Sucesos

La Policía Local de Sevilla achaca su actuación del “Princi.Pico” al aviso del 112 tras conversar Cabrera con el jefe

El superintendente indica que supo del asunto por el edil y el propio cuerpo decidió “enviar a un patrullero” pero sin pedirlo el concejal de Gobernación

El delegado de Gobernación del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera
El delegado de Gobernación del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos CabreraEuropa PressEuropa Press

El informe elevado por la Policía Local de Sevilla al Juzgado de Instrucción número 13 sobre su actuación tras el altercado acontecido el día de Reyes en el restaurante ‘Princi.Pico’, -en el marco de la causa judicial por la denuncia de Vox contra el concejal de Gobernación, Juan Carlos Cabrera (PSOE), por su papel en dicho incidente-, precisa que el despliegue derivó de un “aviso recibido a través del 112 al que se incorporó información” que el edil había dado sobre el asunto al jefe de la Policía Local minutos antes en una de sus “muchas conversaciones” diarias sobre cuestiones operativas.

Recordemos que mediante una reciente providencia, dicha instancia judicial ordenaba remitir un oficio a la Policía Local de Sevilla, en demanda de un informe con datos sobre el motivo por el que acudieron sus efectivos al establecimiento, en el que incluyese además “cuántas dotaciones” acudieron y otros detalles.

En el citado informe, firmado por el superintendente jefe de la Policía Local y recogido por Europa Press, dicho mando policial precisa que la movilización derivó de “una activación por parte de Emergencias 112 de Andalucía” que fue “complementada con información posterior” del concejal de Gobernación en “una de las diferentes conversaciones telefónicas” mantenidas ese día entre el citado edil y este responsable policial con motivo del incendio declarado la noche antes en un geriátrico “y otros aspectos”.

El citado mando policial especifica que por razones de servicio, mantiene “muchas conversaciones” a diario con el edil de Gobernación y ese día esas “conversaciones aumentaron” a cuenta de los aspectos posteriores al mencionado incendio, “uno de los sucesos más graves en los últimos años en la ciudad”.

En el documento, el superintendente jefe de la Policía Local explica que habría sido a las 14,44 horas del 6 de enero cuando el 112 habría recibido la mencionada llamada inicial alertando de un “exceso de aforo y ausencia de medidas de seguridad” en el citado restaurante, toda vez que sobre las 14,30 horas, según este mando policial, en una de las citadas conversaciones telefónicas el concejal le había “relatado” ya el incidente en un momento en el que el mismo estaba ya “fuera del establecimiento” y marchándose a otro lugar.

EL SUPERINTENDENTE Y EL INTENDENTE

Fue tras “comentar lo ocurrido” el superintendente jefe de la Policía Local a un intendente, cuando “se decide enviar a un patrullero y a un subinspector”, una “decisión ni promovida ni sugerida” por Cabrera, pesando un informe de un agente dando cuenta de su movilización para este incidente a las 14,30 horas. Después, según el jefe de la Policía Local, fue detectado que había un requerimiento del 112 “aún sin aceptar o recepcionar” sobre dicha situación, siendo finalmente aceptada la generación del “suceso” en términos operativos y comenzando la inspección a las 15,20 horas.

Con tales aspectos sobre la mesa, el mencionado mando de la Policía Local concluye que “el motivo por el que acude la Policía Local” al restaurante “fue el aviso recibido del 112, al que se incorporó la información” que Cabrera “había ofrecido” al superintendente jefe de la Policía Local.

Señalando que merced a las gestiones del 112 consta una “anotación de la Policía Nacional” sobre el envío de dos patrulleros al restaurante a cuenta de la llamada de alerta, el citado responsable de la Policía Local indica que “con toda probabilidad” los agentes de la Policía Nacional llegaron antes que los de la Policía Local, sin que coincidiesen los efectivos de tales cuerpos.

ACTUACIÓN “DENTRO DE LA NORMALIDAD”

Así, el citado mando resume que la intervención de la Policía Local se desarrolló “dentro de la normalidad en este tipo de intervenciones”, sin “más dotaciones que las contempladas en la práctica diaria”, teniendo en cuenta que “las unidades de apoyo “se entienden dentro del protocolo de autoprotección policial”.

Además, la actuación se prolongó “lo estrictamente necesario”, implicando “algo más de tiempo por una cuestión de entrega de documentación del local, práctica normal”. En cualquier caso, el superintendente jefe de la Policía Local asegura que “ninguna de las actuaciones vino promovida, dirigida o sugerida” por Cabrera, que es “absolutamente ajeno a las mismas y declinó formular denuncia”.

En su denuncia, Vox atisba presuntos delitos de coacciones, abuso de autoridad, prevaricación, de odio y de desorden público, avisando de un supuesto “abuso de autoridad” del edil debido a la “muy numerosa dotación de efectivos” de agentes de la Policía Local personados en el lugar de los hechos, un despliegue “desmesurado y abusivo” frente a la situación suscitada, a juicio de este partido.

Vox acusó además a Cabrera de supuestos insultos racistas y comentarios xenófobos. El abogado del restaurante, finalmente, zanjaba que el responsable del establecimiento había manifestado que Cabrera no profirió ningún comentario xenófobo o racista en aquella discusión.

EL ESCRITO DE CABRERA

Cabrera, de su lado, sostiene que el 6 de enero acudió junto a unos familiares al restaurante ‘Princi.Pico’, cuyos responsables se negaron a disponer una mesa para diez comensales pese a que dicha jornada festiva sí estaba permitido tal número de personas a la mesa merced a las estipulaciones de la Junta de Andalucía en el marco de las prevenciones frente a la pandemia.

Según Cabrera, en el marco de dicha discusión, uno de sus familiares fue “empujado” y el encargado del local “no accedió” a entregar la hoja de reclamaciones. Según su tesis, él nunca se identificó como concejal y fue un familiar suyo quien “por decisión espontánea y propia” reclamó presencia policial mediante una llamada telefónica.

“Cuando la Policía llegó, ni mis familiares ni yo nos encontrábamos ya en el local. En ningún caso di órdenes de ningún tipo, ni a la Policía Local ni a la Policía Nacional, ni a nadie, para que actuaran en algún sentido”, aseguraba Cabrera, exponiendo que habla “a diario” y “muchas” veces con el jefe de la Policía Local y aquel día comentó en una de sus conversaciones con dicho mando policial el “desagradable incidente” después de acontecer el mismo.

Durante la actuación policial, según detallaba merced a la información dada por el cuerpo de Policía Local, “sólo dos agentes permanecieron en el restaurante” todo el tiempo, si bien “pasaron por el local dos parejas más mientras se desarrollaba la actividad”, tratándose en todos los casos de agentes “de la escala básica, sin graduación”. La actuación de los agentes, según Cabrera, estuvo “en todo momento” ceñida a los “criterios técnicos.

Ante el mencionado informe de la Policía Local sobre la respuesta de dicho cuerpo ante el incidente, Vox ha pedido la “dimisión irrevocable” de Cabrera, considerando que ha quedado “desmontada su versión” de los hechos, al manifestar el jefe de la Policía Local que tuvo “conocimiento del suceso por la llamada de Cabrera a las 14,30 horas y no por el 112”. “Cabrera aseguró en un primer momento que él nunca habló con la Policía, sino un familiar suyo. Este informe desmonta su teoría y deja en evidencia su honradez”, considera este partido opinando que el informe refleja que el edil “mintió”.

A su juicio, el informe policial demostraría que el edil “utilizó su posición de delegado de Gobernación para montar un dispositivo en el citado restaurante”.