Futuro incierto
La precariedad juvenil en Andalucía al límite: sin casa y sin ahorros
La generación más preparada se enfrenta a la dura realidad con una inflación disparada, unos precios desorbitados y unas condiciones laborales que se estancan
La precariedad juvenil es uno de los mayores problemas que existen en España y, en concreto, en Andalucía. Las malas condiciones laborales existentes en la actualidad dificultan tener una capacidad de ahorro y, por tanto, acceder a una vivienda. Si además, como es el caso de muchos jóvenes, no tienen posibilidad de trabajar, salir de casa de tus padres se convierte en una misión imposible.
Según el Observatorio de Emancipación del segundo semestre de 2021, presentado por el Consejo de la Juventud de España, tan solo el 14,4 por ciento de los jóvenes andaluces de entre 16 y 29 años vivía «de forma independiente», siendo Andalucía una de las comunidades en la que menos personas jóvenes lograban abandonar el hogar familiar.
Tampoco las condiciones laborales mejoraron en 2021 y, aunque el 34,1 por ciento estaba trabajando –cuatro puntos más que a finales de 2020–, la temporalidad continuaba siendo la mayor de España y el riesgo de tener un empleo a tiempo parcial de manera involuntaria era del 66,7 por ciento. No obstante, incluso con un puesto de trabajo y un salario, acceder a una vivienda libre era «poco factible»; mientras que el alquiler de una vivienda a finales de 2021 suponía tener que dedicar el 72,1 por ciento del salario íntegro de una persona joven.
Ante estos datos, Comisiones Obreras de Andalucía y la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Andalucía lamentan la «elevada» tasa de paro juvenil y las dificultades que tienen los jóvenes para encontrar empleo; al tiempo que piden a la Junta medidas «eficaces y específicas» que enfrenten esta situación, pues coinciden que es uno de los sectores «más afectados por la crisis socioeconómica».
Así, según el sindicato, a pesar de que la tasa de paro entre menores de 35 años disminuyó durante 2021, sus niveles «siguen siendo inadmisibles», especialmente entre la franja de 16 a 24 años, que alcanza el 44,5 por ciento, «muy por encima» de la media española, que se sitúa en el 34,8 por ciento y de la Unión Europea, del 16,6 por ciento.
La situación en la región es alarmante si tenemos en consideración los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en la que se indica como tres de cada diez andaluces de menos de 25 años están en situación de desempleo, lo que significa que en este sector de la población, el paro en Andalucía es cinco puntos mayor que en España, que se sitúa en 28,52 por ciento.
Ante estas circunstancias, los jóvenes no sólo tienen problemas a la hora de encontrar una vivienda -sea en régimen de alquiler o comprada–, si no que esta situación tiene una serie de problemas asociados a nivel personal, como es el caso de tener hijos. Teniendo en cuenta que la mayoría de los jóvenes no cuentan con las condiciones óptimas para poder independizarse –con todos los gastos que ello supone–, menos aún se plantean la opción de formar una familia, lo cual repercute de forma directa en la natalidad de la región. Esta tasa alcanzó en 2021 el mínimo histórico en Andalucía, con 7,7 nacimientos por cada 1.000 mujeres, un 39 por ciento menos que hace una década.
De esta forma, la alta tasa de desempleo juvenil en la comunidad, los salarios y condiciones precarias y la imposibilidad de acceder a una vivienda son un caldo de cultivo perfecto para que los más jóvenes vean truncadas aún más sus expectativas personales y laborales. Si a esto se suma la inflación disparada, la subida de precios y un contexto económico difícil debido a la crisis de la pandemia del coronavirus y la actual guerra de Ucrania, parece que el futuro de las nuevas generaciones no se presenta de color de rosa. Quizás sea el momento de llevar a cabo políticas reales.
La juventud, el mayor reclamo en elecciones
Casi dos meses después de las elecciones en Andalucía, aún no se ha contemplado ninguna medida específica para los jóvenes. Así, a pesar de que en campaña y en los programas electorales la juventud era un gran reclamo, ha pasado a un segundo plano. De derechas a izquierdas, el PP hablaba del I Plan Estratégico de la Juventud 2022-2026 y una Ley de Juventud en Andalucía.
El PSOE aspiraba a rebajar el paro a la mitad y dar facilidad de acceso a la vivienda. También Por Andalucía hacía referencia a un plan de vivienda digna; mientras que el grupo de Adelante Andalucía proponía la creación de un parque público de viviendas para los jóvenes.
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