Agricultura
La lluvia retrasa la siembra de los cultivos de primavera
El agua en exceso también tiene consecuencias negativas sobre cultivos como la patata o la fresa
«Nunca llueve a gusto de todos», señala Bartolo Ramírez, presidente de una de las mayores cooperativas agrícolas andaluzas, Nuestra Señora de Las Virtudes, mientras mira con cierta resignación un cielo en el que, una jornada más, las nubes de un gris muy intenso dominan el paisaje.
«Aunque nos tenemos que alegrar, y mucho, por el agua almacenada en los pantanos tras años de sequía y por la recuperación de esos acuíferos de los que tanto dependemos; no es menos cierto que tanta cantidad de agua también tiene sus consecuencias negativas para nuestros campos», señala con ese ánimo paciente del que, a las duras y las maduras, hacen gala los agricultores.
Basta recorrer los cultivos de fresas, puerros y otros productos de temporada de los cooperativistas de Conil de la Frontera para observar los contratiempos que estas intensas y continuadas lluvias están ocasionando a un terreno que ha dicho basta.
«Como era de esperar después de tantos días de lluvia, los terrenos ya no tragan más agua y, poco a poco, se han ido encharcando, dañando de forma irreversible cultivos como los de los puerros y dañando otros tan importantes en esta época del año para nosotros como los de las coliflores, apios, lechugas, coles, tomates y, muy en especial, fresas».
«Concretamente, la fresa», explica, «es una fruta muy sensible y, al estar sobre un terreno tan mojado, reduce de forma muy drástica su conservación, se pudren más rápido»; lo que está provocando que, desde la propia cooperativa, se esté aconsejando a los compradores que se lleven las cantidades justas. «Preferimos que vengan más repetidamente y se lleven los kilos justos a los que van a poder dar salida a corto plazo. Esto va en favor de la calidad de nuestros productos, que es lo que de verdad nos importa».
Hasta la fecha, «creemos que en esta zona (perteneciente a la comarca de La Janda) han caído en torno a unos 620 litros por metro cuadrado desde que comenzaron las primeras lluvias en octubre”.
«“Nos encontramos en un punto, entre los cabos de Roche y Trafalgar, muy significativo. Aquí se rompen las borrascas, pero, a veces, esto no ocurre y entran por este `pasillo’ entre cabos con toda su intensidad».
Con cultivos que alcanzan las setenta variedades, ahora, los cooperativistas de Las Virtudes lanzan «súplicas» al cielo para que no llueva muchos más y no se «pique» otro de sus productos estrella, la patata.
«Estamos casi al límite. En este punto, cada gota que cae cuenta y puede hacer peligrar la cosecha de patatas».
Contrariados por los efectos de tanta agua, pero, a su vez, contentos por lo que ésta supone a futuro para sus cultivos; otro de los problemas que ya está empezando a dar quebraderos de cabeza a los cooperativistas de Nuestra Señora Las Virtudes (la conforman en torno a medio millar de agricultores de de los municipios de Barbate, Chiclana, Conil de la Frontera, Vejer, Medina Sidonia y Puerto Real) es la siembra de primavera (calabazas, sidra, etc.).
«Estamos ya en tiempo de siembra de los productos de primavera y, al estar el suelo tan encharcado, es prácticamente imposible comenzar las tareas. Esto comienza a ser ya un poco delicado, pero esperamos que en los próximos días las lluvias, cuando menos, no sean tan abundantes y los terrenos dejen de estar tan embarrados».
En torno a las lluvias y sus consecuencias, Asaja ha señalado que «las abundantes precipitaciones recientes han creado un entorno favorable para el desarrollo de enfermedades fitosanitarias, especialmente aquellas causadas por hongos y bacterias, debido al exceso de humedad y encharcamiento. Además, estas condiciones pueden influir en la proliferación de ciertas plagas».