Viajes

Cinco pueblos costeros españoles, entre los más atractivos de toda Europa

Los turistas han valorado la belleza, la cordialidad de sus gentes y su oferta gastronómica

Cadaqués es un pueblo de pescadores
Cadaqués es uno de los destinos de costa favoritosArchivo

Viajar en otoño ofrece numerosas ventajas, entre ellas precios más asequibles, menor demanda de alojamiento y destinos turísticos poco masificado. Las costas son algunos de los lugares preferidos para pasar unos días de vacaciones sin el calor del verano y lejos de las aglomeraciones.

En España, con casi 8.000 kilómetros de litoral y 180 islas e islotes, existen una gran cantidad de pueblos costeros llenos de encanto y cinco de ellos se han situado entre los 14 mejores de toda Europa, según una selección realizada por los usuarios de Jetcost.

Los viajeros han valorado la belleza, la cordialidad de sus gentes, su oferta gastronómica y, en conjunto, su encanto y personalidad.

Estos son los 14 pueblos costeros europeos más atractivos elegidos por los usuarios de Jetcost:

Cadaqués (Gerona)

Conocido como la 'Perla de la Costa Brava', en Cadaqués vivió durante años Salvador Dalí (su casa-museo en Port Lligat es uno de los grades atractivo), que la describió como de “ensueño y perfecta”. También fue visitada por otros grandes pintores de la época, como Picasso, Matisse y Chagall, entre otros. La Iglesia de Santa María, icono de la villa, es una visita obligada. Se encuentra situada en el punto más alto del casco antiguo y ofrece unas fantásticas vistas de los tejados rojizos y el Mediterráneo. Desde allí se puede comenzar el recorrido por las callejuelas empedradas del casco antiguo como Carrer des Call y luego bajar al Paseo Marítimo de la Riba des Poal bordeando las pequeñas calas de guijarros y disfrutando de las vistas desde diferentes miradores. En cualquiera de sus muchos restaurantes puede hacerse un alto y disfrutar del famoso plato suquet de peix.

Combarro, Pontevedra, Galicia
Combarro, Pontevedra, GaliciaLa Razón

Combarro (Pontevedra)

Considerado por muchos como el pueblo más bonito de Galicia, Combarro está situado en las Rías Baixas, cerca de Pontevedra. Es especialmente conocido por sus hórreos, pequeñas estructuras con sólidos pilares y generalmente rematados por una pequeña cruz de piedra que se encuentran fuera de la casa principal y que en los siglos XVIII y XIX servían para almacenar alimentos lejos de alimañas y humedades del suelo, así como por sus tradicionales y coloridas casas marineras costeras que tienen balcones de piedra o madera bien conservados, con excelentes vistas al océano. También hay varios cruceiros, una construcción tradicional con una estilizada cruz, que se ven no solo en Galicia, sino también en otras regiones célticas, como Irlanda o Bretaña. En todos ellos, la figura de Virgen mira hacia el mar, mientras que el Cristo lo hace hacia tierra.

Tarifa (Cádiz)

Es la punta más meridional de España, abierta al Mediterráneo y al Atlántico, la más próxima a Marruecos. Seguramente también es la más ventosa, lo que hace de Tarifa un paraíso para los amantes de las actividades acuáticas relacionadas con el viento, como el kitesurf, el windsurf y el surf. Pero aunque sus largas playas de hasta 38 kilómetros es lo que le ha dado fama y visitas de todo el mundo, especialmente en las de playa Chica, Los Lances, Valdevaqueros y la playa de Bolonia, la ciudad ofrece también atractivos importantes, como el castillo califal que se encuentra en el casco antiguo y que fue edificado en el siglo X, en la época de Abderramán III, aunque es más conocido como el castillo de Guzmán el Bueno –donde se produjo el célebre hecho (o leyenda) de arrojar su cuchillo para que sacrificaran a su hijo–, que se mantiene un buen estado de conservación con un centro de interpretación histórica en su interior. De ese periodo árabe conserva su actual fisonomía urbana y el trazado de sus calles angostas y sinuosas.

Vista de la playa de Valdevaqueros en Tarifa, Cádiz
Vista de la playa de Valdevaqueros en Tarifa, CádizA.Carrasco RagelAgencia EFE

Sóller (Mallorca)

Lo más peculiar y popular de esta localidad es el tranvía histórico que desde 1913 une montaña y mar en un trayecto de media hora. Además de transportar pasajeros, se ha utilizado también para llevar las cajas de pescado de los muelles al mercado o las de naranjas hasta los barcos que navegaban hasta los puertos franceses y para subir las hortalizas de la huerta al pueblo. El municipio de Sóller ocupa un valle de la sierra de Tramontana delimitado por el mar y ofrece calles adoquinadas perfectamente conservadas, restaurantes, cafés y tiendas. Hay edificios de la época medieval y también de estilo modernista. Alrededor se sitúa un jardín botánico con centenares de especies vegetales de Baleares y de las Islas Canarias.

Moraira (Alicante)

Es uno de los pueblos costeros con más encanto de España. Entre sus playas destacan la de l'Ampolla y la del Portet, desde donde se pueden emprender caminatas a lo largo de los senderos costeros cercanos con impresionantes miradores. Un laberinto de caminos de ronda y antiguas sendas de pescadores discurren por los acantilados cercanos a Moraira, desde los que se pueden contemplar algunos de los rincones más bellos de la zona como Cap d'Or, Cala Llebeig o Cala del Moraig. Y si se quiere algo de cultura, se debe visitar el Castillo de Moraira, construido a principios del siglo XVIII para defender la costa de los ataques piratas y corsarios berberiscos.

Agios Nicolaos (Creta/Grecia)

En Creta, la isla griega más grande, destaca la localidad de Agios Nicolaos, que de ser un pequeño pueblo de pescadores se ha convertido en los últimos años en uno de los centros turísticos más famosos de la isla gracias a sus hermosas playas y su historia milenaria. El centro serpentea alrededor del singular lago Voulismeni que conecta directamente con el mar gracias a un estrecho canal. El puerto es, sin duda, la zona más animada, especialmente por la noche

Manarola
ManarolaAlicia Romay

Manarola (Cinque Terre/Italia)

Encaramado sobre un acantilado de unos 70 metros sobre el nivel del mar, sus casas de cálidos colores parecen descender ordenadamente hasta casi tocar el mar de Liguria. Manarola es una de las joyas de Cinque Terre (junto con Monterosso, Vernazza, Corniglia, Riomaggiore) y está catalogado como Patrimonio Mundial de la Humanidad, y desde 1998 ha pasado a convertirse en Parque Nacional y Zona Marina Protegidos, está a mitad de camino entre Génova y Florencia. En sus empinadas calles sorprende el gran número de embarcaciones pequeñas aparcadas en el lugar de los coches; eso se debe a que deben izarse a pulso, con ayuda de cuerdas, desde el puerto hasta una terraza, y luego a otras calles porque no existe embarcadero alguno y apenas un pequeño puerto, eso sí, lleno de encanto y con algunas pequeñas trattorias. Es muy recomendable hacer el camino de la Via dell'Amore que une Manarola con Riomaggiore, y que fue, en parte, excavado en la roca a pico y pala, entre 1920 y 1930, por los obreros que trabajaban en el nuevo trazado de la vía ferroviaria que unía Génova con La Spezia y que, en la actualidad, recorren muchas parejas de enamorados, de donde le viene el nombre.

Polperro (Cornualles/Reino Unido)

Polperro es, seguramente, el pueblo más singular de Cornualles, con sus casas de piedra encaladas adornadas con flores o colecciones de pequeñas boyas de colores. Sus senderos costeros son perfectos para descubrir playas y calas, y disfrutar contemplando una costa salvaje y rocosa.

Ravello (Costa Amalfitana/Italia)

Esta localidad presume de la cantidad de personajes importantes y famosos que han transitado por sus empinadas calles libres de tráfico. Aunque el plan ideal es sentarse en una terraza, como la de Villa Cimbrone con preciosos jardines, vale la pena acercarse al Duomo, del siglo XI, donde se encuentra la célebre reliquia con el sangre de San Pantaleón, que cada año presenta el fenómeno de la licuefacción. También hay que visitar Villa Rufolo, enfrente de la catedral, atracción principal de Ravello, por su belleza y sobre todo por la increíble vista panorámica de toda la Costa Amalfitana y el Golfo de Salerno.

Cacela Velha (Algarve/Portugal)

Aunque el Algarve portugués es famoso por sus acantilados y sus pequeñas calas entre ellos, hay pueblos que se salen de la norma, como es el caso de Cacela Velha, un lugar en el que el tiempo parece haberse detenido. Abarca 18.000 hectáreas y está protegido del mar por cinco islas barrera que han dado lugar a la Praia da Fabrica, una playa considerada como una de las más maravillosas del mundo. Se encuentra inmerso en un paraje natural prácticamente inalterado que ofrece unas vistas panorámicas deslumbrantes a una ría, al mar y a los inmensos arenales y las islas del Parque Natural Ría Formosa. Es un pequeño pueblo con no más de tres o cuatro calles empedradas cuya estampa más característica son sus casas blancas de una sola planta. Sus puertas y ventanas enmarcadas en tonos azules y adornadas algunas de ellas con bonitas flores recuerda su pasado árabe. Toda la actividad de Cacela Velha gira en torno a su plaza. Allí se encuentra la Iglesia Matriz, de origen medieval y remodelada en los siglos XVI-XVIII, y una fortaleza del siglo XVII reconstruida tras el terremoto de Lisboa en 1755.

Bahía de Kotor, Montenegro
Bahía de Kotor, MontenegrolarazonDreamstime

Kotor (Montenegro)

Esta localidad montenegrina se esconde tras su muralla medieval y entre los acantilados de piedra caliza del monte Lovćen. El casco antiguo se caracteriza por sus sinuosas calles y plazas, destacando la Plaza de Armas, y alberga varias iglesias románicas, como la catedral de Kotor. Todo ello, llevó a la Unesco a incluir la villa como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Kotor floreció esencialmente entre los siglos XII y XIV, cuando el pueblo era un trajín de comerciantes y marineros que impulsaban la actividad económica. En el centro también se encuentra el Museo Marítimo, que explora la historia de los marineros de la zona.

Sète (Occitania/Francia)

Gracias a Luis XIV, el conocido como Rey Sol, Sète alcanzó el renombre que aún tiene, debido a que fue la salida marítima al Canal du Midi. Este puerto se enriqueció gracias, en particular, al comercio del vino. Desde entonces se ha convertido en el puerto pesquero más grande de Francia en el Mediterráneo. Hay que descubrir la localidad a lo largo de sus canales bordeados de fachadas coloridas, atravesados ​​por puentes levadizos y giratorios.

Cefalú (Sicilia/Italia)

Excavado en el acantilado, esta localidad ha resistido los impulsos de la modernización y es conocido por su increíble catedral normanda. Este imponente edificio con sus torres gemelas fue construido en el siglo XII y está decorado con elaborados mosaicos bizantinos. Es una de las nueve iglesias que componen el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO del Palermo árabe-normando. Sin duda el lugar más animado es la La Piazza del Duomo, donde además de la propia catedral, se encuentra el Ayuntamiento (antiguo Monasterio de Santa Catalina), el Palazzo Pirajno, el Palazzo Maria y el Seminario Vescovile.

Aveiro (Portugal)

Es conocida como la Venecia portuguesa por sus numerosos canales y sus coloridas embarcaciones que recuerdan a las góndolas, llamados moliceiros. A poca distancia de Oporto se encuentra situada a orillas de la ría de Aveiro. Sus tres canales dividen a la ciudad en dos partes. La parte norte del canal principal lleva a las viejas casas de los pescadores y hacia el sur se pueden encontrar los históricos edificios de la ciudad. El centro es famoso por sus edificios modernistas, situados la mayor parte junto al canal principal. Vale la pena visitar el Convento de Jesús, que ahora hospeda el Museo de Aveiro. Esta vieja iglesia, perteneciente al siglo XV y tiene un impresionante interior de estilo barroco que combina con los famosos azulejos portugueses. Los “ovos moles”, dulce confeccionado con huevos y azúcar, es un emblema de la ciudad y se venden en barricas de madera o envueltos en una corteza de oblea con diversos formatos.