
Viajes Experienciales
Chihuahua, el México que se vive
Julio Chávez Ventura, el hombre detrás de una estrategia turística que une culturas, despierta sentidos y convierte el viaje en experiencia

En un momento en que el viajero busca experiencias transformadoras más que itinerarios preestablecidos, Chihuahua emerge como uno de los destinos alineados con esta nueva forma de mirar el mundo. Según el informe Global Travel Trends 2025 de American Express, el 89 % de los turistas priorizan las experiencias inmersivas frente a los viajes meramente fotogénicos. Y es precisamente ahí donde este estado del norte de México —enorme, diverso, aún sorprendentemente poco conocido— empieza a levantar la voz.
«El turismo en Chihuahua no es una vitrina, sino un puente: entre culturas, entre tiempos, entre personas». Con esta afirmación arranca Julio Chávez Ventura, director del Fideicomiso de Promoción Turística ¡Ah Chihuahua!, una entrevista que deja entrever una visión de largo alcance.
Una estrategia anclada en la vivencia
La tendencia es clara: los viajeros del siglo XXI ya no quieren que les cuenten historias, quieren vivirlas. Ahí es donde Chihuahua ha encontrado su lugar natural. No porque siga una moda, sino porque su esencia —humana, ancestral y diversa— ya estaba hecha para ser vivida. Le preguntamos a Julio Chávez si este enfoque experiencial es ya el eje de su estrategia o si aún convive con modelos más tradicionales.
«No se trata de elegir entre lo vivencial y lo convencional. En Chihuahua conviven ambos, pero el corazón de nuestra propuesta hoy es la experiencia. Una experiencia profunda, real, que conecte con la identidad de quien nos visita».

La diversidad geográfica del estado permite diseñar viajes que transitan entre el vértigo y la contemplación: desde las imponentes Barrancas del Cobre, donde el tren Chepe Express surca cañones que multiplican la escala del Gran Cañón, hasta uno de los Pueblos Mágicos más bonitos del mundo. Sí, Creel. Y es que, en 2022, la ONU Turismo reconoció a este rincón mexicano como uno de los Pueblos Mágicos más destacados a nivel global, invitando a descubrir otra cadencia vital. Sin olvidar rutas históricas como la de Pancho Villa o las Dunas de Samalayuca, donde el desierto se convierte en un espectáculo de formas y silencios.
Cada lugar de Chihuahua es una escena viviente de autenticidad, esa que a menudo se escapa al escaparate pulido de Instagram, pero donde se encuentra lo más genuino de un viaje.
Experiencias Rarámuri: compartir, comprender, conectar
Si hay una propuesta que encarna esta mirada respetuosa y profunda de viajar, es el programa Experiencias Rarámuri, que comenzó en 2015 con el aval y la participación activa de las comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara. No se trata de visitas guiadas, sino de convivencias reales: el visitante puede cocinar con las familias, participar en sus rituales cotidianos, aprender sobre su cosmovisión… e incluso dormir en sus viviendas tradicionales, algunas de ellas excavadas en cuevas, donde la noche cae sin electricidad, aunque con la inmensidad del cielo abierto.
«Este proyecto nació de una necesidad doble: proteger el legado cultural rarámuri y ofrecer al visitante la oportunidad de conocerlo desde una vivencia respetuosa, íntima y transformadora», explica Chávez.
Las actividades se diseñaron junto a los propios miembros de las comunidades, que son quienes aprueban cada iniciativa. El objetivo, subraya, no es mostrar al otro como objeto de visita, sino generar un diálogo entre mundos.

Y no será una experiencia aislada. Experiencias Rarámuri ha sido reconocido como uno de los proyectos turísticos más destacados a nivel mundial en la categoría de Turismo Socialmente Responsable. Por ello, el equipo de ¡Ah Chihuahua! ya trabaja para replicar este modelo con otras comunidades del estado, siempre bajo el principio de participación horizontal y beneficio local.
El México que no conoces
La campaña «El México que no conoces», lanzada oficialmente en abril de 2025, encapsula esta nueva visión. A través de ella, Chihuahua se presenta como un territorio que no se recorre únicamente con los pies, sino también con la sensibilidad. Cada imagen, cada relato, cada historia narrada en esta campaña busca romper con los clichés del norte mexicano para revelar un patrimonio natural y humano de asombrosa riqueza.
«Hay muchas formas de contar México. Nosotros elegimos hacerlo desde sus raíces, desde su verdad más íntima», resume Chávez.
Esa nueva narrativa se ve respaldada, además, por una mejora progresiva de la conectividad. Hace apenas unos días, Chihuahua celebró un nuevo hito con la inauguración de la ruta aérea Chihuahua–Los Mochis–La Paz, operada por la aerolínea mexicana TAR, que enlaza el recorrido del Chepe Express con la península de Baja California.
«La apertura de nuevas rutas no es solo un logro logístico: es una declaración de intenciones. Queremos que cada vez más viajeros descubran la riqueza de Chihuahua con facilidad y cercanía», afirma Chávez.
Brindar con historia: el enoturismo en auge
Y en pleno verano, hay una experiencia que cobra especial protagonismo: el vino. Aunque Chihuahua no siempre ha estado en el mapa vitivinícola nacional, eso está cambiando rápidamente gracias a las bondades de su tierra. Muchos viñedos chihuahuenses han comenzado a posicionarse como referentes de calidad, y ahora, durante las fiestas de la vendimia —que se celebran principalmente entre agosto y octubre— se organizan interesantes jornadas de cata y encuentros gastronómicos en el corredor vitivinícola del estado.
«El vino nos permite contar otra historia: la del trabajo de la tierra, del saber heredado, del encuentro alrededor de una copa. Y eso también es experiencia», apunta Chávez.

Las visitas a bodega combinan degustaciones con recorridos guiados, gastronomía de autor y, en ocasiones, música en vivo entre viñedos. El visitante no solo prueba un vino: prueba un territorio, una identidad, una forma de celebrar la vida.
Junto al vino, el sotol —destilado tradicional del desierto chihuahuense— empieza a encontrar su lugar en el paladar internacional. Este año, fue presentado oficialmente en FITUR Madrid 2025 como parte de la oferta gourmet de la región. Con su sabor ahumado, terroso y elegante, el sotol se ha convertido en emblema de la identidad local.
«El sotol no solo representa al desierto: lo traduce. Cada sorbo tiene la memoria de un clima, de una planta y de una manera de resistir», dice Chávez con orgullo.
Distintas etiquetas artesanales pueden probarse hoy en recorridos guiados por destilerías que aún trabajan con procesos tradicionales. Una experiencia sensorial y cultural que complementa la vivencia enoturística.
El valor humano detrás de cada experiencia
En esta estrategia integral, la tecnología es aliada pero no protagonista. Lo esencial, insiste Chávez, sigue siendo el encuentro humano. Desde los anfitriones rarámuri hasta los enólogos que explican sus vinos con pasión, pasando por los guías que narran la historia viva de cada pueblo, el turismo en Chihuahua se sostiene sobre personas reales que cuentan desde la experiencia.
Todo cobra sentido en ese momento: cuando el viajero no se limita a ver, sino que escucha, toca, prueba, pregunta… y se transforma.
En tiempos de hiperconexión, Chihuahua propone una pausa. Un viaje que no se mide en kilómetros, sino en intensidad. Ya no es el norte árido y lejano: es un corazón cultural y natural que se abre de forma íntima y honesta. Porque en Chihuahua no se visita un lugar: se descubre una manera distinta de habitar el mundo.
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