Sanidad
Le quitan casi un kilo y medio de músculo muerto al “Popeye” ruso tras inyectarse vaselina
“Popeye” siempre se caracterizó por unos bíceps anormalmente grandes y ahora ha completado la primera de, al menos, tres cirugías
EL ex soldado Kirill Tereshin es más conocido como el "Popeye" ruso tras inyectarse vaselina (Synthol) en los brazos para crear bíceps abultados, ha sido operado tras el ultimátum de los médicos. Le advirtieron que si no recurría a la cirugía podría morir o necesitar que le amputasen los dos brazos.
Los cirujanos de la Primera Universidad Estatal de Medicina de Moscú le sometieron esta semana a la primera de, al menos otras tres operaciones para impedir que muere por la cantidad de carne muerta dentro del bíceps. Con la operación le han extraído a Tereshin, de 23 años, 3 libras (más o menos un kilo y 300 gramos) de músculo muerto y tres litros de vaselina en forma de bulto sólido. El cirujano principal, Dmitry Melnikov explicó que tan solo es la primera de cuatro operaciones necesarias para retirar toda la vaselina. Según el doctor Melnikov, "la vaselina satura los músculos, debajo de los tejidos y la piel misma". Todo debe ser eliminado, "pero necesitaremos mantener las venas, los nervios y otras funciones de la extremidad". Y es que el ex soldado se inyectó unos tres litros en cada brazo. Y según el cirujano, "Saturó los tejidos musculares, bloqueó el flujo sanguíneo y, como resultado, el tejido muere y es reemplazado por una cicatriz que es tan dura como un árbol".
Los implantes le causaban a "Popeye" fiebre alta, dolor fuerte y debilidad, y además, afecta a todo el cuerpo. Kirill tuvo suerte según los especialistas de que no se extendiera por todo el cuerpo, afectando principalmente a los riñones. "Hemos visto vaselina inyectada en senos, glúteos y otras partes del cuerpo femenino", dijo Melnikov, que añadió : "Estamos advirtiendo que es extremadamente peligroso" y popular en Rusia.
Cuando acabe el tratamiento completo, Kirill tendrá movimiento en los brazos, que serán mucho más pequeños que ahora. Al culturista le convenció Alana Mamaeva, de 32 años, y activista por las víctimas de la cirugía plástica fallida y que además le ayudó a recaudar dinero para que se operase. Antes de la operación Tereshin aseguró que estaba listo y que "no tengo miedo".
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