Epidemia animal

Salud descarta cualquier alarma por el foco de enfermedad de Newcastle en una granja de pollos de Almería

El consejero Aguirre pide “tranquilidad” y recuerda que su afección al ser humano se traduciría sólo en “una especie de virasis leve y conjuntivitis”

Gallinas y pollos comiendo en una granja
Gallinas y pollos comiendo en una granjaUPAUPA

El consejero andaluz de Salud y Familias en funciones, Jesús Aguirre, ha señalado este jueves que no existe “ningún tipo de alarma sanitaria o alimentaria” en relación al foco de enfermedad de Newcastle detectado en una granja de pollos de Huércal-Overa (Almería). Los animales se encuentran en “aislamiento” respecto a las granjas de alrededor, por lo que el consejero ha pedido “tranquilidad” ante la afección de este brote.

En declaraciones a Canal Sur Radio, Aguirre ha destacado que sólo se ha detectado ese foco por parte de los equipos veterinarios desplegados por las consejerías de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y de Salud y Familias, que además “están haciendo su trabajo de control, inspección y prevención” una vez confirmados los primeros indicios, descubiertos el 24 de junio.

“Se están haciendo los protocolos de aislamiento de la granja en relación con las granjas que hay alrededor, que hay muchas”, ha recordado Aguirre, quien ha detallado que, en el caso de que la enfermedad pudiera llegar a un humano, sólo causaría una “especie de virasis leve y conjuntivitis”.

En cualquier caso, ha insistido en que la detección de este foco, confirmado por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) como centro de referencia nacional para la detección de la enfermedad de Newcastle, no ha provocado “ningún tipo de alarma”.

La granja afectada concentra una explotación de broilers con un censo aproximado de 10.000 pollos de seis semanas de edad. Las muestras tomadas por parte de los Servicios Veterinarios Oficiales de Andalucía se remitieron al laboratorio de Algete, que confirmó que se trataba de una cepa de alta patogenicidad de esta enfermedad y descartó la presencia del virus de gripe aviar.

La encuesta epidemiológica realizada en la explotación indica que todas las aves se introdujeron en la granja para su engorde a principios de mayo. Desde entonces sólo se movieron para ser llevadas al matadero, según ha indicado la Consejería. El posible origen del foco se mantiene bajo estudio, si bien se considera a las aves silvestres como fuente más probable del virus.

Los veterinarios de la Junta han adoptado medidas de control en coordinación con el sector, entre ellas la inmovilización de la explotación afectada desde el momento de la sospecha del foco y la realización de una encuesta epidemiológica con objeto de conocer el posible origen y las explotaciones en riesgo por movimientos de personas y vehículos. Además, se está sacrificando a todo el censo de la explotación afectada y se está llevando a cabo la destrucción, en una planta de tratamiento autorizada, de los cadáveres, pienso y otros materias que puedan facilitar la propagación del virus.

Asimismo, se ha establecido una zona de restricción que comprende dos áreas: una de protección de un radio de tres kilómetros desde el lugar del foco y una de vigilancia con un radio de diez kilómetros. En esta zona de restricción hay diecisiete explotaciones con un censo total de unas 250.000 aves, todas granjas de cebo de pollos o de pavos.

La Junta ha tomado todas estas medidas para controlar el brote, al tiempo que cuenta con la máxima cooperación del sector, que ha sido informado desde el primer momento de esta situación. También está en contacto directo con el Ministerio de Agricultura y este con otras comunidades autónomas.

Se trata del primer foco de la enfermedad de Newcastle en aves de corral en España desde noviembre de 2009, cuando se detectó en una explotación de aves cinegéticas en la provincia de Guipúzcoa.

La enfermedad de Newcastle es una infección vírica relativamente frecuente en la cabaña avícola y extendida por todo el mundo. Afecta a aves y se transmite fundamentalmente por contacto entre animales infectados. No supone ningún riesgo para el ser humano desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.