
Cultura
Revisionismo visual y ecofeminismo en la nueva muestra del Pompidou Málaga
La colección semipermanente «To Open Eyes» dialoga entre generaciones y géneros en una exposición sin jerarquías narrativas ni cronológicas

El Centre Pompidou de París va a estar cerrado cinco años por reformas para experimentar, en palabras de los responsables del museo francés, una «auténtica metamorfosis». Y así será, ya que mantener tapiado durante tanto tiempo uno de los museos más importantes del mundo de Arte Moderno y Contemporáneo no puede responder a otra cosa que a algo realmente genial. Pues bien, esta «mala noticia» para todos aquellos que pretendían visitarlo y para los propios parisinos convierte al espacio malagueño en una plataforma internacional clave para mantener vivo el diálogo artístico que se respira en la capital francesa.
Actualmente, las sedes se encuentran en Málaga, Bruselas y Shanghái. En 2026 llegará a Seúl, en 2027 a Brasil y en 2030, cuando reabra en la capital del país galo, aterrizará también en Nueva York. Lo más relevante es que la sede andaluza fue la primeracolaboración internacional de todas ellas. En 2015 abrió sus puertas y durante la última década el éxito ha sido tan evidente que han renovado diez años más. Lo mejor es que, en el marco de esta efeméride, parece que durante las obras de la madre Pompidou, el centro malagueño va a contar con exposiciones inéditas y con obras que difícilmente hubieran podido llegar hasta Andalucía si no estuviera en proceso de transformación.
150 obras y un 40% de mujeres artistas
Este contexto era necesario para anunciar la envergadura de la nueva colección semipermanente «To Open Eyes. Miradas de artista», una muestra que podrá visitarse en Málaga hasta el 31 de enero de 2027. Según explica a LA RAZÓN Valentina Moimas, comisaria junto a Anne-Charlotte Michaut, con este proyecto han buscado «cuestionar cómo el arte es una herramienta para comprender el mundo». La exposición, que reúne alrededor de 150 obras procedentes del Museo Nacional de Arte Moderno de París, ofrece al público malagueño «un recorrido más libre y sensorial», alejado de cualquier línea cronológica y narrativa. Sobre este punto, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que acudió a la inauguración junto a una importante representación del Museo Nacional de Arte Contemporáneo francés, aseguró que la nueva exposición es «una invitación a interrogarse qué puede hacer el arte en estos tiempos tan complejos».
Tomando como punto de partida una frase pronunciada por Josef Albers en 1940, quien afirmó que el arte enseña a «aprender a ver y sentir la vida», la exposición reflexiona sobre cómo los artistas animan a transformar nuestra relación con la sociedad y el propio arte. En otras palabras, como señalan las comisarias, la muestra plantea un recorrido organizado en seis secciones que «no construyen un relato narrativo, sino que establecen diálogos entre épocas, medios y contextos muy diferentes».

La particularidad de esta propuesta radica en que «hemos decidido situarnos atrás para dejar las palabras a los artistas», afirma Moimas. Así, la colección semipermanente está articulada mediante «palabras clave que crean secciones en las que, a veces, hay un tema fundamental», añade. La primera sección (Iconos y Signos), por ejemplo, se adentra en el concepto mismo del arte y cómo este se relaciona con el público, incluyendo obras emblemáticas del minimalismo o del arte conceptual como los conocidos «readymades» de Marcel Duchamp.
Por otro lado, Michaut destaca que la exposición también incorpora una importante representación femenina con «un 40% de obras realizadas por mujeres», algo que responde a un esfuerzo «consciente» por parte del museo para reflejar una mirada más equilibrada, crítica y actual. «Hemos intentado poner en valor lo máximo posible obras de mujeres, ya que históricamente no ha habido variedad de género en el Museo de París porque es normal, es nuestra historia», lamenta la comisaria.
Sobre este tema, la presencia de mujeres artistas que han trascendido en el mundo del arte cobra relevancia en secciones como la dedicada al cuerpo, donde el «ecofeminismo» adquiere protagonismo. «Aquí entra la cuestión de la mirada de la mujer y cómo a través de su cuerpo puede reinterpretar puntos de vista marcados y establecidos solo por hombres», detalla Moimas, que recuerda que artistas como Judy Chicago o Joan Jonas «se reapropiaron de la imagen de sus cuerpos y denunciaron su cosificación en la sociedad patriarcal del momento».
Dictaduras, opresión, deseos y futuro
Pero la reflexión social no se limita al género, «hay algunas obras realizadas en contextos políticos autoritarios, como la dictadura en Brasil, representada en los vídeos de Sonia Andrade», adelanta Michaut, para poner después de manifiesto cómo el arte sirve también como vehículo de resistencia y denuncia política.

Otra de las claves del proyecto expositivo radica en su intención de que sea «el propio espectador quien establezca relaciones y descubra significados». Por esta razón, insisten las comisarias, la muestra «no es una presentación didáctica de movimientos artísticos, sino un viaje sobre el arte desde el inicio del siglo XX hasta obras muy contemporáneas».
Sobre las diferencias de organizar una exposición en el Centre Pompidou de París frente a hacerlo en el de Málaga, Michaut subraya que «aquí hacemos una exposición semipermanente sobre las colecciones del museo parisino en un espacio limitado, con casi 2.000 metros cuadrados, sin atender, en este caso, a criterios cronológicos». En cambio, afirma que «intentamos hacer diálogos entre épocas y medios diferentes, mostrando la diversidad de la colección, pero creando vínculos entre contextos muy distintos». Al respecto, Moimas explica que «el trabajo para Málaga está mucho más situado en este momento y este lugar. Es interesante enseñar estas obras en otros lugares, adaptarlas y darles un sentido nuevo».
Por último, preguntadas por la vigencia de la frase de Albers que da nombre a la exposición, las comisarias coincidieron en señalar que «es más relevante que nunca». En un contexto de crisis permanente como el actual la frase «abre los ojos» constituye para ambas «una declaración de principios sobre cómo responder a un mundo en crisis», algo que resume la esencia del proyecto, una exposición que, más allá de presentar obras de arte, busca enseñar nuevas maneras de mirar y entender nuestro presente.
La temática
La exposición se organiza en seis secciones interrelacionadas que invitan a una lectura transversal del arte desde el siglo XX hasta hoy. Iconos/Signos plantea qué es el arte y cómo se define su relación con el espectador; Cuerpos/Colores introduce perspectivas ecofeministas y críticas al patriarcado a través de la representación del cuerpo; Gestos/Huellas explora el cuerpo como herramienta expresiva mediante la performance y la acción; Espiritualidades/Sincretismos vincula lo ritual con lo contemporáneo, mezclando tiempos y culturas; Ficciones/Proyecciones imagina futuros utópicos desde el arte y el diseño; y Espacios/Revelaciones cuestiona la percepción del entorno a través de la interacción entre obra, espacio y espectador, una de las principales preocupaciones del minimalismo.
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