Ciencia

¿Qué enfermedades pueden transmitir los mosquitos?

El calentamiento global está favoreciendo el incremento de las áreas de distribución especies y con ellas la expansión de las enfermedades

El cambio climático y la globalización han elevado el número de casos de enfermedades transmitidas por mosquitos
El cambio climático y la globalización han elevado el número de casos de enfermedades transmitidas por mosquitosFreepikFreepik

Un estudio ha permitido dar un paso más en la lucha contra la propagación de enfermedades transmitidas por los mosquitos, al aportar nuevos datos desconocidos sobre la bacteria "Bacillus thuringiensis", empleada como insecticida natural para causar daños intestinales a estos insectos y combatir así sus plagas.

Las hembras de los mosquitos de la familia "Culicidae", cuyas picaduras son muy molestas, son conocidas por transmitir diversas enfermedades a los humanos y a los animales, como la fiebre amarilla, la malaria, el dengue, la fiebre chikungunya, el virus del Zika o la fiebre del Nilo Occidental, informa la Universidad de Granada, de donde ha partido la investigación.

Según los científicos, el calentamiento global está favoreciendo el incremento de las áreas de distribución de muchas de las especies de mosquitos y con ellas la expansión de las enfermedades que transmiten. Para reducir las poblaciones de estos insectos se han utilizado diferentes estrategias, como tratar de eliminar o reducir las masas de agua en que sus larvas se desarrollan, una labor "casi imposible" en muchos ecosistemas.

En general, explican los científicos, los insecticidas químicos acaban acumulándose en los ecosistemas y matando indiscriminadamente a muchas otras especies, de ahí que se esté investigando con otros insecticidas o métodos no agresivos con el medio ambiente como la esterilización (química o mediante radiación) y suelta masiva de machos, o la lucha biológica.

Desde que a comienzos del siglo veinte se descubrió el efecto insecticida de las toxinas producidas por la bacteria "Bacillus thuringiensis", sus esporas y cristalesparaesporales se han venido utilizando como un insecticida biológico, al considerarse como un método amigable para el medio ambiente. Su liberación a la naturaleza afecte prácticamente de forma exclusiva a la especie diana que se quiere controlar, sin afectar al resto de especies de insectos.

La profesora Susana Vílchez, del departamento de Bioquímica Molecular I y del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, mantiene una línea de investigación sobre el uso de la variedad israelensis de esta bacteria para controlar las poblaciones del mosquito de la fiebre amarilla.

En los experimentos de laboratorio se observa que, tras añadir esporas de esta variedad de bacteria al agua en que las larvas están desarrollándose, estas mueren en muy poco tiempo.

Para conocer de una forma global qué daños presentan las larvas en sus órganos tras la exposición a la bacteria contactó con el profesor de la Universidad de Granada Javier Alba-Tercedor, experto en microtomografía computerizada (micro-CT) y con amplia experiencia en el uso de esta técnica para evidenciar la anatomía funcional de insectos. La micro-CT es una técnica que mediante el uso de rayos-X, y tras un procesado de las radiografías obtenidas con diferente software, permite obtener imágenes renderizadas de alta calidad, lo que permite observar de forma tridimensional los órganos internos de pequeños animales desde todas las perspectivas, sin necesidad de realizar disecciones.

A diferencia de trabajos anteriores basados en microscopía convencional, con esta metodología se puede observar de forma global el efecto de un patógeno. Lo novedoso del estudio es que muestra por primera vez los efectos de la citada bacteria en la anatomía interna completa de un insecto. El estudio evidenció el daño progresivo que producen las toxinas de la bacteria, fundamentalmente en los epitelios del intestino medio, pero también en los tubos traqueales. Según los científicos, la importancia de este descubrimiento radica en que supone un "hito" en el conocimiento sobre cómo controlar de forma efectiva las poblaciones de mosquitos de forma segura y no dañina para el medio ambiente, lo que permite seguir avanzando en la lucha contra la propagación de las enfermedades que transmiten estos insectos.