Sucesos
El fiscal pide ahora 16 años de cárcel para la mujer que dejó morir a su bebé
Baja la petición de pena porque la procesada confesó el crimen y se arrepintió
La Fiscalía malagueña ha rebajado la petición de pena de 21 a 16 años de prisión a la mujer acusada de asesinar en Málaga a su bebé de 17 meses, tras dejarla en el domicilio familiar durante un mes con un biberón y unas galletas. El fiscal mantuvo que la procesada cometió un asesinato y un delito de abandono temporal de menores, pero le bajó la petición de pena en sus conclusiones finales por la confesión del crimen, que contribuyó al esclarecimiento de los hechos, y por el arrepentimiento.
La defensa de la mujer se unió a la petición del ministerio público, al que felicitó por «su claridad» y subrayó que su clienta siempre ha reconocido los hechos y se ha mostrado «colaboradora y sincera», por lo que considera que «se ha hecho justicia, ya que va a cumplir y a pagar su propia pena».
El juicio popular, que se celebró en la Audiencia Provincial de Málaga, quedó visto para veredicto y la procesada en su derecho a la última palabra afirmó: «Lo siento mucho y me arrepiento mucho».
Durante la sesión comparecieron varios médicos forenses que afirmaron que la mujer no sufre ninguna patología psiquiátrica que afecte a su imputabilidad aunque sí destacaron que tiene una personalidad inmadura y narcisista.
Estos profesionales señalaron que su personalidad está caracterizada por un destacado egocentrismo y que tiene dificultad para renunciar a sus propias satisfacciones así como un significativo grado de impulsividad.
Para estos peritos es una «delincuente por conflicto», que no comporta modificación ni limitación de su capacidad de comprender los hechos que le son imputados ni de actuar conforme a dicha comprensión «es una persona normal que se ve desbordada por ciertas circunstancias», y añadieron que normalmente este tipo de personas no tiene más antecedentes y quizás sea el último delito que cometa.
Este martes también declararon tres testigos, dos amigas de la acusada y la ex pareja sentimental, que afirmó que ella siempre decía que la bebé estaba al cuidado de otra persona por lo que no tenían contacto con la pequeña y nunca visitaron el domicilio de la misma.
El fiscal mantuvo el escrito acusatorio «inalterable», según sus propias palabras, y destacó que fue un asesinato, no por un golpe o un disparo, sino por no prestarle asistencia, por omitir las necesidades de la pequeña, no alimentarla, darle de beber o comer.
La mujer quedó embarazada en su país, Marruecos, y se trasladó a España a finales de marzo de 2017 con su madre y hermanos mayores que vivían en la localidad malagueña de Vélez-Málaga en una posición económica desahogada y así poder ocultar por motivos culturales y sociales su estado al padre. La Joven dio a luz el 4 de mayo de 2017 y se quedó a vivir en la casa de su hermana y su cuñado, que iban y venían de Marruecos.
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