Peleas multitudinarias

El día a día en la prisión: reclusos con "pinchos fabricados con cuchillas anudadas a palos y bolígrafos"

Denuncian el "hacinamiento", los disturbios y la violencia en la cárcel almeriense de El Acebuche

“Hay 897 presos cuando la capacidad del Acebuche es para 567″
“Hay 897 presos cuando la capacidad del Acebuche es para 567″La Razón

La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), junto con los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO), la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), han denunciado la «situación insostenible» de la Institución Penitenciaria de El Acebuche, en Almería; después de varios episodios violentos entre los que destacan cuatro agresiones a funcionarios en menos de dos meses. Unidad de acción para reclamar que el centro está «gravemente masificado», «sin ningún tipo de clasificación interior» y con una «falta de personal endémica” que propicia «inseguridad para trabajadores y reclusos». De hecho, los sindicatos no descartan la celebración de «futuras movilizaciones» en los próximos días si no se establecen desde Instituciones Penitenciarias medidas correctoras «inmediatas» que frenen una «falta de medios» que está afectando a la seguridad diaria de los funcionarios que desarrollan allí su labor.

Los representantes de los trabajadores de la cárcel almeriense señalan, además, la «falta de autocrítica» por parte de la dirección de El Acebuche, llegando a pedir el cese de su máximo responsable ante la «desconexión» que presenta con la actual situación de «hacinamiento de los internos». Desde el TAMPM, sindicato mayoritario en el centro penitenciario, se ha llegado incluso a plantear un relevo que sea «capaz de recuperar la ilusión» de los «excelentes trabajadores» para corregir los riesgos a los que se exponen en su quehacer diario.

Así, los sindicatos critican que la cárcel almeriense tiene una «superpoblación reclusa que supera el 60 por ciento», lo que significa que «hay 897 presos cuando la capacidad del Acebuche es para 567». Una saturación que implicaría que los disturbios se estén multiplicando a causa de la falta de espacio y el déficit de personal, ya que «no se puede llevar a cabo una clasificación de internos adecuada para atajar así los episodios violentos». De hecho, el último ataque a un funcionario de prisiones se producía esta semana cuando un recluso «de alto riesgo» se abalanzaba sobre un trabajador de El Acebuche, ocasionándole contusiones y arañazos en manos, cara y cuello, antes de ser reducido por tres funcionarios más. Si bien desde la APFP se incide en que el agresor «debería estar clasificado como interno de primer grado» y «haber sido destinado a un centro penitenciario distinto» debido a su peligrosidad, este inquilino del módulo 18 de la cárcel que cumple condena por asesinato no es el único riesgo que enfrentan cada día los trabajadores.

Solo en el mes de noviembre se han producido varias peleas multitudinarias en módulos como el número 7, con intervenciones del personal de la cárcel que «el día 10 de noviembre pusieron 20 partes disciplinarios a presos», según ha manifestado José Gallegos, responsable de la sección sindical de CSIF en la institución penitenciaria almeriense. La central sindical de funcionarios también ha lamentado que «mientras se refuerza la vigilancia en un módulo para poner fin a los conatos de violencia, comienzan los disturbios en el bloque que queda más debilitado por esos movimientos», describiendo una convivencia «insostenible y violenta» en las instalaciones, producto de un «profundo déficit de personal estructural», así como de la «superpoblación reclusa en la cárcel», como «ya ha denunciado el sindicato incansablemente».

Aunque en la última reunión extraordinaria la dirección de El Acebuche aceptó un refuerzo de seis efectivos para los bloques más conflictivos, «de no verse reducido el número de presos de forma inmediata, convocaremos movilizaciones que pongan fin a los conatos de violencia y los continuos disturbios que no dejan de producirse», ha anunciado Gallegos.

Por su parte, el sindicato TAMPM ha manifestado que «urge tomar medidas al respecto para poner freno a esta situación que ya está convirtiendo estos acontecimientos en algo cotidiano, aunque hasta la fecha, y pese a los llamamientos de este sindicato, nada se ha hecho ni desde la dirección del centro ni desde los servicios centrales para paliarla». «Si no se adoptan medidas pronto, tememos que se sigan repitiendo los incidentes, y lo que es peor, que alguno de ellos nos depare trágicas consecuencias», concluyen desde Tu Abandono Me Puede Matar.

A través de varios comunicados, los responsables sindicales han advertido también de que las intervenciones de los funcionarios en este tipo de disturbios vienen acompañadas de la aprehensión de «pinchos fabricados con cuchillas anudadas a palos y bolígrafos» y otros «elementos punzantes» que ponen en riesgo la seguridad de los trabajadores del centro penitenciario. De igual modo y como medida a corto plazo, exigen que todos los empleados de Instituciones Penitenciarias reciban la condición de «agentes de la autoridad», así como formación continua y actualizada, además del incremento de los medios materiales y personales para mejorar la seguridad en sus condiciones laborales actuales.