Surcando el Atlántico
«Purple waves»: así se estrena un crucero al ritmo de Prince
Embarcamos en el viaje inaugural del Norwegian Aqua, el barco más puntero en diseño y tecnología, con una montaña rusa híbrida en la cubierta y delicias gastronómicas
Aterrizamos en Lisboa con la emoción de ser los primeros en embarcarnos en el crucero más nuevo que surca los mares y océanos, y el más vanguardista en cuestión de diseño y tecnología. Recién salido del astillero de Fincantieri, en Venecia, este impresionante buque que lleva por lema «Donde el cielo se encuentra con el mar» atraca en la capital lusa haciendo una entrada triunfal en su puerto ante las miradas de aquellos que en este momento hacen turismo por la Plaza del Comercio. Y es que, a través del Arco de la Rua Augusta y donde antaño se aposentó el Palacio Real de Lisboa, se siente el poderío del Norwegian Aqua, el barco recién inaugurado de la naviera NCL.
Las cámaras de los curiosos (turistas y lugareños) no dejan de enfocar al crucero, el número 20 de la compañía y el primero de una nueva generación de clase Prima Plus. Las 20 cubiertas (pisos) del barco impresionan. Pero antes de subirnos y ser los primeros huéspedes de este templo de lujo y placer, damos una vuelta por Lisboa para aprovechar nuestro viaje al país vecino.
Visita exprés a Lisboa
Y es que ser crucerista supone gozar del mar, el ritmo de las olas y el ocio «offshore», pero también de las diferentes escalas en lugares con encanto, como lo es la ciudad de las siete colinas (sí, también se le llama así a Roma). Ahí van unos breves tips: vayan al mirador de Portas do Sol y gocen de las vistas del casco antiguo de la ciudad con el Tajo como telón de fondo; visiten el barrio de la Alfama, que atesora el alma de la ciudad; cojan un tranvía (y háganse la foto, claro) rumbo al Monasterio de los Jerónimos, con un claustro que quita el sentido. No se olviden de la Torre de Belém y de unos ricos pastéis idem, antes de dirigirse a la terminal del puerto para comenzar su aventura a bordo del Norwegian Aqua con destino a Southampton, en Reino Unido.
Llegó el gran momento. Las puertas del crucero se abren a los visitantes pioneros. Las sonrisas y los nervios de los empleados se notan. Han sido muchos años de preparación y dedicación para que todo salga perfecto.
Un hotel boutique
Huele a nuevo. Todo está a estrenar. La primera impresión es la de estar sumergiéndonos en un hotel boutique. Estancias acogedoras que contrastan con los descomunales espacios a los que nos tienen acostumbrados otros cruceros. Sin embargo, esto es tan solo una sensación creada por el revolucionario diseño, ya que este barco es un 10% más grande en tamaño y capacidad que su gemelo Prima. Tiene 332 metros de eslora, pesa 156.300 toneladas y una capacidad para 3.571 personas.
Entre sus mayores reclamos, para empezar, está el Aqua Slidecoaster, una atracción que combina montañas rusas y toboganes acuáticos. Subidos en una minilancha, los pasajeros son impulsados a una velocidad de infarto hacia los tubos que serpentean por la cubierta. Atrévanse, merece la pena y, además, es el único crucero que en este momento ofrece esta atracción. Los adictos a la adrenalina pueden ir a «The Drop», el primer tobogán de caída libre del mundo en alta mar. Ojo, recorre en espiral diez pisos de arriba a abajo.
Para recomponer las pulsaciones, lo más recomendable es ir a darse un baño en alguno de los jacuzzis diseminados por el Aqua. Uno de los más cool es el del Vibe Beach Club, desde el cual despedimos a Lisboa con un cóctel Bellini en la mano.
Para los "foodies"
Arranca la navegación: tres días por el Atlántico rumbo a Reino Unido, donde seguimos testando cada uno de los rincones que ofrece interesantes experiencias.
Para los « foodies» también hay atractivos y muchos: 17 restaurantes nuevos y otros ya conocidos para los asiduos a Norwegian.
Entre las novedades está el Sukhothai, el primer restaurante tailandés a bordo y el Planterie, basado en plantas, ubicado en Indulge Food Hall. Tras una buena comilona, habrá quien prefiera irse a gozar de un momento de relax en el spa (la sala de relajación, libro en mano mirando al horizonte, no tiene precio), y aquellos que opten seguir con el desenfreno. Estos segundos pueden visitar la «Game Zone» y descubrir el metaverso marino a través de experiencias de realidad virtual de impresión.
Llega la noche. Es el momento de Prince, la banda sonora en púrpura de este crucero y un espectáculo digno de Broadway que han denominado «Revolution: A Celebration of Prince». Es mucho más que un concierto recopilatorio de las canciones de este genio: es una experiencia mágica y seductora que pone los pelos de punta y la guinda a este crucero, el cual, mientras ustedes leen estas líneas, estará rumbo al Caribe. Como diría Prince: « I only wanted to see you bathing in the purple rain». Buena travesía.