Investigación
La agricultura de Almería será clave para vivir en la Luna y Marte
La NASA aprende de un modelo al que ofrece sus avances en cultivos en el espacio
«Mi interés es cultivar plantas en el espacio, hacerlas crecer en ambientes extremos. Por eso hay similitudes con lo que se hace aquí en Almería». Así habla Gary Stutte, investigador de la NASA y considerado uno de los mayores referentes de la denominada agricultura espacial, que ha visitado Almería para conocer «en persona» el modelo agrícola local y compartir sus propias experiencias de cultivos en el espacio. «Venir aquí ha sido muy positivo, un área que ha tomado los recursos del Sol y que desarrolla tecnologías para la gestión de las cantidades limitadas de agua de una manera muy eficaz. Necesitaba llevar la teoría a la práctica, a la acción. Verlo, tocarlo y sentirlo»; apreciaba en su visita a la Universidad de Almería el afamado científico, tras una puesta en común con investigadores en sistemas de producción vegetal bajo condiciones controladas, atípicas y extremas. Un periplo almeriense durante el que dejó su intervención también en el III Congreso Inversolar 2022, en el último episodio del intercambio de aprendizaje ya habitual que la NASA tiene con el territorio almeriense.
El Congreso Europeo sobre el invernadero solar tenía como eje central el cambio climático y sus consecuencias sobre la desertificación, la falta de lluvias y la escasez de tierras cultivables. Argumentos que han dejado de ser una hipótesis catastrofista para pasar a ser una realidad que está provocando grandes movimientos migratorios en algunas zonas del planeta.
De hecho, la necesidad alimentaria no es una problemática a años luz de la Tierra, sino que supone un reto actual para una población mundial que sigue aumentando sin control. «Puede ser muy eficaz usar esta tecnología que busca mantener vivos cultivos a través del universo, a esta región que está suministrando alimento, frutas y verduras, a España y Europa. Eso es lo que creo», afirmaba el inspirador del cultivo de patatas espacial de la película «The Martian», poniendo el foco en los invernaderos solares como un recurso eficaz y sostenible.
Conocido por sus avances en agricultura vertical, Stutte valora como «capital» la tecnología aplicada en Almería «porque es un ejemplo de eficiencia. En el uso de la luz y en el uso del agua, porque esto está, prácticamente, en un desierto». El científico atribuía al modelo almeriense ser también «un ejemplo de circularidad» y no dudaba en reconocer que «estas experiencias son las que hemos utilizado para exportarlas posteriormente al espacio». Además, Gary Stutte quiso compartir algunos progresos en los sistemas que pretende aplicar la agencia espacial estadounidense en la colonización de la Luna o Marte.
«Este tipo de invernaderos que queremos instalar en otros planetas debe tener un diseño diferente, gran capacidad de control y donde los residuos se conviertan en nuevos recursos», explicaba.
La NASA señala un progreso enfocado hacia el «residuo cero», otra de las grandes aspiraciones del sector hortofrutícola almeriense ante el problema que supone su eliminación. «Estos invernaderos que, como he dicho, instalaremos en la Luna y en Marte, serán autónomos e inteligentes, tendrán tecnologías que acabarán redundando en estos invernaderos de la tierra como los que tenemos instalados en Almería», anticipaba el experto de la NASA.
Desde la Estación Espacial de las Palmerillas, Stutte también pudo explicar una de las aplicaciones más importantes del modelo agrícola de la NASA, el uso de luces LED «porque las plantas, cuando no hay gravedad, no saben cuál es la parte de arriba. No saben que hacia arriba crece el tallo y hacia abajo las raíces».
Se trata de un método agrícola que cada vez es más popular en el mundo, sobre todo en Japón, donde ya representa el 1% de la producción total. La conquista alimentaria del espacio a partir de un «mayor control» de la iluminación y teniendo en cuenta factores presentes en la falta de gravedad para el cultivo de frutas y hortalizas, forman parte del día a día de los astronautas que ya entienden extremos «como que el agua flota, que el aire no circula y que, por tanto, debemos controlar todo eso para producir. Nuestro objetivo común es lograr un sistema cerrado de producción sostenible. Y, científicamente, ese es mi interés» apuntilla Gary Stutte.
Hace tan sólo unas semanas se hacían públicas nuevas fotos de invernaderos de El Ejido por parte del satélite Lansat 9, gracias al escritor científico, Adam Voiland. La difusión de esas nueve imágenes es tan sólo la punta del iceberg del permanente e intensivo interés de la NASA por Almería, donde ha llegado a probar vehículos robotizados de los utilizados en los viajes a Marte y sistemas de comunicación interespacial desde sus áridos territorios.
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