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Covid-19

Una fórmula para determinar el impacto de la covid y saber si las medidas funcionan

Un catedrático de la UPO propone realizar un estudio en Andalucía que permitiría conocer la severidad del virus en cada momento

Equipo UCI del Hospital Río Hortega Valladolid
Equipo UCI del Hospital Río Hortega ValladolidSacyl/Ical

«Cinco nuevos casos» era la escueta cifra que alumbraba el primer comunicado del coronavirus emitido por la Consejería de Salud y Familias después de haber confirmado a final de febrero el primer caso en Andalucía. Desde ese momento, la incidencia de la enfermedad fue creciendo de manera imparable hasta provocar el cierre del país y desde ayer un nuevo estado de alarma que podría extenderse hasta mayo, según informó el presidente del Gobierno. El 2 de marzo hubo un «cero» contagios nuevos, que se repitió los días 4 y 5 de ese mes. La cifra de afectados por covid fue subiendo de manera tímida, pero los datos estaban condicionados por el hecho de que solo se realizaban tests a las personas que presentaban síntomas e incluso se recomendaba el aislamiento en casa sin pasar la prueba a casos leves. El día previo a decretarse el confinamiento los diagnosticados subían hasta los cincuenta. Eso fue un viernes; el lunes se superó por primera vez el centenar de contagiados diarios, pero Salud ya manejaba el previsible incremento por el aumento de pruebas realizadas. En esta semana, los hospitalizados se han incrementado a una media de unos 90 diarios y los positivos han llegado a superar los 3.500 en un solo día. El virus ya ha afectado a más de 107.000 personas en la comunidad, pero comparar los datos de una y otra oleada de la pandemia es, además de complicado, inútil.

«Ahora observamos muchos más contagios que en marzo pero la situación es menos grave. Esto quiere decir que antes no veíamos todos los casos», analiza Antonio Villar, catedrático de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, que ha desarrollado una metodología para medir la severidad de la enfermedad. «Si solo miramos contagios estamos perdiendo mucha información. Hay que saber cuántos PCR se hacen para tener una idea de qué estamos midiendo», explica, puesto que al inicio el rastreo de contactos no era tan intenso. Su método pretendía detectar la gravedad de la enfermedad en cada momento para facilitar la toma de decisiones, pero Villar lamenta que «intentamos en marzo realizar un estudio para toda España, pero nos cansamos de los cambios de criterio y de la inconsistencia de los datos y acabamos tirando la toalla». «Si no tenemos una capacidad de seguimiento es muy difícil tener en cuenta el impacto de las medidas que tomamos. Eso hace que sean discutibles y se pueda opinar sobre ellas. Más que opiniones deberíamos tener datos que nos permitan tomar decisiones de expertos y no políticas», asegura, recordando que la prestigiosa revista científica The Lancet ha criticado la escasa fiabilidad de las mediciones realizadas en España. Dice estar sorprendido de que solo se valore «cuántos contagiados hay por cada cien mil habitantes» para decidir sobre las restricciones en una determinada zona, «pero no se dice con relación a cuántas pruebas de detección realizadas».

El experto considera necesario valorar además los enfermos hospitalizados por covid para realizar un diagnóstico más certero, porque «lo otro es hacernos trampas con el solitario». Reconoce que en este ámbito Andalucía es una de las regiones donde más exhaustivamente se están facilitando todos esos parámetros. No obstante, advierte de que medir la incidencia por distrito sanitario «es un arma de doble filo porque da una unidad de medida más concreta, pero en ciudades grandes la movilidad es altísima».

El catedrático aplicó su método en Italia, donde residió durante el confinamiento con su esposa, profesional sanitaria en Florencia, y cree que en Andalucía sí sería posible aplicarlo y conocer con mayor detalle la severidad del coronavirus, contribuyendo así a adoptar medidas adecuadas. Para medirla se utilizan los datos sobre la distribución de la población afectada en distintos estados de salud (curados, asintomáticos o con síntomas leves, aislados en casa, hospitalizados en planta, hospitalizados en cuidados intensivos y fallecidos). Villar propone hacer esa medición en un momento determinado y un mes después, una intención que trasladará al Instituto de Estadística de Andalucía (IECA). Según defiende, así podría conocerse el estado de la salud comunitaria y saber la probabilidad relativa de que un individuo afectado se encuentre en mejor estado de salud.

Sobre la evolución de la pandemia, principal preocupación ahora, admite que no posee información para realizar una previsión. «Cómo se va a comportar el virus no lo sé, pero la pinta es mala». Y apunta a las causas: «Aquí el contacto social sigue siendo la clave y lo estamos gestionando regular».