"Méritos e infamias"

Bajada de persiana

“Después de 700 días aquello de que íbamos a salir mejores que cuando nos encerraron en 2020 ya se ha confirmado que no fue cierto”

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, a la llegada al nuevo bloque quirúrgico del antiguo Hospital Militar de Sevilla. Eduardo Briones / Europa Press
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, a la llegada al nuevo bloque quirúrgico del antiguo Hospital Militar de Sevilla. Eduardo Briones / Europa PressEduardo BrionesEuropa Press

Ha sido quitarnos la mascarilla y cerciorarte de lo que pensabas. Después de 700 días aquello de que íbamos a salir mejores que cuando nos encerraron en 2020 ya se ha confirmado que no fue cierto. Un mojón gordo para todos nosotros, ¿vale? Ni somos maestros yoguis, ni dominamos las manualidades, tampoco lograremos acabar un maratón, ni salvar el planeta y la madre que parió a los mandalas. Al contrario, ponme otra cervecita ‘mi arma’. Hemos ido a peor, la hemos jodido más y más en estos meses de virus, vacunas y miseria mientras nos hacíamos más viejos y alrededor crecían los huecos de la muerte. Sólo tenemos que mirarnos a la cara más de veinte segundos para ver lo bien que nos ha sentado este paréntesis que nos mandaron los chinos. En los 700 días imaginamos muecas, sonrisas, labios cerrados por el estupor, dientes animando un gesto. Medio espejo del alma atrincherado cuando te sirven el café o te venden unos pantalones. Medio rostro que se quedó en aquel 2020 y que ahora recuperamos, muchos con cierto pudor. Nos enseñó Perec que las cosas, los objetos no son inocentes, que esconden mucho de nosotros, aunque no lo sepamos. Aquella taza que sale del fondo, un armario, una corbata caída detrás de un cajón, ¿cuánto hace que no te la colocas al cuello? Es como un paréntesis que se cierra al vacío, que te devuelve a ese momento final cuando la usaste, cuando pensabas que estrenabas vidas e ilusiones. Es cierto que, pese a la satisfacción, a la extraña sensación de victoria se palpa una suerte de orfandad en las caras del personal, que sale aún a la calle azorado como los animales a los que les cortan el pelo. Inseguros y raros de ellos mismos. Pienso en este extraño paréntesis mientras veo a Juanma Moreno inaugurar la planta de un hospital afirmando que las elecciones están al caer. Coincidiendo con esta bajada de mascarillas, con este enfrentarnos a una nada que es tangible, bajando la persiana a la legislatura.