Gastronomía
Las iluminaciones de Tomás Abellán
Este gran cocinero dirige Casa Luz, un local fabuloso en las alturas de la plaza Universidad, en pleno centro barcelonés, que es una auténtica maravilla
Cuenta la leyenda que el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe dijo antes de morir, el 22 de marzo de 1832, en la localidad en que residía, Weimar: «¡Luz, más luz!». Y tamaña frase, mortuoria por las circunstancias, pero tan ávida de vida, la vamos a utilizar para pedir toda una serie de iluminaciones culinarias en un lugar absolutamente fantástico: Casa Luz. Fantástico por muchos motivos. Primero, claro está, por su oferta gastronómica superlativa, pero también por su ubicación, diseño e interiorismo, sus vistas desde las diferentes terrazas, y la atención del equipo que trabaja allí.
«¡Mehr Licht!», denos luz, pediremos al entrar en el número 1 de la Ronda Universitat, y subir al ático del edificio, donde se encuentra, casi escondido desde la calle para el viandante, este establecimiento de Tomás Abellán, restaurador y propietario de otros locales: Bar Alegría, Casa Linda y Casa Teva. Se trata de un hombre que fue compaginando sus dos grandes intereses, la gastronomía y la imagen, de tal modo que estudió un año en la New York Film Academy y trabajó en varios de los restaurantes de Carles Abellán, tales como Comerç24, Bravo y La Barra, donde alcanzó una estrella Michelin. Fue en 2019 cuando dirigió el relanzamiento del Bar Alegría en Barcelona (que tiene 125 años de historia) y, dos años más tarde, fundó Casa Luz, en una azotea sobre el Hotel Sonder de dicha plaza, a lo que se sumó en 2023 Casa Teva, en el hotel homónimo en plena Ciutat Vella de Barcelona.
Vistas a la Universidad
Sobran motivos para subir a esta Luz, pues es un local tan confortable y bello que es un placer simplemente disfrutar de su carta de vinos naturales, cócteles o champanes y ver atardecer en la ciudad desde una de sus terrazas o desde dentro. Pero, sobre todo, destaca la panorámica que se extiende entera desde la calle Aribau hasta la calle Balmes, toda la manzana que ocupa la Universidad de Barcelona, donde han salido tantos filólogos y matemáticos –las letras y las ciencias se fusionaron en las inquietudes y escritos de Goethe, precisamente– a lo largo de décadas desde que este centro universitario, nunca mejor dicho, vio la luz, en 1874.
Los fines de semana, además, se celebran allí actividades de yoga o fitness + brunch por el día, y música en directo por la noche. El restaurante está abierto de lunes a domingo, de 13.30 a 16 h y de 19.30 a 1 h, y cuenta con varios ambientes: el restaurante interior y tres terrazas con vistas al mar, a la montaña del Tibidabo y, por supuesto, a la Plaza Universitat. Asimismo, se ofrecen diferentes posibilidades para eventos y grupos de hasta 150 personas. En fin, hay de todo y para todos en Casa Luz, cuyo jefe de cocina es Mariano Segura, todo un maestro a la hora de confeccionar unos platos que son pura delicia y que se presentan con gran originalidad, junto a su mano derecha, Estefanía Massons.
Una carta deliciosa
Abellán preparó para Casa Luz un menú de temporada, que se conforma de ocho platos, en función de la temporada y la lonja cada día –tres entrantes fríos, dos calientes, un plato principal y dos postres– por 54 euros por persona. En esta temporada, el menú ha empezado recurriendo a las setas y a la caza, e irá evolucionando a ritmo estacional.
Por otro lado, aparte de este menú concreto, en la carta hay auténticos manjares con los que este chef se ha ganado la atención del comensal y el respeto del crítico gastronómico: el tartar de tomate con hojas de capuchina, el salpicón de bogavante, el calamar a la brasa con setas de otoño o el flan de huevo.
Mención aparte merece la carta, que en vez de titular sus entrantes y primeros y segundos platos, además de los postres, de modo tradicional, echa mano del nombre del restaurante para poner: «Hágase la luz», «Luz natural», «Luz directa» y «Luz tenue». Es una forma literaria e imaginativa de mostrar los platos, todos riquísimos, y de los cuales se hace muy difícil elegir.
Pero ¿qué tal esto para empezar?: cebolla a la sal rellena de crema shiitake o alcachofa con parmentier de patata, yema de huevo y trufa. Y para seguir: albóndigas de pollo con puré de chirivía o raya en salsa de suquet de pescado de roca. Y para proseguir: arroz de otoño, pichón y setas o pez limón laminado con vinagreta de Jerez, lima y uva. Y para acabar: tarta de queso estilo La Viña de Donosti con membrillo o mousse de chocolate y quicos.
Elijan lo que elijan, se licenciarán en buen gusto.