Pandemia

Los contagios entre el personal del SAS se han cuadruplicado durante la quinta ola

CSIF-A reclama más protección después de que el número de afectados aumentase de 200 a 858 en julio

Sanitarios con traje EPI durante el ingreso de un paciente covid-19 al nuevo Hospital de Emergencia Covid-19
Sanitarios con traje EPI durante el ingreso de un paciente covid-19 al nuevo Hospital de Emergencia Covid-19María José LópezEuropa Press

La tasa de incidencia del coronavirus en Andalucía volvió a caer ayer, en este caso hasta los 563 casos por cada 100.000 habitantes en catorce días, pero los contagios aún siguen contándose por millares (3.418 el lunes) y los fallecimientos no cesan. Veintiocho hubo en el primer día de esta semana, dos de ellos en una residencia de Almería que ya acumula cinco víctimas y uno más en otro centro de mayores de Écija (Sevilla) donde ya han muerto cuatro personas en los últimos días. Una cifra así, la de veintiocho, no aparecía en los boletines oficiales diarios del Instituto de Estadística y Cartografía (IECA) desde mayo. La pandemia, por tanto, continúa en vigor a pesar del ingente trabajo del mundo de la sanidad, que tampoco se libra del virus en primera persona. De hecho, la quinta ola no sólo ha provocado una nueva sobrecarga de trabajo para quienes trabajan por la salud de los demás. También ha incrementado el número de contagios entre estos profesionales, ya sean sanitarios u otro tipo de personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Andalucía, primera fuerza sindical multiprofesional del SAS, fue ayer la encargada de dar el aviso y denunciar el déficit de protección que padecen los profesionales de la sanidad pública andaluza. El dato es contundente: el número de trabajadores de baja por coronavirus se multiplicó por cuatro durante julio. En los primeros pasos de la quinta ola, aproximadamente a finales de junio, había 200 contagiados. A finales de julio ya eran 858.

La cuesta abajo fue especialmente fulminante en las tres últimas semanas del mes pasado, las que van del día 10 al 30. En ese periodo, los contagiados pasaron de 251 a 858, según el último informe de Prevención de Riesgos Laborales facilitado a los sindicatos por la Consejería de Salud y Familias. En porcentaje equivale a un 241% más.

La provincia que más sufre es Málaga, con 283 casos, por delante de Cádiz (137), Sevilla (123), Granada (101), Córdoba (74), Almería (56), Huelva (48) y Jaén (36). El centro con más contagios, con una amplia ventaja sobre los siguientes, es el Hospital Regional Universitario de Málaga (112). La acumulación es muy notoria en el caso de las mujeres: hay 610 afectadas, frente a 248 hombres.

En vista de la situación, CSIF-A reiteró ayer al Gobierno andaluz su petición de que dote a las plantillas de «todo el material necesario» para batallar contra el virus. «Con el aumento de atendidos en los centros de Atención Primaria y en hospitales también aumenta el riesgo de contagio por exposición», declaró Carmen Jiménez, vicepresidenta del sector de Sanidad de CSIF-A.

La portavoz sindical también reclamó «que los equipos de protección que la Junta dice tener reservados estén a disposición del personal en los centros sanitarios, no guardados en almacenes». «El verdadero objetivo debe ser velar por la seguridad y la salud de un colectivo que se expone a diario al virus y arriesga su propia vida, no sacar pecho de cuánto material se tiene acumulado», añadió. CSIF-A también exige que los balances se actualicen con más frecuencia –el último informe está fechado el 6 de agosto pero incluye datos del 30 de julio– para así «conocer la situación en tiempo real y actuar en consecuencia».

Según las cifras aportadas por CSIF-A, ha habido 13.823 profesionales contagiados desde el inicio de la pandemia, lo que supone el 13,2 % de una plantilla de casi 105.000 trabajadores. El 71,8 % de los positivos son mujeres (9.934), frente al 28,14 % de hombres (3.898).

La «desprotección del personal de la sanidad pública» en esta nueva ola, según el sindicato, también hace inviable el plan de verano del SAS. «La situación es más complicada si tenemos en cuenta que las contrataciones y sustituciones para los meses estivales son insuficientes y el personal no puede dar más de sí», avisó Jiménez.