegetales hasta sabrosos corderos a la parrilla con miel de lavanda y zanahorias con botarga. La cereza de esta apuesta gastronómica, dependerá de la personalidad de cada comensal, puede ser un exquisito postre o una selección de quesos sin precedentes. Por su puesto, en la bodega, la variedad de vinos superarán sus propios estándares de calidad, donde el gran protagonista, será el vino rosé. Y es que en Provenza, el apoyo al productor local, se traduce en consumir verde y beber rosé.
Quienes ya hayan explorado esta parte de Francia, agradecerán la apuesta hotelera, ya que los pueblos de la Provenza son encantadores enclaves, repletos de piezas de arte moderno, arquitecturas medievales, románicas y pintorescas, en medio de una impresionante vegetación.
Bonnieux, en específico, se hizo mundialmente famosa gracias al escritor británico Peter Mayle, cuya obra «Un año en Provenza» detalla su vida en un pueblo cercano, pero Bonnieux aparece frecuentemente en sus historias. La popularidad de este libro atrajo a muchos visitantes interesados en experimentar la idílica provenzal estilo de vida descrito por Mayle. Asimismo, se sabe que la luz y los colores de la Provenza han sido una fuente constante de inspiración para artistas como Vincent van Gogh y Paul Cézanne, por lo que miles de artistas continúan calando esta parte de Francia para hacer de los viñedos y los campos de lavanda, sus nuevas musas.
Algunos otros pueblos que rodean al Hotel Capelongue, además de Bonnieux son: Lourmarin, Gordes y La Coste, considerados desde siempre como enclaves «eco» por diversos motivos. Las construcciones de piedra, por ejemplo, no solo se integran armoniosamente en el paisaje, sino que también proporcionan un aislamiento natural que reduce la dependencia de la energía para calefacción y refrigeración.
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