Sociedad
«Ok Boomer»: estalla la guerra intergeneracional
Los jóvenes desatan un irónico fenómeno viral en las redes contra sus mayores. Están hartos del «yo a tu edad…» y les plantan cara. Juntamos a un «baby boomer» y un «Generación Z» para medir la fuerza de sus argumentos sobre el ring
Un fenómeno se ha desatado en la red, especialmente en TikTok, una aplicación móvil similar a Instagram que a más de uno le sonará a chino. No a los adolescentes que intercambian vídeos y montajes de manera compulsiva a través de ella. Eso sí, seguro que pese a no ser muy «geek», usted se ha topado con algún «meme» en el que la frase «Ok boomer» aparece estampada sobre una foto de un abuelete. Pues bien este movimiento impulsado por la «Generación Z» (que incluye a aquellos nacidos entre 1994 y 2010) es una especie de crítica irónica contra sus mayores, los «boomer», aquellos nacidos en el «Baby boom» (1949-1968) y que ahora son padres y abuelos.
La traducción para neófitos en la materia vendría a ser algo así como «lo que tu digas, señor», en alusión a los populares consejos, coletillas y críticas que los más mayores vierten sobre los jóvenes. Para analizar este movimiento viral reunimos en el restaurante Nubel del Museo Reina Sofía de Madrid a un representante de cada generación: Luis, de 64 años, filósofo, padre y abuelo es el «boomer»; Salvador, de 23 años y estudiante de informática es el «Z». El primero nos trae un disco de Bob Marley representativo de sus coetáneos, dice; el segundo no se despega de sus cascos maxi y el móvil. Se suben al ring y comienza el duelo. «Esto que hemos creado es una forma que tenemos los jóvenes para reivindicar nuestras opiniones respecto a nuestros mayores. Nos molesta aquello de «tu eres un niño y no sabes», queremos que se nos escuche. Puedo entender que en cierto modo resulte un poco ofensivo a los «boomers» pero hay que tomarlo con humor», apunta el joven. Luis recoge el guante y salta a la lona con ese humor que solicita Salvador. «Claro que yo he dicho en ocasiones aquello de ‘‘yo a tu edad, o cuando seas mayor ya verás cómo cambian las cosas…’’, es algo inevitable», responde, pero no se ofende y le gusta la rebeldía juvenil. «Mi abuelo me decía ‘‘yo a tu edad tenía mujer y dos hijos y les mantenía a todos con mi trabajo,’’ y claro no sabes qué responder, así que lo mejor es zanjarlo con un ‘‘ok boome’’», apostilla Salvador.
Sin duda, un interesante debate entre dos generaciones que caminan por el mundo con objetivos distintos, que analizan la realidad desde prismas diferentes y que son fruto de sendas dificultades y esperanzas. Los mayores vivieron la guerra, la dictadura, la privación de libertades, el trabajo casi forzado y estuvieron sumergidos en unos patrones familiares y sociales encorsetados. Los más jóvenes, aquellos post millennials dispuestos a invertir el mundo heredado de sus padres, luchan por encontrar un trabajo digno, están concienciados con el medio ambiente y ven el futuro con menos esperanza que sus ancestros. Salvador argumenta que su generación lo tiene más complicado que los de la de Luis. «Forjarse una vida hoy para nosotros es más complicado, ellos lo tenían sencillo», espeta. Luis responde que eso va en función de las historias personales de cada uno, pero disiente en la generalización que hace su «rival»: « Si hubieras nacido en 1955 no pensarías lo mismo: nosotros comíamos pan con aceite, íbamos en bata, si éramos diferente te daban caña, no existía el’’bullying’’. Había que fortalecerse de otra manera, no había nadie que te ayudara, ahora sí lo tenéis», argumenta.
Diferentes expectativas
Los «Z» son tachados de caprichosos, pero les molesta ese apelativo. «No es negativa la hiperprotección que hemos recibido», se defiende. En los diferentes comentarios que aparecen por las redes, en lo que más hincapié hacen los «teens» es en planeta que les han dejado sus padres y abuelos, su falta de concienciación medio ambiental y al sacar el tema sobre el ring ambos saltan a la política y la aparición de gente joven en los puestos de mando. «Cuando los más pequeños hablamos de política, los mayores nos sueltan eso de que no sabemos de lo que hablamos. Claro que sabemos, que seamos jóvenes no quiere decir que no sepamos de las cosas», reivindica Salvador. Luis tira de experiencia, aquella que solo los años son capaces de otorgar, y saca a relucir la importancia de tener en cuenta «nuestra historia» a la hora de tomar decisiones. «En este momento tenemos políticos muy jóvenes y quieren dirigir el país sin experiencia y olvidando parte de nuestro pasado. Es necesaria la sabiduría de la vida. No quiero decir que la gente de menos edad no sea sabia, pero necesita más cosas, más grandeza y mirarse menos el ombligo», sentencia.
En parte, su contrincante en esta lucha dialéctica asiente, parece sentirse en un callejón sin salida ante esta argumentación. «No puedo negar que los jóvenes somos demasiado pasionales», dice entonando el mea culpa. Les proponemos respuestas rápida en cuatro temas que son los que más discordia intergeneracional plantean:
–¿Quién lo ha tenido más fácil para encontrar trabajo: los “boomers” o los “Z”?
–Salvador: «Ellos, seguro, ahora es mucho más complicado, creo que nuestros padres y abuelos les era más sencillo, lo tenían más accesible».
–Luis: «Es cierto que para mí fue fácil, pero también teníamos menos miedo al fracaso. En mi época se podían iniciar muchos proyectos y el mercado estaba más abierto, parecía fácil. De hecho, yo, filósofo de formación, empecé a trabajar en un mercado de la plaza vendiendo comida naturista y macrobiótica, luego en una planta envasadora de miel…».
–Y en materia de formación, ¿a quién le han puesto las cosas más sencillas?
–Luis: El acceso a la universidad nos era antes más complicado, ahora tienen más posibilidades y ayudas. Lo malo es que los jóvenes creen que el éxito es ser un gran «influencer», tener dinero, ser famosos, no se plantean la felicidad.
–Salvador: Tengo que dar la razón a Luis, ahora disfrutamos de una mayor accesibilidad en todos los aspectos y la formación está más abierta
–¿Y a la hora de formar una familia?
–Salvador: Sin duda, nosotros lo tenemos más complicado. Para tener familia e hijos se requieren mayores ingresos y nos es difícil pagar el alquiler, tener un choche...
–Luis: Si te das cuenta, a los jóvenes ya les han paquetizado todo, el cómo debe ser una familia también. De primeras podríamos decir que nosotros lo teníamos más fácil, pero en realidad creo que es igual para ambos. De hecho yo ahora quiero ser padre y estoy en ello. No voy a parar hasta conseguirlo (risas).
–¿Qué generación consideran que más feliz?
–Salvador: Yo, personalmente, soy feliz, pero creo que mi generación es cada vez más solitaria y es más triste. No sé si realmente es una tendencia o es que ahora es más visible todo el tema de la salud psicológica, pero yo a los jóvenes nos veo en general más tristes e inestables».
–Luis: Es complicado, creo que antes existía la misma confusión que ahora, siempre que te planteas aspiraciones hay frustraciones. Pero no hay que confundir la felicidad con estar satisfecho.
Parece que quedan en tablas y les proponemos una dosis de ciencia ficción: ¿les gustaría cambiarse de generación? Salvador cree que podría ser interesante, pero Luis lo que desea es «vivir eternamente y convertirme en un buen antepasado». Aunque los «Z» son muy duros con los «boomers», también saben valorar sus fortalezas: «Anhelo la pasión que tenían por el trabajo y su lucha por construir un nuevo mundo», dice Salva. Y así, con un apretón de manos se despiden, se intercambian los teléfonos para seguir debatiendo, aunque también pueden seguir haciéndolo en las redes, donde la partida no ha hecho más que comenzar.
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