"Las crónicas del salitre"
Yo de mayor quiero ser como Lola Flores
“Lola era irrepetible en todos los sentidos y recovecos de la vida. Única incluso para cazar al ‘paparazzi’”
Con permiso de la inmensa Rocío Jurado, la más grande y auténtica era y será Lola Flores. Lola, siempre presente y viva en miles de corazones, se ha dado una vuelta (ella pasea por almas y mentes dado que nunca se fue) por la cosa cibernética, gracias al permiso de sus herederas y la prestada voz de su hija Lolita… «la más fina de toas la flores», que ella decía.
El milagro obrado por la marca Cruzcampo tiene dos vertientes: la promo propiamente dicha y el cómo se hizo, que es para dejarte con la boca abierta, dado el currelo y las formas aplicadas.
En Marbella nunca se olvidan de Lola, especialmente mi Francis Guzmán de «La Polaca» (nombre en homenaje a ese torbellino que fue la bailaora, cantante y actriz Josefa Cotillo Martínez). Este conocido local se ubica prácticamente en la calle donde estaba «Los Gitanillos», la casa que el Ayuntamiento de Marbella regaló, en la década de los 50 del siglo pasado, a la familia González Flores, que el vecindario arrima lo suyo.
En otro de mis templos, «El Estrecho», regentado por don Ildefonso Guerrero, Lola hacía parada y fonda a la espera de que abriese un bingo cercano, mientras el güisqui y los cafés acompañaban las tertulias que se marcaban el padre de Ildefonso, detrás de la barra, con la jerezana universal.
Lola era irrepetible en todos los sentidos y recovecos de la vida. Única incluso para cazar al «paparazzi». Que se lo pregunten a Juan Carlos Teuma, quien tras fotografiarla acompañada de una persona muy cercana aunque ajena a la familia, en la céntrica playa de La Fontanilla, salió en persecución del fotógrafo, le adivinó la ruta y le dio caza a la altura de una esquina, donde se ubicaba un conocido local, el «Frank´s Corner»… «¡Mira que ser tu –le espetó Lola– con la de veces que me he portado bien contigo!». «En serio Lola –le intentaba responder Teuma–, que sólo te he hecho una foto en la playa». Juan Carlos logró zafarse del huracán verbal de Lola Flores, pero cuando llegó a su casa le esperaba el desquite. Lola acababa de llamar a su mujer: «Le dices al cabrón de tu marío que pa pillarme con un querío me tiene que coger en la cama y con las patas abiertas». Teuma enfurecido llamó por teléfono a casa de Lola para montarle la de Dios.
Ambos se peleaban acaloradamente hasta que Teuma le gritó que no volviese a echarle una bronca a su mujer, que estaba embarazada. La línea telefónica enmudeció, pasaron unos segundos y Lola entre sollozos, pues no lo sabía, le pidió disculpas, sobre todo a la esposa de Juan Carlos. El maestro de «paparazzis» se emociona recordando la anécdota, pero sobre todo por la tremenda humanidad de la artista, de quien terminó siendo amigo y reconoce lo que siempre le ayudó. Esta es Lola Flores, grande en todo, hasta en el cabreo y mucho más en el perdón. Ahora que venga otra y la iguale.
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