América Latina
Dictan arresto domiciliario al expresidente de Colombia, Álvaro Uribe
La pena impuesta permanecerá mientras la Corte Suprema investiga la presunta manipulación de testigos, en el mayor golpe contra uno de los principales y controvertidos líderes políticos del país
(AP). El expresidente colombiano Álvaro Uribe permanecerá bajo arresto domiciliario mientras la Corte Suprema continúa una investigación en su contra sobre la presunta manipulación de testigos, en el mayor golpe contra uno de los principales y controvertidos líderes políticos del país.
En el primer caso de un exmandatario puesto bajo arresto y que ha dividido a la sociedad colombiana, el máximo tribunal colombiano señaló en un comunicado que Uribe es considerado presunto responsable de los delitos de soborno a un testigo y de fraude procesal.
La decisión de una sala especial de la corte, tomada por unanimidad el martes, se basa en que encontraron “posibles riesgos” de que obstruya la justicia.
“El senador Uribe Velez cumplirá la privación de la libertad en su residencia”, dijo Héctor Javier Alarcón, presidente de la sala que investiga al expresidente. “Y desde allí podrá continuar ejerciendo su defensa con todas las garantías del derecho al debido proceso”.
La noticia desató una tormenta política en Colombia, donde Uribe sigue siendo una voz dominante. Sus críticos y grupos de derechos civiles elogiaron a la Corte Suprema por investigar las acusaciones en su contra.
“La Corte demuestra que todos —hasta los más poderosos— son iguales ante la ley”, dijo el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.
Horas antes, el presidente Iván Duque defendió la honorabilidad de su mentor político y lamentó que no se le permita defenderse sin estar detenido, en momentos que el país se ve sacudido por el futuro que le puede deparar al exmandatario.
“Duele como colombiano que muchos de los que han lacerado al país con barbarie se defiendan en libertad o, inclusive, tengan garantizado jamás ir a prisión, y que a un servidor público ejemplar, que ha ocupado la más alta dignidad del Estado, no se le permita defenderse en libertad”, dijo el mantario.
El propio Uribe anticipó la situación en un mensaje en Twitter, aunque no dio más detalles.
“La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la Patria”, señaló Uribe.
Diversos medios colombianos han señalado que la Corte Suprema ordenó el arresto del exmandatario, aunque el máximo tribunal no ha hecho ninguna declaración oficial.
Uribe fue presidente de 2002 a 2010, en momentos que continuaba un largo conflicto con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que luego firmaron un histórico acuerdo de paz con su sucesor. Su legado político sigue siendo muy polémico, y algunos colombianos lo elogian por debilitar a los rebeldes izquierdistas mientras que otros denuncian su enfoque feroz. Algunos de los abusos de derechos humanos más graves del país tuvieron lugar durante su mandato.
Al exmandatario se le investiga por supuestamente intentar influenciar y sobornar a miembros de un grupo paramilitar que tenía información perjudicial en su contra. Él ha negado todas las acusaciones y hasta ahora no se han presentado cargos formales.
El caso dividió a la nación sudamericana, con manifestaciones a favor y en contra de Uribe desde hace meses. Los analistas políticos consideran el caso como una prueba importante del sistema de justicia de Colombia.
Por la noche, al norte de Bogotá, un fotógrafo de AP constató que unos 50 vehículos —por lo menos con dos ocupantes cada uno— utilizaban sus bocinas y arengaban a favor de Uribe, algunos ondeando banderas de Colombia. En el centro de la ciudad, unas 20 personas a pie protestaron en contra del expresidente y algunos levantaban pancartas que decían mensajes como “por fin se hizo justicia” y “de presidente a presidiario”.
Uribe mantiene su influencia sobre la política de Colombia y fue considerado clave en el empuje político de Iván Duque, que finalmente ganó la presidencia en 2018. Lideró la campaña de “no” en 2016 en la que los colombianos votaron en contra de un acuerdo de paz con los rebeldes de izquierda, que luego fue modificado y adoptado.
Horas después, el expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) se expresó en Twitter sobre la situación de Uribe: “Como ser humano he aprendido a no desearle el mal a nadie. Espero que el expresidente Uribe pueda resolver su difícil situación. Como ciudadano y demócrata le exijo a la justicia plenas garantías y a los colombianos pleno respeto por la justicia”.
A su vez, el también exmandatario Andrés Pastrana (1998-2002) le brindó su apoyo a Uribe, al declarar “con mi familia acompañamos de corazón a Usted y los suyos en este duro trance que pone a prueba la fe en la justicia y las instituciones democráticas de nuestra querida Colombia”.
Las acusaciones de vínculos con carteles de la droga y paramilitares lo han perseguido durante décadas. La agencia de aviación civil que dirigió a principios de la década de 1980 fue acusada de otorgar licencias aéreas a narcotraficantes. En cables diplomáticos del Departamento de Estado de hace más de una década y desclasificados se muestra que funcionarios estadounidenses fueron informados que el político tenía vínculos con los carteles.
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