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Entrevista

«La infrafinanciación de las universidades no existe»

«Se está favoreciendo que haya titulaciones novedosas» en las facultades públicas andaluzas, «en ningún caso se está en contra», defiende el consejero de Universidad José Carlos Gómez Villamandos

El consejero José Carlos Gómez Villamandos Kiko Hurtado

José Carlos Gómez Villamandos (Córdoba, 1963) es Catedrático del Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, donde fue rector; fue presidente de la Conferencia de Rectores de España; y es consejero de Universidad, Investigación e Innovación de Andalucía.

Ha mantenido un ‘tira y afloja’ con las universidades y los rectores. Haciendo balance de fin de curso, ¿se siente satisfecho con los frutos recogidos?

Yo creo que sí porque siempre que hay un acuerdo es tremendamente positivo. Se ha llegado a un acuerdo importante para la comunidad universitaria, que es lo que nos debe importar; y, además, el acuerdo tiene las bases que habíamos propuesto en el mes de septiembre. Sobre estas bases se ha ido tejiendo el resto del acuerdo y creo que es una situación satisfactoria para todos.

Para 2025 el modelo de financiación contempla más de 1.700 millones. ¿Por qué los rectores consideran que está infrafinanciada la universidad?

La infrafinanciación no existe. No sé en otras comunidades pero, desde luego, en Andalucía no existe infrafinanciación del sistema universitario. Y ahí están los indicadores: las nóminas se pagan, se paga a proveedores y además en un plazo más que razonable; las universidades pueden desarrollar sus propias políticas, con lo cual, la infrafinanciación no existe. No tenemos que olvidar tampoco que las universidades tienen –y así lo marca la ley– que ser también captadoras de fondos. El 100% de la financiación de las universidades no recae al 100% en la comunidad autónoma sino que es una cantidad, la que corresponda, la que reciben y las universidades lo que tienen que intentar es alcanzar, y en eso están trabajando, un 30% de su propia financiación. Esto no es un hospital, donde la comunidad tiene que financiar todo sino que aquí hay una parte de cofinanciación que corresponde a la propia universidad porque así se ha decidido desde siempre y en cualquier parte del mundo.

José Carlos Gómez VillamandosKiko Hurtado

Ahora que ha dicho la palabra hospital, la sanidad andaluza siempre es un caballo de batalla y a veces puede definirse como una suerte de agujero negro porque se le eche lo que se le eche se va a agotar y siempre va a ser un foco de polémica. ¿Con la universidad pasa lo mismo?

En la sanidad, igual que en la universidad, hacen falta cambios estructurales y se están acometiendo esos cambios estructurales en el ámbito de sanidad para que no se sea ese agujero negro. Tenemos un sistema sanitario que no se ajusta a las necesidades actuales y se tiene que cambiar y, en ese sentido, por parte de la Consejería de Salud se está haciendo un gran trabajo, que es muy lento porque se tiene que romper inercias. Igual nos pasa a nosotros. Tiene que haber cambios estructurales; tiene que haber una nueva concienciación y, sobre todo, tiene que haber una mentalidad, no solamente ya a nivel colectivo sino individual de cada miembro de la comunidad universitaria, de la trascendencia de su trabajo. Y eso es algo que entre todos tenemos que cambiarlo. De lo que estamos hablando es del futuro de un país y de una región, como en el caso de Andalucía, pero hacen faltas de cambios estructurales. Algunos se van a acometer con la nueva ley orgánica y otros no se pueden acometer simplemente porque el marco normativo estatal no nos lo permite.

Usted fue rector y presidente de la CRUE. ¿Comprende a sus excolegas?

Comprendo la reivindicación, lo que a veces no comprendo son las formas.

¿Qué opinión le merece la comisión de investigación que quiere pedir el PSOE por «privar a las universidades públicas de titulaciones novedosas»?

Me resulta curioso que lo haga el PSOE cuando durante más de una década no dejó que las universidades andaluzas pudieran pedir nuevas titulaciones, es decir, que lo pida quien ha impedido que las universidades andaluzas sean competitivas y estuvieran al día en su oferta académica no deja de ser paradójico. La Junta, esta Consejería, junto a las universidades, hemos diseñado un mapa de titulaciones que consideramos estratégico. Es un proyecto conjunto de las universidades con la Junta. A partir de ahí, se inicia un proceso en el cual la Junta ya no tiene nada que ver hasta que no regrese a nosotros el informe favorable para la implantación de los títulos. En ningún caso se está en contra por nuestra parte, al contrario, se está favoreciendo que haya titulaciones novedosas. Hay una titulación tan novedosa como Matemáticas y Filosofía, que ha sido un impulso conjunto de la Universidad de Córdoba y de la Consejería, y otras titulaciones novedosas que están surgiendo.

¿Hay suficientes plazas en la universidad pública para la demanda que hay?

Es que aquí lo que tenemos que ver no es solamente la demanda. Esto no es educación primaria ni secundaria. Es educación universitaria, con lo cual al final lo que tú tienes es empleabilidad. Lo queramos o no ese es el final, con lo cual tampoco podemos hacer un paralelismo: esta es la demanda de plazas, demanda de estudiantes, y esta es la oferta, que tiene que ser acorde con las plazas de la universidad, sino que también tiene que ser acorde luego con un sistema productivo que pueda emplear a esas personas. Sobre todo en la parte pública, en la universidad pública, su finalidad, su fin no es tener al alumno egresado, es tener al alumno empleado porque si no esa escalera social, que todos queremos que sea la Universidad, no se cumpliría. Nosotros podemos aumentar las plazas donde haga falta, pero ¿llegarían esas personas luego a estar empleadas? No. ¿Tendrían que irse muchas fuera de Andalucía y de España? Sí. ¿Estaríamos en una situación de un empleo precario? Sí. Todo eso evidentemente hay que ajustarlo, y luego son las propias capacidades que se tienen. Y hay una alternativa, que es la Formación Profesional, donde se está creando una gran cantidad de plazas y hay una gran empleabilidad, donde además es una formación altamente especializada y que tiene la posibilidad de luego continuar con estudios universitarios. Se tiene que ver a la Universidad como algo distinto de la enseñanza no universitaria: una enseñanza que se tiene que amoldar en cierta medida al mercado no solo en los contenidos y en las titulaciones sino también de alguna forma en la regulación del número de plazas.

¿Qué le parece cuando la vicepresidenta y secretaria general del PSOE-A, María Jesús Montero, dice que las universidades privadas regalan los títulos?

Me parece una barbaridad, un despropósito, sobre todo, teniendo en cuenta que muchos altos cargos del PSOE y no altos cargos, muchos militantes, han estudiado en universidades privadas o tienen a sus hijos en universidades privadas. Las universidades privadas pasan, cuando estamos hablando de títulos, por los mismos criterios de calidad, que las universidades públicas. No hay diferencias. Luego sí es verdad que hay alguna diferencia en el ámbito de la investigación, ahí están las leyes de creación de las universidades privadas andaluzas, donde se les exige una inversión en investigación importante, además de exigirse una inversión importante en el ámbito de becas.

Hablando de titulaciones, la ACCUA ha rechazado la implantación del grado de IA en Granada. El rector presentará un recurso. ¿Qué le ha faltado a la Universidad de Granada?

Quiero dejar muy claro, y así lo sabe el rector de Granada, con el que venimos trabajando mano a mano sobre este tema, que todos los títulos son estratégicos para el Gobierno y son fruto de un acuerdo universidades-Gobierno con una serie de criterios, donde primaba precisamente la empleabilidad. En este caso hay un añadido: participaba Melilla y hay además un valor añadido que es de seguridad nacional. Al poner una titulación atractiva en un territorio como Melilla supone atracción de personas, fijación de personas al territorio y, por lo tanto, tiene una implicación que a la larga puede ser importante en el ámbito de la seguridad nacional y de seguir manteniendo Melilla como lo que todos deseamos. Por otro lado, qué le falta. Lo que comenta el rector es que las cuestiones que se han puesto en duda son, precisamente, la participación de Melilla cuando la Universidad de Melilla ha comprometido una financiación importante para la contratación de profesorado, cuando había profesorado que se quería ir de Granada a Melilla, tres catedráticos para impartir esta titulación... Lo que sí es verdad es que hay un informe negativo, el cual respeto, y estamos esperando que habrá una reclamación por parte de la Universidad de Granada y esperemos que dé su fruto. En caso de que no, evidentemente entrará en una nueva verificación a partir de septiembre, y confío en que en ese caso, sea ya positiva.

Las dos grandes leyes de su gobierno son la LUPA y la ACTIVA. ¿Cree que verán la luz antes del final de la legislatura?

Eso espero. La LUPA va en breve al Consejo Consultivo, con lo cual esperamos que entre en el Parlamento a finales de julio, quizás a primeros de septiembre. Va por trámite de urgencia, puesto que las universidades tienen un plazo también para modificar sus estatutos y para eso necesitan la ley. Estoy casi convencido de que antes de que acabe el año la ley la tendremos aprobada. Y en el ámbito de ACTIVA también vamos rápido, no tanto porque no lleva ese trámite de urgencia pero confiamos también en que la tengamos aprobada antes de final de legislatura, quiere decir que estamos hablando de los primeros meses del año 2026, con la incertidumbre de cuándo se convoquen unas elecciones.

¿Que serán cuándo?

Pues no sé, creo que serán para junio, pero, de pronto, puede haber un giro inesperado. El presidente ha dejado muy claro cuándo quiere que sean las elecciones pero estamos en un contexto nacional convulso.

¿Y usted quiere seguir otro mandato?

Yo estoy a disposición del presidente. Lo importante era en esta legislatura hacer una reforma profunda del sistema universitario, siempre por consenso, que a veces se nos olvida por las trifulcas de los últimos meses. Esas reformas ya están hechas. Los cimientos están puestos.