Felipe VI, “un andaluz más entre andaluces”

Entre vivas al Rey, a las 11:32 horas, llegaron el rey Felipe VI y la reina Letizia al Palacio de San Telmo, actual sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, antigua universidad de mareantes y palacio de los Montpensier. La sede la soberanía andaluza tiene profundas raíces borbónicas. Tras la recepción y saludo a las autoridades, siguiendo el protocolo contra la covid, los reyes, junto al presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, se acercaron a una placa conmemorativa del evento. A las 11:41 horas, el pianista Enrique Álvarez interpretó el himno de España y una alocución en video, a modo de introito, rememoró el vínculo del Rey con Andalucía, con imágenes de la Expo’92 o recordando que “su familia vino aquí a sellar el amor”. “Gracias por ser testigo de nuestros avances”, concluyó la cinta, ya con la mirada vidriosa de Felipe VI.

La primera Medalla de Honor de Andalucía viene marcada por el contexto. Se concedió en un momento de crítica a la Corona y se entrega una jornada después de la manifestación en Colón en contra de los indultos a los presos catalanes del procés. El presidente andaluz, Juanma Moreno, destacó el “afecto de la familia real y el pueblo andaluz y su respaldo a Andalucía”.

Moreno mencionó “la defensa de la unidad de España desde la mesura y el valor constitucional” como uno de los principales valores del monarca. El presidente andaluz también aludió a la “convivencia pacífica”. Dijo Juanma Moreno que Felipe VI representa una “voz serena en momentos difíciles” además de “templanza y moderación”, lo que lo convierte en un “referente” ya que “esas actitudes deben cimentar las relaciones entre las administraciones”. Moreno defendió la figura del rey como “el mejor símbolo para el país”, “garante de la unidad de España y los valores de convivencia regidos por nuestra carta magna”, con un “liderazgo basado en la ejemplaridad” en busca de “espacios alejados del enfrentamiento”. “No seremos nada si no estamos todos”, recalcó Moreno, señalando que el Rey siempre está “al lado de las comunidades” y de “la nación común”.

“Los andaluces estamos cómodos en la armonía. Se pierde un tiempo precioso en la disputa”, indicó Moreno, que apostó por “dialogar, comprender, construir juntos lo que es de todos”.” No queremos ser una tierra que se basta con su recuerdo”, dijo también.

«No somos ni mejores ni peores que nadie. Ser andaluz es lo mejor que podemos ofrecer. Orgullosos del acento, las tradiciones, los símbolos culturales que se han convertido en seña de identidad de los españoles», continuó Moreno, citando por ejemplo «el flamenco, patrimonio de la humanidad». Todo estos valores, añadió Moreno, «siempre dentro de la concordia» y con «el papel fundamental de la figura del Rey». «Os hacemos un poco más andaluz de lo que sois por afinidad y cariño», dijo.

Felipe VI habló de una “profunda gratitud a Andalucía y los andaluces, a sus representantes y su gobierno” en lo que definió como un acto “solemne y entrañable”. “Estar en Andalucía es siempre estar en casa”, dijo el monarca en alusión a la “calidez que recibimos”, que “hace que me sienta como uno más. Un andaluz más entre andaluces”. Felipe VI hizo alusión a un “vínculo forjado durante siglos”, que “se refuerza más al compartir ambas firmemente los principios y valores consagrados en la Constitución que hacen posible la convivencia democrática en libertad”.

El Rey admitió una “satisfacción muy especial”. “Ser andaluz es lo mejor que podéis ofrecer, no hay mayor orgullo ni mayor honor. También la recibo con responsabilidad y compromiso de esta tierra”, añadió, definiéndola como “parte existencial y esencial de España”. El monarca señaló que son “tiempos que nos ponen a prueba como sociedad” y apeló a la “solidaridad, unidad y visión de un mañana que a todos nos convoque y comprometa”.

“Andalucía es carácter, ejemplo e inspiración para toda España”, por su “capacidad de superación”, dijo el Rey, alumbrando “el más prometedor de los futuros” sin olvidar que Andalucía es “Historia con mayúscula”, citando de Tartessos al siglo de Oro español; de la Roma imperial, Séneca, Trajano, Adriano, el Califato de Córdoba, la cultura sefardí, con Averroes y Maimónides, San Isidoro de Sevilla, la integración en la corona con los taifas, o Fernando III el Santo y Alfonso X el sabio. También mencionó “el nuevo mundo, el encuentro desde las costas de Andalucía” y “la constitución de 1812, con los españoles de ambos hemisferios”, la “Andalucía romántica del XIX, la España pujante de los últimos decenios, la Expo del 92″. Para acabar con Lorca, Picasso o los andaluces que participaron en la primera circunnavegación a la Tierra. “El pasado y presente y futuro de Andalucía son los de España”, dijo.

El Rey resaltó “el talento como vela y no como ancla” de Andalucía, así como su “universalidad, impulsando la imagen de España” y creando “lazos fraternales de África a América, que nos hermanan con tantos pueblos”. “La identidad de nuestra nación se ha entendido como un espacio para tender puentes al mundo, en esa labor sois siempre un ejemplo”, destacó, mencionando entre las principales virtudes de Andalucía también “el respeto a las normas, la equidad y el pluralismo”.

“Descubridora de mundos y trazadora de nuevos caminos, España imprimió su personalidad por todos los confines y en todas aquellas gestas Andalucía imprimió su personalidad”, indicó el rey. “Andalucía es respetada y admirada. El afecto por todo lo andaluz es compartido por la Reina, la princesa de Asturias y la infanta Sofía”, señaló el monarca. “No la recibo como una insignia sino como se recibe un abrazo, con el valor inmenso del sentir de todos los andaluces”, añadió para concluir pidiendo una “llamada de Andalucía a participar en futuro de entendimiento, prosperidad y paz”. El acto concluyó con la interpretación del himno de Andalucía a cargo de la andaluza Laura Diepstraten, de 14 años, ganadora de Eurovision para ciegos.