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Caso «Matilde Solís»: Una víctima confiesa que «Javier Criado lo grababa todo»

Caso «Matilde Solís»: Una víctima confiesa que «Javier Criado lo grababa todo»
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La abogada Inmaculada Torres Moreno explica cómo una de las pacientes del psiquiatra sevillano le mencionó que éste registraba también los supuestos abusos sexuales.

El plomo parece ser insuficiente para atárselo a los pies y caminar sobre los datos tan sensibles que aparecen cada día sobre el escándalo que caldea a Sevilla. A las 19 mujeres que el miércoles conformaban la lista de personas que denuncian al psiquiatra sevillano Javier Criado por mala praxis y, en algunos casos, abusos sexuales, ayer se sumó otra paciente más. Ya son una veintena. Entre ellas, Matilde Solís, ex mujer del duque de Alba, que publicó en junio una carta en la que ligaba su intento de suicidio en 1999 con una llamada que le hizo su terapeuta días antes. Todas coinciden en que el médico las manipulaba y las sometía a un trato degradante, pero, según ha podido saber LA RAZÓN, una de ellas ha reconocido a su abogada, Inmaculada Torres Moreno, que grababa todo, incluido los actos sexuales.

La letrada da por supuesto que, tal y como se han desarrollado los acontecimientos (poca discreción y alto impacto mediático), Criado ha tenido tiempo de eliminar cualquier prueba. «En su despacho no esperamos conseguir ningún indicio. Lo que nosotros presentaremos como parte de la denuncia serán documentos periciales que acreditan lo que las víctimas dicen que ocurrió dentro y fuera de su gabinete», adelanta Torres.

En este sentido, asegura que le hubiera gustado más discreción, porque, «desde que en Córdoba se hizo público el primer caso, la situación se ha desbordado». Pero enfoca la situación desde un punto de vista positivo y entiende que, «si no se hubiera dado tanta difusión a las denuncias, muchas mujeres habrían permanecido en el anonimato».

Javier Criado ya se enfrentó a una acusación similar en 2005 que quedó archivada, situación que, espera Torres, no se repita. Sin embargo, las denunciantes tienen fe en que el primer frente que abrieron, una carta presentada en el Colegio de Médicos de Sevilla por mala praxis, sirva para que Criado no repita con otras personas «las dolorosas vejaciones, humillaciones o abusos contra su integridad moral y su dignidad sexual» que ejerció presuntamente contra ellas, según reza el escrito presentado en esta institución. Y, por supuesto, independientemente de las consecuencias penales que tenga la denuncia que presenten en el Juzgado.

No sólo censuran la actitud de Criado durante sus sesiones, sino que aseguran que no mantuvo la confidencialidad que se exige a este gremio y que tampoco guardaba historiales clínicos de sus pacientes, tal y como obliga la ley.

«De momento y hasta que denunciemos formalmente los hechos, mis clientes han decidido permanecer al margen. Si mi teléfono suena a cada instante, ¿qué pasaría si sus nombres saliesen a la luz?», argumenta la abogada. Manuel Seco, otro de los letrados que asisten a las presuntas víctimas, pide discreción, ya que algunas siguen sin haber superado algunos de los problemas que las condujeron a la consulta de este doctor y teme las consecuencias que tendría en su salud una exposición mediática.