PSOE

¿Es posible un «tamayazo» nacional?

La sombra del transfuguismo recorre las filas del PSOE y sólo queda forjar un «equilibrio territorial» en las ausencias

El cuaderno en el que el líder del PSOE anotó algunas de las claves del discurso de Rajoy, ayer en el Congreso
El cuaderno en el que el líder del PSOE anotó algunas de las claves del discurso de Rajoy, ayer en el Congresolarazon

La sombra del transfuguismo recorre las filas del PSOE y sólo queda forjar un «equilibrio territorial» en las ausencias

Lo define muy bien un veterano diputado socialista, de los pocos que aún Pedro Sánchez no ha depurado con tintes leninistas. Reconoce que la sombra del transfuguismo recorre las filas de su grupo parlamentario y, aunque lo nieguen, planeó sobre la última reunión del grupo parlamentario en el Congreso. El problema es cómo salvar la cara de un líder acorralado frente a unos «barones» que le quieren fuera, pero sin que ninguno se atreva a colgar su cadáver en el armario. Según lo ya avanzado por este periódico, la «baronesa» escondida no ha sido tal: desde su refugio gaditano en Chipiona, Susana Díaz no ha parado de recibir visitas y llamadas empresariales y políticas. Muchas, de algunos de sus propios compañeros de filas, como el asturiano Javier Fernández, y el aragonés Javier Lambán. La posible ausencia de un grupo de diputados para facilitar la elección de Mariano Rajoy preside el ambiente y sólo queda forjar un «equilibrio territorial». La presidenta andaluza, según su entorno más cercano, no quiere aparecer como la única «espada sanguinaria» de un Sánchez ya en las últimas.

Tras esta primera investidura fallida de Rajoy, el PSOE queda roto en dos mitades: entre el llamado clan de los perdedores, esa guardia pretoriana que le rodea en Ferraz y que nunca ha tenido responsabilidades de Gobierno. Y el grupo de los ganadores, es decir, los líderes territoriales que sí han competido en elecciones, presiden comunidades autónomas y gestionan presupuestos públicos. «Una cosa es predicar desde la silla en Ferraz y otra muy distinta servir a los ciudadanos». Es la clara advertencia de muchos barones, entre ellos el valenciano Ximo Puig, uno de los más izquierdosos en alianza gubernamental con Compromís, pero que en los últimos días se ha posicionado para una reflexión en contra del «no» patológico de Pedro Sánchez. El volcán socialista está en plena ebullición.

¿Es posible un «tamayazo» nacional tras esta investidura fallida?

De momento, parece que no, pero en un futuro es previsible, aunque de otro modo. Según las fuentes consultadas por este periódico, nunca cómo sucedió en el año 2003 en la Asamblea de Madrid, «por la espalda y a traición», sino de manera controlada. En aquella ocasión, dos diputados socialistas dejaron por sorpresa compuesto y sin novia a Rafael Simancas, cuando ya acariciaba la Presidencia del Gobierno de Madrid, a favor de Esperanza Aguirre. Fue un golpe de efecto a escondidas, lapidario e inesperado, que entrañaba otros intereses espúreos de los propios tránsfugas.

¿Qué puede suceder ahora?

El hartazgo de muchas federaciones del PSOE con Sánchez es enorme y el único problema es que nadie quiere cargar con el «marrón» en solitario. Por ello, este verano han sido constantes los cruces de mensajes entre diferente líderes regionales con el objetivo de cuadrar unas «ausencias» controladas. Se trata de salvar la cara al secretario general y, al tiempo, romper el desbloqueo. Las amenazas desde Ferraz a cualquier disidencia provocan, de momento, una tensión contenida sin precedentes.

¿Cuándo será el momento de desatascar la situación?

La conclusión es clara: tras el 25 de septiembre, fecha de las elecciones gallegas y vascas. «Que Pedro se estrelle y luego actuaremos», aseguran con crudeza algunos barones territoriales sabedores del batacazo que todas las encuestas auguran al PSOE en ambos territorios.

En Galicia, el partido se desangra por momentos. Y en el País Vasco pueden quedar como quinta fuerza política. Con tales resultados, a Sánchez le resultará muy difícil mantener su resistencia numantina, negarse a un Comité Federal y atrasar todavía más la fecha del Congreso. Una fecha en la que todos apuestan por Susana Díaz como candidata a la Secretaría General, frente a un Pedro Sánchez derrotado en esas elecciones autonómicas.

¿Cómo salva la cara el PSOE ante sus votantes?.

De una manera muy digna. Sin votar a favor de Rajoy y el PP, pero facilitando la gobernabilidad de España frente al bloqueo y la amenaza de una nuevas elecciones. Un mensaje de Estado hacia su electorado, que no va más allá. Lo que han pedido clamorosamente voces como Felipe González, Rodríguez Zapatero, José Bono, Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba y numerosos ex ministros socialistas.

¿Cómo se resiste Pedro Sánchez y qué puede intentar?

Un gobierno a lo «Frankestein», en palabras de Rubalcaba. Es lo que le pide el cuerpo, según su entorno, y viene reclamando Pablo Iglesias para devorarle por completo, en una coalición de toda la izquierda y los partidos separatistas. Algo que ya le prohibió el Comité Federal, pero que Sánchez puede «pasarse por la nalga», advierten los críticos del partido. «Lo quiere intentar», aseguran. Por ello, ante este suicidio político, una auténtica fase terminal para el PSOE, sólo ven una salida: El «ausentazo». Cuestión de tiempo.