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Javier Camarena consigue el segundo bis en la historia del Teatro Real

El tenor repitió el aria “A mes amis...” de “la hija del regimiento” ante la insistencia del público

Aleksandra Kurzak (Marie) y Javier Camarena (Tonio) durante la interpretación de “La Hija del Regimiento”
Aleksandra Kurzak (Marie) y Javier Camarena (Tonio) durante la interpretación de “La Hija del Regimiento”larazon

El primero fue el barítono LeoNucci y el segundo ha sido Camarena. “Esperemos que vengan más bises. Y que sean en el Real. Si es porque el público lo pide, yo seré el más feliz. No es algo que sabes que va a llegar, no es esperado, pero es único”. Esta era la respuesta del tenor mexicano cuando le preguntamos antes de que debutara en Madrid si esperaba lograr la hazaña de bisar en el coliseo y que meses atrás había conseguido en el Metropolitan de NuevaYork, (uniéndose así al selecto club formado por Pavarotti, y JuanDiegoFlórez), donde ya forma parte de su olimpo. Y ayer por la noche lo hizo realidad. Al término del aria “A mes amis...”, antes de finalizar el primer acto de “La hija del regimiento”, de Donizetti, tuvo que repetir porque el coliseo, de la primera a la última butaca, era un clamor.

El público del paraíso,donde se habían repartido octavillas pidiendo a la entrada la repetición de esta endiablada aria de nueve dos (“Animemos a Javier Camarena para que haga bis esta noche. Gritemos todos juntos ¡¡¡¡bis!!!!”, decía el sucinto texto que había escrito una musicóloga y estudiante de canto, Sara Villalba, abonada desde hace siete años al Teatro Real y deseosa de que los hados se confabularán para poder vivir una noche histórica) y el ambiente parecían de lo más propicio para que Camarena repitiera lo conseguido en Nueva York. El público de la zona más alta del teatro bajó a la grada para poder escucharle más cerca, mientras los que estaban en el paraíso se pusieron de pie para celebrar el momento. ¿Y Camarena? Emocionado, sudando por el esfuerzo (había cantado nuevo dos y le esperaban otros nueve de propina), el tenor apenas veía. Ante sus ojos, dicen, la sonrisa de oreja a oreja del maestro, Bruno Campanella, que le miraba dispuesto a acometer de nuevo los compases de la bellísima “A mes amis...”. Y así lo hizo. No se le olvidará a Camarena fácilmente la noche del 7 de noviembre, como tampoco pudo borrar de su memoria Nucci aquella en que bisó por primera vez en el Teatro Real. Fue en “Rigoletto”, en junio de 2009. Dos veces se escuchó esa noche “Si, vendedetta, tremenda

vendetta”. Y fue el delirio, como esta noche mágica.

Le queda sólo una función a Javier Camarena para ser Tonio de nuevo en Madrid. No se le olvidará. Seguramente lo esté recordando en el vuelo camino de Suiza, a donde ha viajado para celebrar su aniversario (esposo y padre antes que nada). A España regresará muy pronto, a partir del 19 de diciembre al Teatro del Liceo con otro Donizetti, “Maria Stuarda” junto a Joyce Di Donato.