Toros

Centenario de Joselito

«Fue uno de los toreros más importantes de la historia. Y, probablemente, pese a morir con sólo 25 años, el más influyente»

Tumba de Joselito el Gallo en el cementerio de San Fernando de Sevilla
Tumba de Joselito el Gallo en el cementerio de San Fernando de SevillaManuel OlmedoLa Razón

Se anunció como «Gallito III», aunque pasó a la historia con el apodo de Joselito. José Gómez Ortega nació en el pueblo sevillano de Gelves, a orillas del Guadalquivir, en 1895. Allí, en tierras de la Duquesa de Alba, en la Huerta del Algarrobo, aprendió el oficio de torero de manos de su padre, el señor Fernando «El Gallo». Y de su hermano mayor, el genial Rafael «El Gallo», también conocido como el «Divino Calvo». Su madre era una bailaora de dinastía, no en vano, la familia de los «Gallo» estaba emparentada con cantaores tan importantes como Manolo Caracol. Con pocos años, se convierte en un niño prodigio del toreo. Con sólo 13 años debuta en Jerez de la Frontera. Y con sólo 17 años de edad toma la alternativa en la Real Maestranza, en la Feria de San Miguel. Se convierte en el primer torero en rebasar la cifra de las cien corridas de toros en una temporada. Promueve la plaza de toros Monumental de Sevilla, una colosal obra de ingeniería en aquella época. Y forma pareja con Belmonte, creando así la edad de oro del toreo. Joselito despierta devociones. Es clásico, poderoso e innovador. Comienza a torear en rendondo en las faenas de muleta. Y con él, empieza a idearse el toro moderno. Dominador en todos los tercios, pasa a la historia de la tauromaquia como el «Rey de los toreros». Su muerte, en mayo de 1920, en la Plaza de Talavera de la Reina, conmocionó a toda España. Por eso, no es de extrañar que este año reciba homenajes y actos en su recuerdo, con motivo del centenario de su muerte. José Gómez Ortega fue uno de los toreros más importantes de la historia. Y, probablemente, pese a morir con sólo 25 años, el más influyente.