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Educación

Una organización china recurre a un duro programa para combatir la adicción a los videojuegos en los más jóvenes

La iniciativa propone un método poco convencional para ayudar a aquellos niños que no tienen control

Una organización china recurre a un duro programa para combatir la adicción a los videojuegos en los más jóvenes Difoosion

En los últimos años, la preocupación por la adicción a los videojuegos ha ido en aumento en muchos países. Lo que para algunos jóvenes comienza como un pasatiempo inocente o una forma más de entretenimiento, puede llegar a convertirse en un hábito que interfiere en sus estudios, en su vida social e incluso en su salud. Las familias, más conscientes del problema, buscan soluciones que vayan más allá de limitar horarios o retirar consolas.

En China, un empresario vinculado al sector de los esports ha decidido abordar el asunto con un planteamiento radical. En lugar de prohibir o restringir el acceso a los videojuegos, su propuesta consiste en hacer que los menores experimenten en primera persona la exigencia que supone entrenar como un auténtico jugador profesional. Una fórmula que, según él, les hace perder las ganas de jugar.

Una organización china de esports somete a los niños a un programa de entrenamiento para frenar la adicción a los videojuegos

Este programa promete conseguir que los niños abandonen su adicción por los videojuegosUnsplash.com: Tyler Lagalo

El impulsor de esta iniciativa es Su Chenha, quien en 2023 puso en marcha un programa paralelo a su academia de esports. Su curso, bautizado como terapia contra la adicción, ofrece dos modalidades: una intensiva de apenas 22 horas por un precio de 10.000 yuanes (unos 1.400 dólares) y otra más larga, de una semana de duración, cuyo coste varía en función de la situación de cada familia.

La rutina que propone es agotadora, con jornadas de entrenamiento de 9 de la mañana a medianoche, con pausas solo para comer o salir a correr. El objetivo es que los jóvenes descubran que jugar sin descanso no es una diversión, sino un esfuerzo físico y mental extremo. Según Chenha, algunos participantes sufrieron calambres musculares el primer día, mientras que otros pidieron abandonar al segundo por la dureza del programa.

Desde 2018, asegura haber atendido a más de 4.000 menores, de los cuales el 85% presentaban comportamientos adictivos. Aunque la eficacia real de este método sigue siendo discutida, datos como los de la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Psiquiátrica Americana, que ya han reconocido la adicción a los videojuegos como un problema de salud, demuestran que hace falta mayor investigación sobre el tema.