Investigación
Instalada una cámara avanzada en el Observatorio Calar Alto para "desvelar" los secretos de las nubes de Venus
El proyecto tiene como objetivo "encontrar evidencias de un cambio climático en este planeta"
El investigador de la Universidad de Sevilla, Javier Peralta, lidera un proyecto del programa 'Emergia' de la Junta de Andalucía titulado 'Discovering the Unknown in Venus' Atmospheric Circulation (Duvac), que ha permitido "avanzar" en el estudio de las nubes y la superficie de Venus.
Como ha detallado la Universidad hispalense en una nota de prensa, esto se ha conseguido mediante la instalación en el telescopio de 1,23 metro del Observatorio de Calar Alto de una 'FirstLight C-RED 2 ER', una cámara infrarroja 'SWIR' de nueva generación.
La instalación y uso de dicha cámara 'SWIR' en Calar Alto es el fruto de un convenio de colaboración entre CAHA y la Universidad de Sevilla suscrito en el marco de un amplio protocolo de actuación anterior.
Entre los objetivos científicos de Duvac está el estudio de la evolución temporal de las nubes profundas, vientos y aerosoles de Venus para "encontrar evidencias de un cambio climático en este planeta", y obtener medidas de alta precisión de los vientos en Venus, explorando regiones donde su circulación atmosférica no está del todo clara.
Usando la cámara 'SWIR' con filtros especialmente diseñados para los objetivos científicos del proyecto Duvac, los investigadores Javier Peralta (US) e Itziar Garate-Lopez (UPV/EHU) han obtenido en febrero de 2025 las primeras imágenes de las nubes profundas de Venus, convirtiendo al Observatorio de Calar Alto en el único lugar junto con el telescopio de la NASA IRTF en el Mauna Kea (Hawaii) donde se están tomando imágenes de Venus de este tipo.
Estas primeras imágenes revelan patrones nubosos nunca vistos, cuyos movimientos van a ser estudiados combinando las imágenes obtenidas por ambos observatorios en Almería y Hawaii.
Según Peralta "esta nueva cámara infrarroja posee unas prestaciones únicas, ya que es sensible a varias ventanas espectrales que van a permitir observar las nubes profundas de Venus, los fenómenos de fluorescencia de su alta atmósfera, y la emisión térmica de su superficie que podría proporcionar evidencias de actividad volcánica reciente de gran interés".
Este tipo de observaciones "no sólo garantizan la continuidad de los estudios iniciados con las anteriores misiones espaciales Venus Express (ESA) y Akatsuki (JAXA), sino que también nos ayudarán a planificar mejor la futura misión espacial EnVision de la Agencia Espacial Europea", ha recalcado Peralta.
Del mismo modo, el director de CAHA, Jesús Aceituno, ha añadido que "aunque todavía en fase de comisionado, esta estrecha colaboración entre Calar Alto y la Universidad de Sevilla ya está resultando fructífera".
"El futuro es muy prometedor ya que la sensibilidad y rapidez de esta cámara también la hace perfecta para el estudio de impactos en otros cuerpos del Sistema Solar, ocultaciones estelares por parte de cuerpos más allá de Neptuno, y para tránsitos de exoplanetas, entre otros", ha manifestado Aceituno.
Pistas sobre la emergencia climática
El planeta Venus es a la vez "muy parecido en tamaño y masa a la Tierra, pero muy diferente por su espesa atmósfera con un efecto invernadero desbocado, que la hace tóxica y ardiente en superficie, donde la temperatura haría fundir el plomo".
Estudiar Venus y su atmósfera es "crucial" para entender qué le ocurre a un planeta de tipo terrestre cuando experimenta un efecto invernadero extremo, y puede dar pistas sobre cuándo se podría llegar a un punto de no retorno en una emergencia climática.
De igual manera, estudiar su atmósfera "no es una tarea sencilla", y mientras los científicos llevan casi un siglo estudiando con detalle las nubes de su lado diurno que pueden verse en imágenes ultravioleta y visibles, su lado nocturno ha sido un misterio hasta que en las décadas de 1980 y 1990.
En esas fechas, los astrónomos descubrieron entre una y dos micras --los ojos de los seres humanos solo ven entre 0.4 y 0.7 micras-- varias ventanas espectrales en las que su densa atmósfera deja escapar radiación infrarroja que permite ver las nubes más profundas e incluso su desconocida superficie (que es el objetivo principal de EnVision, la nueva misión espacial a Venus de la Agencia Espacial Europea).