Obituario
De Sevilla al cielo
Se llamaba Jesús Carrión y era profesor del Colegio Tabladilla, conocido por su bonhomía
Fue de pronto, en plena juventud, con rapidez, como a él le gustaba hacer las cosas.
Se llamaba Jesús Carrión y era profesor del Colegio Tabladilla, conocido por su bonhomía; expresada en el cariño a su familia y amigos.
Sin presunción entrenaba al equipo rojiblanco en ratos libres, eso le costaba quitar horas al sueño, corrigiendo exámenes, o preparando clases complicadas. No dejaba a sus alumnos o compañeros de equipo solos nunca. Con su ejemplo se aprendía diariamente a rezar antes de las clases, el recreo y los partidos, llevando en alto la bandera de esta ciudad, que une lo humano y lo divino, cuando cae la tarde. Por ello, se marchó de pronto, sin avisar, directamente tras las nubes.
En el firmamento hay santos de muchas clases: teólogos, monjes, deportistas, madres de familia, etc. Pero faltaba un joven cabal, profesor de Tabladilla, amigo de sus amigos, buen cristiano, sin doblez, que ayer se fue rápidamente, buscando la Vida que no acaba y alcanzó el sobresaliente de sus exámenes familiares, los partidos que ganó durante años, con una voluntad recia, sin presunción. Sigue con nosotros diariamente, con el recuerdo del bien hacer, el cariño a todos y esa sonrisa especial que llevaba puesta permanentemente.
Ya tienes el premio ganado, Jesús. Ayúdanos, ahora más que nunca, y si nos desviamos del buen camino, toca el silbato fuertemente y nos pondremos firmes para llegar a ganar una parcelita en el albero azul del Cielo.
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